OSVALDO FRESEDO

EL PIBE DE LA PATERNAL

Bandoneón sutil y orquesta de sonoridad armoniosa, suave, melódica

 

Homenaje al maestro bandoneonista  Osvaldo Nicolás Fresedo «El pibe de la paternal» en el año 127ª de su natalicio y 40ª aniversario de su fallecimiento.

 

 

 Raúl De Los Hoyos

Entre lo investigado, y lo escuchado, debo decir que más allá de los gustos, preferencias técnicas, musicales y/o artísticas, de cada uno, en base a los diferentes cultores del género tango e inclinaciones por  cualquier estilo, es importante no perder de vista toda la obra tanguera, con su rico universo de creadores, que le dan sustento y la relevancia como tal.

Los músicos evolucionan, y las innovaciones tienen que ver con los cambios de època y por ende de nuevos hábitos consumistas.

Osvaldo Fresedo era uno de los músicos, de mente abierta, inteligente, con capacidad reconocida para elevar su correspondencia al tango, tan alto como su talento. Y Raúl De los Hoyos «El hijo de la música», fue un creador renovador con especial sensibilidad, de impronta melódica sin igual y gran calidad compositiva., que «El pibe de La Paternal» integró a su repertorio.

Entabló un estrecho vínculo con Raúl De Los Hoyos «El hijo de la música» que inició por la amistad, de este, con su hermano Emilio Fresedo.

  1. El jueves 5 de febrero de 1925, realizó la primera grabación de una obra de Raúl, registrando el tango «Con alma y vida»
  2. El miércoles 24 de junio de 1925,  el tango «¡Sonsa!» versión instrumental
  3. El martes 6 de octubre, de 1925, graba el tango «Viejo rincón», realizando la primera grabación instrumental del tangazo del genio saladillense. Ambos registros fonográficos fueron realizados para la compañía norteamericana Victor. Siendo los músicos de la formación en el momento de esos registros fonográficos, los siguientes:
  • Bandoneón: Osvaldo Fresedo – Alberto Rodríguez – Luis Petrucelli
  • Violín: Manlio Francia – Adolfo Muzzi – Jean Koller
  • Piano: José María Rizzuti
  • Contrabajo: Humberto Costanzo
  • Batería: Raúl Fresedo

Para la compañía argentino-alemana Disco Nacional Odeón, de Max Glücksmann, graba los  siguientes tangos:

  1. «Viejo rincón»  el sábado 21 de noviembre de 1925 (instrumental).
  2. «El alma de la calle (Callecita del suburbio)», tango grabado en 1925. Versión instrumental.
  3. «Aquel cuartito de la pensión» el sábado 8 de mayo de 1926 (instrumental).
  4. En noviembre de 1926, se iniciaron, oficialmente, las grabaciones eléctricas: «Del barrio de las latas» el martes 30 de noviembre de 1926, realiza dos tomas (instrumental).
  5. «Un tropezón», el martes 26 de abril de 1927 (instrumental).
  6. «Purrete de mi amor», el 30 de julio de 1927 (instrumental).
  7. «Noches de Colón» que lo grabó en dos oportunidades la primera en 1926, versión acústica y la segunda, eléctrica, el viernes 16 de setiembre de 1927 (instrumental).
  8. «Entra sin miedo hermana»  tango del que ya había realizado una grabación acústica en 1926, por segunda vez graba este tango, mediante grabación eléctrica, el viernes 16 de setiembre de 1927 (instrumental).
  9. «Mueble viejo» con la voz de Ernesto Famá, como estribillista, grabación eléctrica, el viernes 24 de febrero de 1928.
  10. «Deja que la gente diga», con la voz de Ernesto Famá, grabación eléctrica, el martes 27 de marzo de 1928.
  11. «Quemá esas cartas»  con la voz de Ernesto Famá, grabación eléctrica,  el martes 27 de marzo de 1928.
  12. «El carrerito (Chiche, moro, zaino)», grabación eléctrica, el martes 3 de mayo de 1928 (instrumental)

Un total de 15 grabaciones de creaciones, de Raúl De Los Hoyos «El hijo de la música» , registradas  por el bandoneonista Osvaldo Fresedo «El pibe de la Paternal», con tu orquesta típica, en tan solo tres años, entre 1925 y 1928.

Grabaciones realizadas. por Osvaldo Fresedo, de Raúl De Los Hoyos, para la compañía Victor a la izquierda el primer registro el tango «Con alma y vida», fonográfico de una creación del «Hijo de la música» y a la derecha el tango «Viejo rincón» grabado el 6 de octubre de 1925.

 

 

Video  – «Con alma y vida», Osvaldo Fresedo «El pibe de la Paternal»

 

 

A la izquierda la etiqueta del disco Victor Nº 79565, con el tango «¡Sonsa!» versión instrumental, publicado el 24 junio de 1925 y a la derecha la primera grabación realizada por Osvaldo Fresedo con su orquesta típica de una obra de Raúl De Los Hoyos, el tango «Viejo rincón», versión instrumental, siendo, además, el primer intérprete que graba dos versiones, en un año, de un mismo tango del pianista saladillense, y en diferentes compañías. Esta segunda versión se grabó el 21 de noviembre de 1925.

 

A la izquierda etiqueta del disco «Noches de Colón» , grabación acústica, publicado en 1926, en el centro etiqueta del disco «Un tropezón», grabación eléctrica, publicado en 1927, y a la derecha etiqueta del disco «El carrerito», grabación eléctrica, publicado en 1928. Grabaciones de la Orquesta Típica Osvaldo Fresedo, para Disco Nacional Odeón.

 

A la izquierda etiqueta del disco «Entra sin miedo hermana» , grabación acústica, publicado en 1926, lado B de de «Noches de Colón», en el centro etiqueta del disco «Mueble viejo», grabación eléctrica, publicado en 1928, y a la derecha etiqueta del disco «Quemá esas cartas», grabación eléctrica, publicada en 1928. Grabaciones de la Orquesta Típica Osvaldo Fresedo, para Disco Nacional Odeón.

 

El tango «El Carrerito (chiche, moro, zaino)» con la voz de Ernesto famá como estribillista, fue relanzado en un larga duración de vinilo (Lp) en 1982, por la compañía inglesa EMI Odeon. La obra de Raúl De Los Hoyos se incluye en el compilado que lleva el título de «Joyas del tango» de Osvaldo Fresedo y contiene 14 grabaciones producidas entre 1927 y 1928 par Disco Nacional Odeon, la empresa de Max Glücksmann.

 

En la portada del sobre de la serie económica Colección Musical (CM) una oblea en azul con letras blancas que dice «Primeras publicaciones en LP». Un detalle interesante es que en el reverso no dice quien es el estribillista del tango «Chorra», de Enrique Santos Discépolo, por la fecha de la grabación que figura, 11 de setiembre de 1928, es el registro del cantor Antonio Buglione. El tango «El carrerito» figura en el lado A, banda 6. Matriz XLD-43013, número de serie 4613.

 

El tango «El Carrerito (chiche, moro, zaino)», fue relanzado en un disco compacto en 1995. Se lo incluyó integrando un compilado con registros fonográficos de 1927 y 1928, destacando en la lámina frontal que «Contiene inéditos de larga duración». Esta advertencia es una estrategia comercial, que siempre ha redituado, pese a que parte del material, ocho de los dieciséis temas, ya había sido reeditado en 1982, en larga duración. En este caso es la primera vez que incluye el tango «El carrerito» en disco compacto (CD).

 

Este disco compacto (CD) editado por EMI Odeon en 1995, incluye 16 registros fonográficos del maestro Osvaldo Fresedo «El pibe de La Paternal», generados para Disco Nacional Odeon, entre ellos «Esta noche me emborracho», «La cumparsita», «Rodríguez Peña», «Chorra» y «El carrerito» en el track 11.

 

En el 2006, el productor japonés Yoshihiro Oiwa, selecciona 20 obras grabadas por Osvaldo Fresedo, para Disco Nacional Odeon, para un compilado, entre ellas el tango «Viejo rincón» de Raúl De Los Hoyos:

 

En el  año 2006, se lanzó en Japón el compilado «Perdón viejita», con registros fonográficos realizado entre 1925 y 1928, del maestro bandoneonista Osvaldo Fresedo. En el mismo se incluye la segunda versión del tango «Viejo rincón» , en el track 2 (1925) y «Entra sin miedo hermana» (1927), en el track 10, que «El pibe de la Paternal» realizara para Disco Nacional Odeón.  La producción es de Yoshihiro Oiwa para el sello AMP, CD (DISCO COMPACTO) Nº 1243.

 

En el 2012, la productora RGS MUSIC  es licenciada para la publicación, con su marca, de 20 obras grabadas por Osvaldo Fresedo, para Disco Nacional Odeon, entre 1927 y 1928, entre ellas el tango «Noches de Colón» de Raúl De Los Hoyos:

 

Osvaldo Fresedo realizó 2 versiones del tango «Noches de Colón», una en 1926 (acústica) y otra eléctrica realizada el 16 de setiembre de 1927, esta última es la figura en el track 9. Este lanzamiento incluye tangos como «El Entrerriano» (23/03/1927), «Felicia» (18/10/1927), «Arrabalero» (23/03/1927), «El espiante» (1/12/1927), entre otros.

 

Su vida

Os­val­do Fresedo, su nombre real era Osvaldo Nicolás Fresedo. Nació en Buenos Aires, en la calle Lavalle 1606 (entre las calles Montevideo y Rodriguez Peña),  el 5 de mayo de 1897 y falleció, en ésta capital, el  18 de noviembre de 1984. Sus padres fueron Clotilde García y Nicolás Fresedo, ambos argentinos, y tuvieron cinco hijos varones: Emilio, Osvaldo, Raúl, Héctor y otro que murió a los siete años, en 1905, cuando vivían en el 434 de la calle Billinghurst. Fue un notable aficionado a la aviación.

 

Título «Aviación – Carrera aérea de La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires) – A la izquierda fotografía con el siguiente pie de foto «Dos de los aeroplanos que tomaron parte en esas interesantes pruebas, volando en torno de una de las banderas de control. A la derecha,  foto de arriba, «Sidney Holland, segundo premio de $ 1.000, 67 minutos y 44 segundos (a la izquierda), Osvaldo Fresedo, primer premio de $ 2.000. 62 minutos y 45 segundos (en el centro) y Lawrence León, 68 minutos premio de $ 500 (a la derecha)». A la derecha, abajo, «El Gobernador de la provincia de Buenos Aires y el presidente del Aero Club, señor Jorge A. Mitre, rodeados por algunos de los pilotos, por los jueces y el público que se congregó para presenciar la largada de los aviadores en la gran carrera».

 

Texto de pie de foto: «Fresedo, Jore Luro y Manlio Francia, aviadores. Con ellos Gallino Rivero. El vuelo era una aventura hermosa»

 

 

En cuanto a su interpretación en el bandoneón, reconoció la ascendencia de Eduardo Arolas (1892-1924) «El tigre del bandoneón», en su estilo, el que expuso con claridad en los solos grabados en 1920 para el sello Victor, con una linea creativa parecida a la de Pedro Maffia (1899-1967) «El pibe de Flores» en cuanto a sonido y manejo limpio, lo que lo convirtió en un bandoneonista importante de su época (Oscar Zucchi).

 

 

«Del centro nos trasladamos hasta Ramos Mejía, a dos cuadras de la estación Haedo. De allí nos dirigimos al barrio de Almagro, calle Billinghurst 434, en 1903, donde comencé mis estudios elementales en el Colegio Anchorena. En 1906 nos trasladamos al barrio Floresta, calle Avellaneda 4140, entre Segurola y Gualeguaychú» (Osvaldo Fresedo).

«Conocí el tango y el bandoneón cuando vivíamos todos en Villa La Paternal, en la avenida Del Campo y Elcano, al lado del tranvía Lacroze que iba a San Martín; yo tenía 13 años, es decir, en 1910. Allí mi padre había alquilado una casa bastante grande, que se dividía en tres partes una parte saliente a la izquierda otra parte saliente a la derecha parte chata en el frente de la casa que era donde era el comedor,  entonces este me encerraba en la sala diríamos que esa era la sala y ahí empezaba a estudiarla (habla de la concertina y más tarde el bandoneón), en la parte de atrás teníamos un molino de viento para extraer agua» (Osvaldo Fresedo).

Siempre Osvaldo recordó a su hermano Raúl: “A mi hermano Raúl lo inicié, tocando un poco la batería, era bastante bueno. Tocaba en una orquesta que hice cuando regresé de Estados Unidos en los años 30. Luego enfermó y murió muy joven».

Con su madre, profesora de piano, estudió solfeo. Con Pedro Desret y con Manuel Firpo aprendió lo fundamental del bandoneón. Se lo conoció como el «El pibe de la Paternal», porque, pese a haber nacido en el centro de la capital, su familia se mudó al barrio de La Paternal, una zona residencial, en la parte centro-noroeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, creada por decreto nacional, en 1904. Hoy es la Comuna 15 (CABA). Se caracteriza por haber recibido contingentes inmigratorios de origen judío e italiano. Tambien se conoce a la «La Paternal» como «el arrabal judío». La figura artística de Osvaldo,  lo ubica destacándose como un  importante compositor y director de orquesta, en las páginas  del tango argentino y rioplatense. Hermano de Emilio y tío de Oscar Fresedo (hijo de Emilio), también músicos, autores, compositores.

 

Los hermanos Fresedo, a la izquierda Emilio, en el centro Osvaldo y a la derecha Oscar,  hijo de Emilio.

 

Para el seno de una familia,  de buena posición económica, el tango era tan «mala palabra», que al igual que a Julio de Caro, su padre lo expulsó de la casa paterna, por su fervorosa adhesión al dos por cuatro, hasta que la parábola bíblica del hijo pródigo se encarnó en su retorno, a la casona familiar.

El padre de Osvaldo era un rico comerciante, cuando el niño tenía diez años la familia se asentó en La Paternal, en una vivienda ubicada entre avenidas Elcano y  Del Campo, a comienzos del Siglo XX,  un barrio algo apartado y humilde, de casas bajas y ambiente popular, lo que también gravitó en su destino.  Allí se inició en el bandoneón.

 

El nombre de este barrio esta ligado al de una sociedad cooperativa fundada en 1898. La Paternal ocupa una pequeña, muy pequeña fracción, de lo que otrora fuera la chacra de los jesuitas, conocida como Chacarita de la Compañía de Jesús o Chacarita del Colegio, que abarcaban una franja de tierras mucho más extensa, desde el Río de la Plata hasta Ramos Mejía. Warnes es una de las avenidas más antiguas, denominada en una época Camino de Moreno. El vecindario se ubica en el centro de la metrópolis porteña. Está comprendido por las calles Chorroarín, Av. del Campo, Av. Garmendia, Warnes, Paysandú, Av. San Martín, Álvarez Jonte, Gavilán, Arregui y Av. San Martín. Limita con los barrios de Villa Ortúzar al norte, Chacarita al noreste, Villa Crespo al este, Caballito al sudeste, Villa General Mitre al sur, Villa del Parque al oeste y con Agronomía y Parque Chas al noroeste.

 

 

Video – VIEJO RINCÓN – OSVALDO  FRESEDO (Versión instrumental) – A cargo del noneto dirigido por el bandoneonista e integrado por: Bandoneón: Osvaldo Fresedo – Alberto Rodríguez – Luis Petrucelli, Violín: Manlio Francia – Adolfo Muzzi – Jean Koller, Piano: José María Rizzuti, Contrabajo: Humberto Costanzo, Batería: Raúl Fresedo. (1925)

 

 

Trayectoria

Su trayectoria es una de las más extensas que pueda hallarse en el tango: más de 1.250 grabaciones dan testimonio de ella. Su presencia en el disco cubrió 63 años.

Al comienzo,  «el pibe de la paternal» tocaba el bandoneón y, aún adolescente, integró algunas de las orquestas más conocidas de la época de la Guardia Vieja del tango.

Con quince años solía concurrir al Café Venturita, del barrio de Villa Crespo (lindante con La Paternal), para oír a Augusto Pedro Berto, autor del tango “La payanca”, su obsesión era ese instrumento, el bandoneón, ya lo tenía totalmente cautivado. Cuando hizo conocer en su hogar su afición musical, su madre, profesora de piano, le propuso enseñarle ese instrumento. Pero Osvaldo seguía empeñado con el fueye. Finalmente, optó por iniciarse en la concertina que tocaba su padre, que era lo más parecido al instrumento de sus sueños.

Fue así como se habituó a hacerse la rabona del secundario para estar horas aprendiendo algún tanguito, que le pasaba Carlos Besio, conductor de mateo, que tocaba el bandoneón de oído. Pero un día don Nicolás descubrió el faltazo a la escuela de su hijo y éste terminó echado de su casa y en la calle. Su amigo Nelo Cosimi, más tarde conocido actor cinematográfico, le dio albergue en su casa de Villa Ortuzar . Llegó, sin embargo, después de algunas semanas, el día del perdón de los padres, y .el retorno al hogar.

Entre 1912 y 1913, comenzó a tocar en público como integrante de un terceto juvenil, del que también formaba parte su hermano Emilio en violín, y que completaba la guitarra de Martín Barreto.

 

 

Crea el tango «El espiante»

En 1913, sucede la creación del tango «El espiante» (título original «La ronda») y el maestro Fresedo,  le contó al historiador argentino Oscar Zucchi, sobre las circunstancias que hicieron al nacimiento de esta, una de sus creaciones emblemáticas, y de la cual realizó 5 versiones instrumentales, a saber: el  jueves 01 de diciembre de 1927, grabación para  para la compañía argentino-alemana Disco Nacional Odeon,  en 1932, para la compañía norteamericana Brunswick (versión coreada),  el jueves  16 de marzo de 1933, para la compañía norteamericna RCA Victor, el jueves 29 de diciembre de 1955 para la discográfica alemana Discos Odeon, el martes 06 de noviembre de 1979, para el sello norteamericano Discos CBS, incluida en el álbum «Fresedo 1980».

 

 

– Osvaldo Fresedo: «Este tango lo compuse en 1913, cuando aún estudiaba bandoneón. Lo compuse en el barrio de La Paternal y la canción se inspiró en la ronda de un vigilante que estaba en la misma esquina de Villa Paternal, a la que otro respondió que correría por la calle Bellavista, que daba vuelta al muro del cementerio de La Chacarita. Por la noche, mientras yo estudiaba el bandoneón escuché el llamado: «Tariii…ra» y el otro respondió «Tariii». ..ra» y de ahí despegué con el bandoneón y salió el tango. Le puse el título «La ronda», pero como aún no estaba publicado me dijeron que le pusiera un título más arrabalero, porque el tango en aquellos tiempos se identificaba con el arrabal; entonces me convencieron y decidí llamarlo «El espiante».

Se lo regalé a José Felipetti para que lo publicara y lamentablemente ni siquiera tengo un ejemplar de esa edición original… Me hubiera gustado mucho tener uno.

Berto lo estrenó en el café «La Oración» que estaba en la calle Corrientes, entre Cerrito y Carlos Pellegrini, detrás de la iglesia de San Nicolás de Bari (actual Avenida Santa Fe).

Yo mismo lo llevé a ese café, le di cinco partes de piano y él puso una en cada una. Estaban Luis Teisseire en flauta, José Sassone en piano -que también fue mi pianista cuando estuve en el Venturita de Corrientes y Serrano-, los violinistas Julio Doutry y Peregrino Paulos y en el bandoneón, Berto«.

 

Augusto Pedro Berto nació en la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Argentina, el 4 de febrero de 1889 y falleció en la ciudad de Buenos Aires, el 29 de abril de 1953. – En 1913 fundó el “Quinteto Augusto” grabando para el sello “Atlanta”, de la firma Améndola y Cía.: Augusto Pedro Berto en bandoneón, “el francés” Julio Doutry en violín, Luis Teisseire en flauta, Domingo Salerno en guitarra y José Martínez «El gallego» en piano – El investigador  Oscar Zucchi caracteriza a Augusto P. Berto como una “figura patriarcal del tango, fueyero de la época heroica” y destaca que cuando se habla de los bandoneonistas destacados del período en que el bandoneón pasó a ser el instrumento más representativo de los conjuntos dedicados a la ejecución del género típico, a Berto se lo margina injustamente, “su aporte a la definitiva adopción e imposición del mismo, y por ende del tango en los distintos ambientes y estratos sociales ha sido valioso y decisivo”.

 

A la izquierda la etiqueta del lanzamiento del tango «El 11» versión instrumental publicada por la compañía norteamericana Victor, en 1924, en el centro le versión «El once (A divertirse)» con la participación del estribillista español Teófilo Ibáñez, publicada por la compañía norteamericna Brunswick, en 1931 y a la derecha la versión instrumental del tango «El once», versión instrumental por Osvaldo Fresedo y su orquesta Típica publicada por la compañía alemana Odeon, el 19 de mayo 1953.

 

Fresedo crea el tango «El 11»

Un periodista le consultó sobre la creación de este tango en 1924.

Periodista – ¿Y el 11, cómo nació?

Osvaldo Fresedo – «El 11 nació, usted sabe, le tengo que contar cómo antes en los hospitales, en todos los hospitales había estudiantes de medicina que se internaban en los hospitales, vivían en los hospitales, tenían ahí su residencia, había salas especiales donde ellos vivían en los hospitales.

Y entonces cada hospital, cuando llegaba a la fiesta de los estudiantes, el 21 de septiembre, hacían un show, un acto, y contrataban orquestas para esa fecha. Entonces cada orquesta que contrataban tenían la obligación de hacer un tango alusivo a esa fiesta.

Desde el año 1918, sexto baile,  creo que era 18, 19, 18, creo que era así. Yo fui también a un baile, entonces tuve que hacer un tango para el baile.

Y como era el sexto baile del internado, hice el tango. El sexto (1918). Ahora, cuando fue el 11º baile del internado, que también me contrataron con la orquesta, también tuve que hacer un tango. Entonces le puse, bueno, el 11, porque  el undécimo baile del internado.

¡Y fue el último!.

Y fue el último baile porque francamente, en uno de esos hospitales que estaban los estudiantes internados, alguien le hizo un chiste de mal gusto al rector, no sé cómo se dice. Los que cuidaban los hospitales se le metieron por la ventana, disfrazado, haciéndole un chiste de mal gusto, con armas y qué sé yo.

Este hombre se despertó ofuscado, que no sé quién fue».

Los bailes del internado se celebraron en 1914 y 1924.

Los sucesos de 1924, sin embargo estuvieron asociados a un final insospechado.  Cuatro jóvenes médicos del Hospital Piñero (Buenos Aires) quisieron asustar al nuevo administrador del hospital, Domingo Bonnet, que tenía amplia trayectoria administrativa en diferentes instituciones hospitalarias y era conocido por su carácter disciplinado y enérgico. El 9 de septiembre de ese año, un grupo de practicantes había realizado una fiesta en una casa con la intervención de prostitutas que llevaron a sus habitaciones del hospital después de la fiesta. Domingo Bonnet se había ganado el repudio de los practicantes cuando dejó cesantes a tres compañeros al haber comprobado que habían ingresado prostitutas en las habitaciones. Desde ese momento, la idea de provocar la renuncia del nuevo administrador había prevalecido entre algunos de los jóvenes, contó la socióloga Andrea Matallana.

El 9 de octubre, tuvo lugar el episodio que terminó en tragedia. El joven Ernesto W. O’Farrell, un internado, estudiante de medicina y practicante,  un poco alcoholizado, encabezaba la fila de los que fueron hacia la habitación de Bonnet. Pretendían asustarlo con gritos y ruidos, porque ninguno estaba armado, presionando para que renunciara. Pero resultó que Bonnet sí, y este revólver en mano, reaccionó con insultos e improperios y, en un intento por sacarle el arma, le disparó en la cabeza a Ernesto, muriendo en el acto.

Ese fue el fin de los bailes, que trajo aparejado un complejo debate acerca del internado, la responsabilidad de las autoridades, y el rol de la institución como tal en la formación de los médicos. Los estudiantes, sin embargo, siguieron conmemorando el día del estudiante. De hecho, algunos miembros del grupo fundador de la Fiesta del Internado convergieron en la fundación del Club Universitario CUBA en 1918, que siguió realizando festejos e instituyó, desde 1926, la copa O’Farrell en honor al joven fallecido.

 

Portada de la partitura de «El 6to.», tango milonga, baile del internado, del maestro bandoneonista Osvaldo Fresedo. Publicada por M.R.Tresino, en 1918.

 

La primera actuación oficial del trío

Según datos extraídos de diferentes notas que le realizaron el maestro, entre ellas la de Oscar Zucchi, esta se produjo en el Café Paulín de la Avenida San Martín, entre las actuales Donato Álvarez y San Blas, en 1914.

La formación siguió siendo la misma: Emilio Fresedo en violín, Osvaldo en bandoneón, y Martín Barreto en guitarra en lugar de su hermano Pedro Barreto.

Allí sólo tocaban los sábados y domingos y el «número fuerte» del grupo seguía siendo «El espiante», pero su repertorio incluía también los tangos «Unión Cívica» y «El flete», además de algunos valses.

Tiempo después Osvaldo forma un nuevo terceto con el pianista Antonio Basso y el violinista Enrique Modesto. Con esta formación el bandoneonista se presento en el Café Maldonado, ubicado frente al famoso arroyo homónimo, en el barrio de Palermo (CABA), y con el mismo elenco actuó. en los bailes de carnaval de 1915 en el Teatro Municipal de la ciudad de Pergamino (Buenos Aires).

En 1915, Fresedo, recomendado por su profesor Manuel Firpo, integra otro trío de música  típica con el compositor y pianista uruguayo Manuel «Manunguito» Aróztegui, autor del tango «El Apache Argentino» (1913), junto al violinista Paulino Fasciola, que se presenta en el café «A.B.C.», en la calle en Rivera (hoy avenida Córdoba) y Canning  (avenida Scalabrini Ortíz), en el barrio de Palermo.

 

Pedro Mario Maffia, ( (28 agosto 1899 – 16 octubre 1967)»El pibe de Flores» – Creador del estilo interpretativo que dio al bandoneón las bases de su definitiva fisonomía musical y temperamental (Horacio Ferrer)

 

Los dos «Pibes»

La respuesta a ¿porque lo bautizaron «El pibe de La Paternal», la dió, en varias ocasiones, el propio Fresedo al ser consultado sobre este punto.

Fresedo, en pleno ascenso artístico, actuaba en el café «Tontolín» del barrio de Villa Crespo, ubicado en la calle Triunvirato entre las calles Frías y Lavalleja. La calle Triunvirato, a esa altura, se llamaba, en esa época, Corrientes.

“La culpa es de Maffia (Pedro), también bandoneonista, que me digan -El pibe de La Paternal-. Con Pedro podemos decir que empezamos casi juntos, él en la calle Corrientes y yo en Triunvirato que era la misma calle en ese momento. Maffia tocaba en Corrientes y Del Carril y como a cuadra y media, yo tocaba en el Tontolín, con un trío que conocían como -el trío del pibe-. Como a Maffia también le decían «El pibe», lógicamente la gente al decir ¡voy a escuchar el pibe! obligaba a preguntar: ¿Qué pibe?. Entonces para diferenciarnos empezaron a identificarnos por el barrio al que pertenecíamos. Maffia era -el pibe de Flores- y yo era -El pibe de La Paternal-» (Osvaldo Fresedo).

En 1915, «El pibe de La Paternal» entró a trabajar al café «Venturita» de Corrientes y Serrano -luego Triunvirato y Serrano- con un nuevo trío: José Sassone (Piano) el músico que tocaba con Augusto Berto cuando estrenaron el tango «El espiante» (La ronda) y Emiliano Costa (Violín).

 

La culpa es de Maffia,  que me digan «El pibe de La Paternal»

 

Actuó en el Cabaret Montmartre, invitado por su amigo Eduardo Arolas, y después en el Royal Pigall, a instancias de Roberto Firpo. Arolas y Firpo eran ya, en la segunda década del Siglo XX, dos figuras fundamentales del tango como instrumentistas, directores y compositores.

Dúo con Vicente Loduca

En 1917, Fresedo conformó un antológico dúo de bandoneones con Vicente Loduca, grabando, durante se año, para el sello Victor (RCA). Uno de aquellos registros corresponde al tango “La huella”, y que estrenara junto a Loduca en el Café Paulín.

 

Orquesta de Vicente Loduca, grabación del tango «La Huella» de Manuel Aníbal Villanueva, detallándose en la etiqueta del centro de la placa de pasta (goma laca-shellac), de 78 rpm, la novedad de la participación del dúo de bandoneones Loduca-Fresedo. Disco Victor 69.592, matriz G-G 1907/1. Grabado en los estudios de grabación que esta compañía en la calle Cerviño, el 30 de abril de 1917.

Cuando  Osvaldo Fresedo actuaba con su orquesta en el cabaret Royal Pigall, la compañía Victor envió a un técnico con un equipo de grabación  «portátil», a recorrer todos los países de América Latina grabando la música característica de cada uno de ellos. Cuando llegó a la Argentina, la primera persona con la que contactó fue Vicente Loduca, porque ya había estado en Norteamérica actuando con el pianista Celestino Ferrer.

Lo conocían porque habían grabado allí algunos discos para editarlos en nuestro país. Por eso, cuando llegó el técnico empezó a buscar a Ferrer y Loduca. Ferrer se había quedado en Francia y gracias a ello encontró a Loduca y le concertaron la grabación de una serie de discos.

Loduca llegó entonces al Royal Pigall, no conocía personalmente a Fresedo, pero conocía a «Pirincho». Lo vio y le dijo: «Mira, tengo un problema: vinieron gente del Victor a grabar unos discos. ¿Podría hacerlos con todos ustedes?«. La respuesta fue afirmativa.

Como este hombre de Víctor no sabía nada, Loduca le dio lo que quería.

En definitiva, toda la Orquesta  que tocaba en el Royal Pigall, más la inclusión de Vicente Loduca en la misma. Fue la primera vez que se tocaron dos bandoneones en un disco.

Es por  ello que la compañía discográfica especificaba, como puede leerse en la etiqueta «Orquesta Típica V. Loduca (A dos bandoneones Loduca-Fresedo).

En estas grabaciones los músicos fueron:

  • Bandoneones: Vicente Loduca y Osvaldo Fresedo.
  • Violines: Francisco Canaro y Julio Doutry.
  • Piano: José Martínez.
  • Contrabajo: Leopoldo Thompson

 

La edición norteamericna de «La huella», misma matriz y número de serie, no especifíca la novedad del dúo de bandoneones. Lanza el productor como Orquesta Típìca V. Loduca, al precio, según se detalla en el a la izquierda del centro de la plaza, a 75 centavos de dólar.

 

En el año 1917, Roberto Firpo junto al violinista Francisco Canaro actúan en la ciudad de Rosario, para  los carnavales del Teatro Colón de esa ciudad. La gran orquesta estuvo integrada por Roberto Firpo, José Martínez (pianos), Eduardo Arolas, Osvaldo Fresedo, Pedro Polito, Bachicha (bandoneones), Francisco Canaro, Agesilao Ferrazzano, Julio Doutry y Alejandro Scotti (violines), Juan Carlos Bazán (clarinete), Alejandro Michetti (flauta), Leopoldo Thompson (contrabajo). En 1918, se suman el violín de Cayetano Puglisi y el bandoneón de Minotto Di Cicco.

 

Video – AMONÍACO – TRÍO, FRESEDO-TITO-COBIÁN – 1917

 

 

 

También en 1917, graba para el sello Telephone, como ejecutante de bandoneón,  con David “Tito” Roccatagliata en violín y  Juan Carlos Cobián no en calidad de pianista sino de guitarrista (Telephone 3066).

 

A la izquierda la etiqueta del disco de pasta, en 78 rpm, de la discográfica Telephone, Nº 3066, con el tango «Amoníaco» de Osvaldo Fresedo interpretado el trío Fresedo-Tito-Cobián, en el centro Juan Carlos Cobián en guitarra y David «Tito» Roccatagliata en violín, y a la derecha Osvaldo Fresedo en bandoneón.

 

Alrededor de 1918 constituye su primer conjunto acompañado por José María Rizzutti en el piano, Julio De Caro, Hugo Baralis en el contrabajo y Juan Koller en el violín.

Orquesta Típica Select

En 1920,  es contratado por la Victor (RCA). Por entonces esta compañía discográfica, con oficinas en Montevideo, buscaba rearmar su catálogo con el exitoso tango rioplatense. La idea era competir con el poderoso sello argentino-alemán Disco Nacional-Odeón.

Con 23 años realiza  su primer viaje a Estados Unidos junto con el pianista Enrique Delfino (quien sería el artífice del tango romanza) y el violinista Tito Roccatagliata para integrar, junto a otros músicos, el quinteto denominado Orquesta Típica Select, que grabó 54 tangos, en 9 sesiones entre el 24 de agosto y el 2 de setiembre de 1920. temas en Nueva York.. En ese país se presenta como grupo de jazz-argentino.

 

Quinteto Orquesta Típica Select: Hermann Lammers Mayer (Cello), Osvaldo Fresedo (Bandoneón), David «Tito» Roccatagliata (Violín), Luis Alberto Infante Arancibia (segundo violín) y Enrique Delfino (Piano). Formación que grabó para la fonográfica Victor, en Camden (USA).

 

La Orquesta Típica Select fue un quinteto de músicos: Enrique Delfino que había grabado solos de piano, en 1917, en Victor y Osvaldo Fresedo, integrante de la Orquesta Típica Loduca registrada ese mismo año, también en la empresa norteamericna. El tercer músico fundamental, fue el violinista David “Tito” Roccatagliata, contratado casi con seguridad a instancias de Fresedo, quien se desempeñó como director y arreglador, no declarado, de la orquesta. El investigador , coleccionista y académico Enrique Binda da  esta afirmación: «…surge de analizar el estilo de la orquesta, donde son rastreables las concepciones que luego volcará en su propia formación, con la cual grabó también en Victor a partir de 1922″. Los otros dos integrantes de la Orquesta Típica, son el segundo violinista Luis Alberto Infante Arancibia y el cellista Hermann Lammers Mayer (quien era artista de la misma Victor), estos músicos fueron incorporados en USA.

 

Los tangos «Color de rosa» y «La mimosa» fueron grabados el 28 de agosto, «Lengua e trapo» fue grabado el 1 de setiembre, de 1920.

 

Osvaldo Fresedo, Enrique Delfino y David «Tito» Roccatagliatta, regresaron a Buenos Aires en diciembre de 1920.

Cuando Fresedo dejó el Casino Royal para viajar a Nueva York, su orquesta pasó a llamarse «Orquesta Fresedo», dirigida por el bandoneonista Pedro Polito, y sufrió algunos cambios:

  • Bandoneones: Pedro Polito y Miguel Orlando
  • Violines: Julio De Caro y Manlio Francia
  • Piano: José María Rizzuti
  • Contrabajo: Hugo Baralis (padre)

A su regreso, Fresedo,  cuando comunicó a sus músicos que no continuaría como director, y la orquesta se disolvió.

Luego, actuó en los bailes de carnaval de 1921 en el teatro «Ópera» como integrante de una gran orquesta presentada por Francisco Canaro, donde presentó su tango «¡Sufra!» y Fresedo el tango «Cielito mío», cuya primera parte pertenece a un motivo popular mexicano llamado «Cielito lindo», según explica el mismo compositor.

Más tarde se presentaba en la sala del Teatro Capitol de Buenos Aires,  el Imperio, en bailes aristocráticos en casas particulares, presentaciones en Montevideo y audiciones por Radio Cultura, con el Cuarteto de Maestros integrado por:

  • David Tito Roccatagliata y Agesilao Ferrazzano, en violines
  • Enrique Delfino, en piano 

En la década de 1920, la renovación del tango, tenía dos nombres de punta Julio De Caro (1899-1980) y Osvaldo Fresedo. Dos grandes directores, dos talentos que ayudaron  a madurar la grandeza del tango, el esplendor de tan magnífica primera revolución musical popular del Siglo XX.

El tango Vida mía

«Vida Mía», es el tango más popular, de los creados por Osvaldo Fresedo, con letra de su germano Emilio, La obra su creada y grabada por primera vez el 13 de setiembre de 1933, por la Orquesta Típica Fresedo con el cantor Roberto Ray, para la compañía RCA Victor. Esta obra tuvo varias versiones la voz de Oscar Serpa, Fresedo la graba el 28 de diciembre de 1944 con la Gran Orquesta Argentina (RCA Victor), de Héctor Pacheco, con Osvaldo Fresedo Orquesta Típica, el e21 de agosto de 1952 (Columbia/Odeon). También hizo Fresedo dos grabaciones especiales acompañando a consagrados cantantes extranjeros amantes del tango como el tenor italiano Tito Schipa, en 1934 (RCA Victor), y  el tenor mexicano Pedro Vargas, el 27 de julio de 1945 (RCA Victor). También existe una grabación —tomada en vivo, en 1956, en la boîte Rendez-Vous, de Fresedo y Armani, en la que el trompetista Dizzy Gillespie improvisa mientras Fresedo, sin cantor, toca “Vida mía” (Orión). En 1981, el tenor español Placido Domingo graba «Vida mía» con arreglos y dirección de la orquesta del bandoneonista Roberto Pansera, su amigo y músico preferido.

 

La década de 1920 fue de mucha actividad para Fresedo, como compositor y director de orquesta. La aceptación que tenía entre el público más acomodado era muchísima: en alguna oportunidad, debió dividir su orquesta en cuatro y hasta en cinco para poder tocar en distintos lugares la misma noche. Entre 1925 y 1928, grabó cerca de 600 temas para la compañía Disco Nacional-Odeón.

Pero más allá de las actuaciones, predominaba en el un sentido ético y estético con su propuesta orquestal. «Me preocupaba más embellecer el tango, refinarlo, pero me gustaba siempre que el oyente entendiera la melodía. Me interesaba transmitirles lo que siento, de la misma manera que mis músicos intentan comunicarles mi sentimiento.En mi orquesta ensayo cuerda por cuerda y las hago tocar como lo siento. Ensayo con los violines, luego los bandoneones con el piano y el contrabajo y luego lo junto todo y quiero extraer la esencia de lo que toco” (Osvaldo Fresedo a Oscar Zucchi).

Lo interroga Zucchi sobre el punto profundizando la definición ¿En su orquesta le asigna más predominio a las cuerdas que a los bandoneones?

Osvaldo Fresedo – No, no, las divisiones las doy a las cuerdas y a los bandoneones y eso lo alterno con algunos unísonos. Porque no olvides que la Orquesta Típica suele requerir cuerdas y bandoneones y no hay mucha diversidad de sonidos.

Integración del conjunto Fresedo en 1922:

  • Bandoneones: Osvaldo Fresedo y Alberto Rodríguez
  • Violines: Tito Roccatagliata, Manlio Francia, alternando con Agesilao Ferrazzano, los tres violinistas incluso aparecen juntos en fotografías de la época.
  • Piano: Juan Carlos Cobián, luego José María Rizzuti.
  • Contrabajo: Ruperto Leopoldo Thompson
  • Saxofón: el español Francisco Ortega, quien intervino en las interpretaciones no pertenecientes al género del tango y también duplicó las notas del contrabajo en los tangos, en grabaciones para la compañía Victor.

 

 

En 1922 inició sus grabaciones en el sello Victor, en discos de pasta en 78 rpm y 25 cm de diámetro, mediante el sistema acústico.

La primera placa registrada presenta los tangos «Siete pelos» de Osvaldo Fresedo (26/04/1922 )y en el lado opuesto el tango del pianista Juan Carlos Cobián «Snobismo» (20/05/1922), obra por la que Fresedo sintió especial predilección (disco Nº73367). La etapa inaugural en Víctor transcurre desde 1922 hasta 1925.

A finales del 1922, en el mes de noviembre, el pianista Cobián, el violinista Roccatagliata y el bajista Thompson abandonaron la Orquesta de Fresedo, quedo integrada así:

  • Bandoneones: Osvaldo Fresedo y Alberto Rodríguez
  • Violines: Agesilao Ferrazzano y Manlio Francia
  • Piano: «El bacancito» José María Rizzuti
  • Contrabajo: Hugo Baralis (padre)

El pianista Rizzuti contribuyó con varias composiciones de exitosa realización, que enriquecieron la discografía del conjunto: «Reflejos», «La pesadilla», «Ta te ti», «Cenizas», «Gemidos», «El cisne», «Hollín» .

En las grabaciones se añade el violinista Jean Koller como refuerzo de la cuerda.

En 1923 regresó para la temporada de verano en Mar del Plata, con esta formación:

  • Bandoneones: Osvaldo Fresedo y Alberto Rodríguez
  • Violines: Manlio Francia y Jean Koller
  • Piano: José María Rizzuti
  • Contrabajo: Carmelo Mutarelli, el autor de «Mano cruel».

 

1927 – Orquesta Típica Fresedo – De izquierda a derecha José María Rizzuti (Piano), Osvaldo Fresedo (Bandoneón), Adolfo Muzzi (Violín), Sebastián Lombardo (Bandoneón), el suizo-francés Jean Koller (Violín) y Humberto Costanzo (Contrabajo).

 

En 1927, el éxito de Fresedo es tal que mantiene en actuación cinco orquestas al mismo tiempo, la principal de ellas en el cabaret «Ta-Ba-Rís», sobre la calle Corrientes.

Cuenta el periodista santafesino Manuel Adet: «En 1927 un porteño o, por qué no, un santafesino, que quisiera disfrutar con su esposa un momento agradable en Buenos Aires, podía asistir al cabaret «Ta-Ba-Rís» de la calle Corrientes para apreciar las virtudes de la orquesta de Osvaldo Fresedo, considerada la más elegante y distinguida de la ciudad. Si en el Tabarís no había localidades podía optar por el teatro Fénix de Flores, donde actuaba la segunda orquesta de Fresedo con el añadido de que esa formación contaba con la presencia de un joven pianista que se llamaba Carlos Di Sarli».

Si el Tabarís o el Fénix estaban colmados de público, algo muy probable, un viernes o un sábado a la noche, quedaba la alternativa de tres orquestas más que pertenecían a Fresedo, porque en ese año funcionaban simultáneamente en la noche de Buenos Aires cinco orquestas típicas dirigidas por él, una hazaña que sólo logrará equiparar Francisco Canaro en la década siguiente.

 

     Gif – Fotos  -Orquestas de Osvaldo Fresedo

En 1930, se presenta en la sala del cine «Metropol» de la calle Lavalle, el miércoles 1 de octubre de 1930, con la siguiente formación, datos que emergen del archivo fotográfico del violinista Manlio Francia:

  • Bandoneones: Osvaldo Fresedo, Juan Salvatore
  • Violines: Manlio Francia, Juan Cruz Mateo y José Lorito
  • Piano: Sebastián Lombardo
  • Contrabajo: Alfredo Corletto
  • «Chansonnier» cantor: Roberto Díaz

 

Al ser consultado sobre cual de las orquestas le generó mas satisfacciones, su respuesta fue: «La que más satisfacciones me ha dado es la que tuve con Pansera y Pérez Préchi».

Precisamente esa es la orquesta que surge después de haber grabado el último disco de su segunda etapa en el sello Victor, el 29 de septiembre de 1949, cuando grabó el tango de Antonio Rodio y José María Contursi «Y la perdí», tuvo que pasar poco menos de un año para que el Maestro Fresedo La orquesta regresó al estudio de grabación.

Vuelve a grabar para la compañía Odeon que publica sus registros bajo la etiqueta licenciada del sello Columbia, el 25 de octubre de 1950, cuando llevó al disco «Para lucirse», el tango instrumental de Ástor Piazzolla, y en el lado «A» un hermoso tango del maestro bandoneonista y director orquestal, al que llamó » Mi viejo reloj» (subtítulo: «Cajita de música»).

 

A la izquierda Lado «B», con el tango «Para lucirse» y a la derecha lado «A»  con el tango «Mi viejo reloj» por Osvaldo Fresedo y su Orquesta Típica. Número de serie 301.008 matrices MAI-93 y 94 respectivamente. En la etiqueta debajo del logo de Columbia, puede identificarse quien es el propietario del registro fonográfico «Ejecución público y radiotransmisión reservadas por Industrias Eléctricas y Musicales Odeon Sociedad de Responsabilidad Limitada Capital $ 2.000.000 moneda nacional»- Es un error que  se señale que la grabación fue realizada para la compañía norteamericna Columbia, lo real es que se publicó la grabación bajo contrato con Odeon con la etiqueta de la discográfica norteamericana. Estas grabaciones forman parte de catálogo pasaron a formar parte de del catálogo de EMI desde fines de la década de 1960 y desde el 2011 pertenece a Universal Music Group, una de las tres fonográficas más importante del mundo junto a Sony Music y Warner Music, cuyo propietario es el grupo francés Vivendi.

 

Durante este tiempo, Fresedo reestructuró su plantel musical, encargándole la concepción de los arreglos, en su mayor parte, a un joven músico de ideas revolucionarias, el bandoneonista Roberto Pansera, quien ingresó como arreglista y primer bandoneonista de Fresedo cuando tenía 18 años. También hay arreglos propios de excelente calidad.

El repertorio de Fresedo incluyó varios tangos instrumentales y también canciones de compositores noveles como Astor Piazzolla, Roberto Pansera y Roberto Pérez Préchi, estos dos últimos bandoneonistas de su orquesta.

A ellos añadió varias versiones renovadas de temas suyos muy conocidos («Pampero», «Sollozos», «Vida mía») y de autores ya clásicos (Figari, Troilo, Mores, Demare, etc.).

La integración de su orquesta en 1950 se detalla a continuación:

  • Bandoneones: Roberto Pansera, Américo Caggiano, a quien sucedieron Roberto Pérez Préchi y Mariano Rodas. También alternaba Oscar Baglione, pero siempre en la fila de 3 bandoneones.
  • Violines: Domingo Varela Conte, Pedro Lopérfido, José Amatriain y Antonio Casanova.
  • Piano: Eduardo Scalise Regard.
  • Violonchelo: Enrique Bourguet.
  • Contrabajo: Raúl Muñoz
  • Cantantes: Roberto Ray en su última incursión en el grupo de Fresedo, Armando Garrido, luego Héctor Pacheco y Carlos Barrios, quienes se incorporaron en el 51 y 52 respectivamente.

A esta configuración instrumental básica hay que sumarle el arpa, el vibráfono, la batería y la percusión:

  • Batería y vibráfono: José Pugliano
  • Arpa: Nélida Gianneo

 

Este conjunto se presentó en Radio Splendid, club nocturno «Rendez Vous» de Maipú 854, entre Córdoba y Paraguay, donde compartieron espléndidas veladas con la reconocida banda de jazz de Eduardo Armani.

 

 

Video – EL CARRERITO (CHICHE, MORO, ZAINO) – ORQUESTA TÍPICA FRESEDO – Canta: ERNESTO FAMÁ –  03/05/1928

 

 

 

Su actividad discográfica fue intensa:

Disco Nacional-Odeón  y  Víctor (Víctor Talking Machine), eran dos de las tres compañías grabadoras más importantes, previo a la década de 1930. A partir de 1932 emergerán como 2 gigantes, que dominarán, en buena parte, el mercado  y la producción discográfica del tango argentino durante «La Era de Oro del Tango», aproximadamente de 1935 a 1955 ( fin del peronismo). Disco Nacional Odeon tendrá diferentes etiquetas como ser Disco Criollo Odeon, y  Odeon, y la Victor al ser adquirida por RCA será RCA Victor. Todas las orquestas importantes grabaron para al menos una de ellas, a menudo para ambas. La tercera compañía era Columbia (CBS).

Osvaldo Fresedo, como artista, registra sus obras con las siguientes empresas fonográficas de Argentina: Victor, Disco Nacional Odeon, Brunswick, RCA Victor, Odeon (bajo las etiquetas Odeon, Regal y Columbia) y Columbia (CBS), y CBS.

 

 

  • Entre 1922 y 1925, Fresedo continuó grabando en el sello norteamericano Victor.
  • De 1925 a 1928, pasa al sello Disco Nacional-Odeón, donde protagonizó un hecho histórico: acompañó a Carlos Gardel en dos registros: “Perdón, viejita” (del propio Fresedo) y “Fea”. El sistema de grabación era aún el acústico. Entre las voces estuvieron: Antonio Buglione,  Jorge Ruanova. En el año 1929 no presenta ninguna grabación.
  • Durante 1930 registra 19 obras, en 1931 no graba  y 1932 deja 46 temas, todas para la compañía norteamericana Brunswick Records USA, y la filial Argentina, con la denominación Osvaldo Fresedo y su Orquesta Típica. Participaron de los cantores: Teófilo Ibáñez, Juan Carlos Thorry, Francisco Obregón, Luis Díaz. Para esta empresa realizó 65 registros fonográficos.
  • Desde el 16 de marzo de 1933, que inicia sus grabaciones en la fonográfica RCA Victor con el tema «El espiante», extiende su relación con el sello del perrito hasta el 22 de setiembre de 1948 con el tema «Y la perdí». Siendo los cantores: Oscar Serpa, Roberto Ray, Ricardo Ruiz, Osvaldo Cordó, Carlos Mayel.
  • Durante 1949 no realiza ninguna grabación
  • Para la compañía alemana Odeón graba,  alternando con la etiqueta Columbia (licenciada por Odeon), durante la década de 1950, con la participación de los cantores Héctor Pacheco, Carlos Barrios y Armando Garrido.
  • A partir de 1959, Fresedo comenzó a registrar su música en Columbia Records. Fue uno de los primeros artistas en grabar en sonido estéreo. Su álbum “Osvaldo Fresedo” se lanzó en 1959, bajo la etiqueta del sello de Columbia. Luego siguió a esta empresa que publico sus discos bajo la etiqueta CBS. Realizando producciones hasta 1980. Los cantores que participaron de su orquesta y las grabaciones, en este período, fueron: Blanca Mooney, Hugo Marcel, Oscar Luna, Roberto Yanes, Alberto Arana.
  • En 1968, realiza un registro fonográfico para la productora Arte, con la voz de Daniel Riolobos, y el recitado de Jorge Ruanova. Este trabajo lleva el título de «Los 10 Mandamientos» siendo los autores de todos los temas Osvaldo Fresedo con el bandoneonista Roberto Pansera y el letrista Roberto Lambertucci. Las orquestaciones corresponden a Roberto Pansera. Posteriormente continúa su relación CBS.
  • En 1968, una producción de Oscar Del Priore para su empresa Show Récords, presenta al cantor Osvaldo Arana con cuatro pistas grabadas para CBS por Osvaldo Fresedo.
  • En 1979 y 1980 es contratado por la compañía norteamericana CBS produciendo los lanzamientos de los larga duración de vinilo  «Fresedo 1980» y «Fresedo 1981» (su último disco)

 

El disco publicado por Odeón, bajo la etiqueta Regal, de su propiedad, originaria de España, en 1957, compila discos de pasta publicados en 78 rpm con las marcas Odeon y Columbia, entre 1950 y 1956:

 

 

Disco larga duración «Osvaldo Fresedo y su orquesta típica» –  Odeon  / Regal – 1950 a 1956 – LDR 576

 

FAZ A – 1. Tiempos viejos (Te acordás hermano), Tango, autores Francisco Canaro y Manuel Romero, canta: Carlos Barrios (20/05/1953), 2. Del tiempo de Gardel, Tango, autores Roberto Pansera y Homero Cárpena, canta: Armando Garrido (29/11/1950 – Columbia), 3. La calle maldita, Tango, autores Martín V. Darre y Roberto Lambertucci, canta: Armando Garrido (08/12/1950 – Columbia), 4. N.P. (Ne placé), Tango, autores Juan José Riverol y Francisco Loiacono, canta: Héctor Pacheco (09/08/1951 – Columbia), 5. Y total para qué, Tango, Roberto Pérez Prechi y Héctor Pacheco con Yaguarón, canta: Héctor Pacheco (03/12/1954 ), 6. Pampero, Tango, autores Osvaldo Nicolás Fresedo y Edmundo Bianchi, canta: Héctor Pacheco (21/08/1952 – Columbia)

 

FAZ B – 1. Sombra de humo, Tango, autores Roberto Pansera y Homero Cárpena, canta: Armando Garrido (21/11/1951 – Columbia), 2. Solo de bandoneón, Tango, autor Enrique Domingo Cadícamo, canta: Héctor Pacheco (16/10/1952 – Columbia), 3. Silbando, Tango, autores Sebastián Piana y Cátulo Castillo con José González Castillo, canta: Héctor Pacheco (13/05/1952 – Columbia), 4. Pasión inolvidable, Tango, autor Felipe Mitre Navas, canta: Héctor Pacheco (15/09/1953), 5. Aromas, Tango, autores Osvaldo Nicolás Fresedo y Emilio Fresedo, canta: Carlos Barrios (16/05/1956), 6. Triunfal, Tango, autor Ástor Pantaleón Piazzolla (15/09/1953)

 

Producción discográfica del maestro Osvaldo Fresedo para la compañía inglesa EMI Odeon, de 1968. Compilado de los versiones analógicas de 78 rpm, de la década de 1950, registros entre 1950 y 1957:

 

 

Texto de contratapa del disco «Para lucirse», es una excelente compilación de la década de 1950 de «El pibe de la paternal» – Incluye detalle de las 14 obras y la fechas de grabación –  Disco Odeon serie Azul Nº 55530:

Escuchando a este refinado cultor del tango, que introdujo en su ejecución orquestal los más sutiles elementos de la percusión, cuesta creer que el origen de su vocación esté en los rudimentos de la melodía porteña del tiempo heroico. Más bien le parecería, a un oyente admirativo pero ajeno a nuestro medio, que se trata del vuelo caprichoso y estético de un músico exquisito que ha buscado en el compás de nuestra danza ciudadana el cauce de su vena de armonías.

Sin embargo, nosotros sabemos bien que Osvaldo Fresedo viene del fondo de los años de lucha y esfuerzo, de los reductos modestos, de los pentagramas simples del lirismo popular, haciendo todos las escalas que llevan a los elegidos hacia el perfeccionamiento, hasta producir el decantamiento de un sonido propio, inconfundible.

Su bautismo en las lides tanguistas data de su adolescencia, cuando de las lecciones de solfeo y teoría con el maestro Desrets pasa a sus ensayos de conjunto tocando una concertina al lado del violín de su hermano Emilio y la guitarra de Martín Barreto, Pronto adquirió un bandoneón de 50 voces y de ahí, al instrumento formal de 71 voces poco trecho medió. En un café de la Avenida San Martín y Gaona conquista los primeros aplausos del público. Al año siguiente compone su primer tango, con augural fortuna Se trata de «El espiante», que, pasado el medio siglo, está ratificando con vigor su condición de éxito permanente. Corre un año más, y ya está «el pibe» Osvaldo tocando en plena colle Corrientes, inaugurando con su nom- bre una cronología indeclinable de triunfos en el ámbito de diversiones nocturnas del radio céntrico de Buenos Aires. Surgen del recuerdo dancings que se fueron en el traspapeleo de una época de oro Montmartre, Tabaris, Casino Pigall, Royal Pigall. Camaradas de orquesta que ya dejaron esta vida: Francisco Canaro, José Martinez, Juan Carlos Cobián, José María Rizzuti, y dos inolvidables compañeros con los que, formando el quinteto Select, grabó en el año 20 en Norteamérica, el pianista Enrique Delfino y el violinista Tito Roccatagliata.

Sus proezas deportivas de aviador, conjugadas al unísono con las musicales, haciendo gala de ese repentista talento y ubicuidad que singularizan a nuestras grandes figuras populares. Sus títulos de pionero del tango en la incipiente radiofonía, sus nuevos viajes a la América del Norte, sus renovados éxitos de París en Ambassadeurs, en El Garrón o en El Lido… Sus demostraciones del tango ante visitas principescas a nuestro país, en las que abundaron los elogios, Su intervención en la actividad cinematográfica y teatral. Sus lucidos períodos orquestales de invierno y verano, desarrollados, respectivamente, en su Rendez-Vous de la porteña calle Maipú, y en Tajamar, de Mar del Plata, convirtiendo ambos locales, de especial modo, en reuniones de la vida social argentina y del turismo dorado internacional

Y siempre, primando sobre sus fecundas inquietudes de intérprete, de director, de empresario, un buen gusto artístico excepcional y el dulce, arrullador, inconfundible «sonido de Fresedo»

Aquí está difundiendo ese personal sonido con su orquesta típica, en este disco extraordinario de ODEON que incluye catorce versiones concebidas y puestas en ejecución por el distinguido director en la época de su lozana madurez armónica.

Las fechas de grabación son elocuentes al respecto: el 25/10/1950 «Mi viejo reloj» y «Para lucirse»;  el 19/12/1950 «La puñalada»; el 3/9/1951 «La trampera»; el 13/5/1952 «Silbando»;  el 21/8/1952, «Pampero»; el 16/10/1952, «Patotero sentimental», el el 21/11/1952, «Lo han visto con otra»; el 20/5/1953, «Tiempos viejos»; el 14/9/1953, «Triunfal»; el 15/12/1953, «Divina» y «Y no te voy a llorar»; el 29/12/1955, «El espiante»; y el 27/9/1957, «La Viruta».

Cuenta con el aporte vocal de dos cantores que se destacaron a su lado: Héctor Pacheco y Carlos Barrios.

Osvaldo Fresedo inicia su periodo en la discográfica norteamericna Columbia, con grabaciones realizada en enero de 1959 y publicadas en un disco doble titulado «Osvaldo Fresedo», que fue adelanto del larga duración «El sonido de Fresedo»·

 

 

Osvaldo Fresedo – Columbia – 1959

Lado 1 – 1. Arrabalero, Tango, Osvaldo Nicolás Fresedo y Eduardo Calvo, canta: Blanca Mooney (20/01/1959), 2. Después del carnaval, Tango, José Antonio Amuchástegui Keen, Canta: Hugo Marcel (12/01/1959)

Lado 2 – 1. Que lejos mi Buenos Aires, Tango, autores Roberto Pansera y Homero Cárpena, Canta: Hugo Marcel (12/01/1959), 2. Julián, Tango, autores Edgardo Felipe Valerio Donato y José Luis Panizza, canta: Blanca Mooney (20/01/1959)

 

Producción discográfica del maestro Osvaldo Fresedo para la compañía norteamericana Columbia (CBS), de 1959. Primer larga duración, con doce títulos, en vinilo, registrados entre enero y junio de 1959:

 

 

Texto de contratapa del disco «El sonido de Fresedo», es una excelente y muy completa biografía de «El pibe de la paternal» – Disco Columbia serie Nº 8216:

«El nombre de Osvaldo Fresedo define una «modalidad» en el tango. Es un «estilo» de expresión, que concita por igual el aplauso de los bailarines, y el de quienes inclinan sus preferencias por la música para escuchar.

Fresedo aportó of tango nuevos concepciones de contenido y forma. Lo calidad interpretativa y el deseo de lograr una mayor musicalidad, fueron siempre los objetivos esenciales de su inquietud renovadora. Incorporó a las «orquestas típicas» efectos de interpretación, que a través del tiempo se han consustanciado con su propio esencia. Logró en sucesivos intentos de superación, lo que con tanto propiedad se ha dado en llamar «el sonido de Fresedo«, confiriéndole al tongo un «señorío» que en buena parte habría de contribuir a su enorme difusión por el mundo.

Osvaldo Fresedo es porteño. Nació en pleno centro de Buenos Aires, Su infantil vocación musical no contaba con el estimula paterno, cuya determinación orientaba su futuro hacia las ciencias económicos. Trasladado con su familia a La Paternal de ahí que en sus comienzos artísticos se lo apodara «el pibe de La Paternal” concurría con sus amigos o un café de Villa Ortúzar donde actuaba un trío integrado por Francisco Canaro, Augusto Berto y Domingo Salerno, El bandoneón despertó en Fresedo una atracción irrefrenable, y fué el propio Berto quien lo indujo a adquirir un modesto instrumento de sesenta y cinco voces.

Vencida la resistencia de su padre, Fresedo abordó seriamente los estudios musicales, Recibió de su madre las primeras nociones de solfeo, completando sus conocimientos con el maestro bandoneonista Pedro Desrets. A los quince años estaba ya en condiciones de hacer sus primeras armas como bandoneonista, que ero su gran anhelo, Luego de algunas actuaciones gratuitos en fiestas familiares del barrio, hizo Fresedo su presentación profesional en 1914. Fue en el Café «Paulín” de la Av. San Martín, donde actuaba los sábados con su hermano Emilio, entonces violinista, y el guitarrista Martin Barreto. Ganaban cuatro pesos por noche… Posteriormente actuó con Antonio Basso y Enrique Modesto, en el café «Maldonado de la calle Santa Fe. Compuso por entonces, su primer tango que tituló «La ronda», y luego denominó «El espiante». Con Manuel Aroztegui y Paulino Fasciola formó otro trío, debutando en el tradicional café de Conning y Rivera. De allí al «Venturita» de Triunvirato, y por último, al «Tontolin» de Villa Crespo, cerrándose así la etapa inicial de su carrera artística.

En 1915, comenzó Fresedo la conquista del centro. Con Francisco Canaro, José Martínez (le decían «El gallego», en piano), Julio Doutry (le decían «El francés», en violín) y otros destacados ejecutantes, formaron una orquesta que alcanzó rápida notoriedad. Contratados luego por el cabaret «Montmartre”, comenzaron ganando diez pesos por noche, hasta llegar al entonces fabuloso sueldo de novecientos pesos mensuales.

En 1916 pasaron al «Royal Pigall», y poco después Fresedo se desvinculó de la orquesta, para formar con Juan Carlos Cobián y Tito Roccatagliata un nuevo conjunto, que obtuvo gran suceso en el aristocrático «Armenonville».

Al inaugurarse el «Casino Pigall» en 1918, Fresedo fue contratado como bandoneonista para la ejecución de tangos, en lo orquesta que interpretaba los distintos géneros musicales de moda. El bandoneón de Fresedo resultó la gran atracción, proponiéndole la empresa que formara una orquesta exclusivamente para la ejecución de tangos. Requirió, entonces, la colaboración de Julio De Caro, José María Rizzuti, Rafael Rinaldi y Hugo Baralis (padre, siendo este el primer conjunto que actúa con el nombre y la dirección exclusiva de Osvaldo Fresedo .

Con Enrique Delfino y Tito Roccatagliata viajó a Estados Unidos en 1920, para cumplir un ventajoso contrato de cinco mil dólares con una empresa grabadora de discos (Victor). A su regreso formó con Delfino, Roccatagliatta y Ferrazzano el «Cuarteto de maestros», de resonante éxito en Buenos Aires y Montevideo. Reanudado su actuación como director, el nuevo conjunto de Osvaldo Fresedo se erigió en la orquesta de modo de los círculos aristocráticos porteños, consolidándose su prestigio popular a través de la enorme difusión de sus discos, y de su participación en los albores de nuestra radiotelefonía..

Tuvo siempre Fresedo marcado predilección por los deportes mecánicos. En 1923, su amigo D. Eduardo Olivero, lo inició en la entonces temeraria práctica de lo aviación, obteniendo entre peripecias humorísticas y dramáticas el brevet de piloto civil.

Emprendió Fresedo al frente de su orquesta una gira por Europa en 1928. Auspiciosamente acogió París a esta calificado embajador de nuestro tango. Inauguró la orquesta Fresedo el «Nouvelle Garrón» de Montmartre, contratado por la suma de 35.000 francos mensuales, que era entonces una fortuna. Luego de actuar en numerosos dancings de París, pasó Fresedo a Bélgica para cumplir una serie de contratos durante la temporada veraniega de Ostende. El invierno parisien de 1929 volvió a contar nuevamente con su concurso, resolviendo trasladarse o Estados Unidos antes de su regreso a Buenos Aires. Le correspondió inaugurar «El Trocadero» de Nueva York, culminando su exitosa «tournée» con una serie de programas de tango por la National Broadcasting Company». Hizo Fresedo su «rentrée» ante el público porteño en octubre de 1930, presentándose con su orquesta en el cine «Metropol», y reanudando su actuación radial por los más prestigiosas emisoras locales, con contratos por cifras que hasta entonces no habían alcanzado otros orquestos de nuestro medio. En mayo de 1932, Osvaldo Fresedo presentó en el «Astor» el primer conjunto sinfónico de música popular. Ofreció con carácter experimental audiciones de tongos ejecutados por una gran orquesta, sobre arreglos instrumentales de verdadera jerarquía artística. Significó un auspicioso ensaya precursor para un futuro del tengo, en una modalidad de concierto, como ha ocurrido con otras expresiones de música popular. Nuevas tentativos del mismo alcance y proyecciones, efectuó Fresedo en los espectáculos radioteatrales del «Politeama», y posteriormente en un ciclo par Radio Belgrano

Compositor vinculado al éxito a través de cada una de sus páginas, constituye la producción autoral de Osvaldo Fresedo una magnifico y muy representativa antología del tango en su más auténtica significación. A “El espiante», le sucedieron «Sollozos», «Cielito mio» «El 11», «Arrabalero», “Perdón viejita», «Canto de amor», «¿Por qué», «Pampero», «Vida mia» «Amor” (vals), «Tango mio», «Pimienta», «Rosarina linda» y «Mi viejo reloj», entre los títulos de mayor difusión.

A más de cuatro décadas de su iniciación artistica, Osvaldo Fresedo sigue dictando cátedra de «buen tango» al frente de su actual magnífica orquesta, dentro de su personal modalidad, tan pura en contenido emocional, como valioso en el equilibrio de sus recursos musicales.

La excelente selección de títulos contenidos en este «long play, constituye un exponente cabal de cuanto representa Osvaldo Fresedo para el tango, en su múltiple personalidad de director, intérprete y compositor».

Temas del disco «El sonido de Fresedo» (Alta fidelidad):

LADO 1 – 1. Re Fa Si, Tango, autor Enrique Pedro Delfino (07/05/1959), 2. Después de carnaval, Tango, autor José Antonio Amuchástegui Keen, Canta: Hugo Marcel (12/01/1959), 3. Que lejos mi Buenos Aires, Tango, autores Roberto Pansera y Homero Cárpena, Canta: Hugo Marcel (12/01/1959), 4. Pimienta, Tango, autor Osvaldo Nicolás Fresedo (23/01/1959), 5. Arrabalero,  Tango, autores Osvaldo Nicolás Fresedo y Eduardo Calvo, Canta: Blanca Mooney (20/01/1959), 6. El tamborilero, Milonga, autor Roberto Pérez Precchi (06/04/1959)

LADO 2 – Derecho viejo, Tango, autor Eduardo Arolas (02/06/1959), 2. Te quiero locamente , Tango, autores José Márquez y Roberto Ernesto Durán, Canta: Hugo Marcel (23/01/1959), 3. ¿Dónde estás?, Tango, autores Manuel Bernardo Súcher y Carlos Bahr Canta: Blanca Mooney (02/06/1959), 4. Es mejor olvidar, Tango, autores Héctor Luciano Stamponi y Eduardo Domingo Parula Canta: Hugo Marcel, (07/05/1959), 5. Julián,  Tango, autores Edgardo Felipe Valerio Donato y José Luis Panizza Canta: Blanca Mooney (20/01/1959), 6. Milonguero viejo, Tango, autores Carlos Di Sarli y Enrique Carrera Sotelo (06/04/1959),

 

En 1963, Discos Columbia de Argentina (CBS-Sony),  concreta el estreno de las grabaciones estéreo para su producción fonográfica y tanguera de Argentina. La primera orquesta de tango que utiliza esta novedad sonora, es la recientemente contratada por la empresa Columbia, de Osvaldo Fresedo. Graba entre otros tangos RE-FA-SI de Enrique Delfino, el jueves 4 de octubre de mayo de 1962. El lanzamiento del disco se transformó en un gran suceso comercial, nacional y mundial, por el nuevo sonido.

 

 

Texto del reverso del sobre del disco larga duración (Lp) de vinilo «Fresedo en Estéreo»:

«Si el debut de Osvaldo Fresedo en Alta Fidelidad fue sensacional creemos que no será menos esta su primera incursión en la estereofonía. Aprovechando los últimos avance de la técnica de grabación, hemos reunido esta docena de temas que representan una nueva etapa en la vida artística de un gran director que esta siempre a tono con la época. Algunos  títulos como  “Re-Fa-Sí” y “Pimienta” los hemos vuelto a grabar especialmente para este disco. Cabe destacar que para CBS es honor presentar al maestro Fresedo en el primer disco estereofónico totalmente grabado y procesado en nuestras instalaciones locales.»

Contenido del disco estéreo, con versiones instrumentales de 9 tangos y 1 milonga por la Orquesta Típica Fresedo, entre 1961 y 1963:

Lado 1 – 1. “Re-Fa-Sí”,tango, autor: Enrique Pedro Delfino (04/10/1962),  2. “Sueño azul” tango, autores: Francisco De Caro y Mario César Gomila (15/06/1961 ), 3. “De academia”, tango, autor: Osvaldo Nicolás Fresedo (22/05/1961), 4. “El día que me quieras”, tango , autores: Carlos Gardel y Alfredo Le Pera (01/06/1961), 5. “Viajando«, tango, autor: Osvaldo Nicolás Fresedo (15/04/1963), 6. “Capicúa”, milonga, autor: Roberto Nievas Blanco (15/06/1961)

Lado 2 – 1. “Que noche”,tango, autor: Agustín Bardi (02/05/1963), 2. “Volverás”, tango, autores: Osvaldo Nicolás Fresedo y César Felipe Vedani (14/09/1961), 3. “El pollito”, tango, autor: Francisco Canaro (26/05/1961), 4. “Golondrinas”, tango, autores: Carlos Gardel y Alfredo Le Pera (22/05/1963), 5. “Pimienta”,tango, autor: Osvaldo Nicolás Fresedo (04/10/1962), 6. “Taconeando”,tango, autores: Pedro Mario Maffia y José Horacio Staffolani (15/04/1963).

En 1963, la empresa norteamericana RCA Victor, competidora de su coterránea COLUMBIA  (CBS), también se encuentra reeditando en larga duración de vinilo, el material de su importante catálogo de tango, que incluye a Osvaldo Fresedo. El siguiente es uno de los compilados, lanzados con muy bue n criterio con joyas de la tanguística rioplatense.

 

Video – LOS DOPADOS  – ORQUESTA TÍPICA FRESEDO – LOS DOPADOS (CLARITA / LOS MAREADOS) es un tango compuesto por el pianista JUAN CARLOS COBIÁN «El aristócrata del tango», que inicialmente se llamó Clarita. No tenía letra, que fue posteriormente agregada por Raúl Doblas y Alberto Weisbach cuando incluyeron el tango en su obra teatral titulada «Los dopados (Los Mareados)» que se estrenó el 4 de mayo de 1922 en el teatro Porteño de la ciudad de Buenos Aires. En ese momento pasó a llamarse igual que la obra y con ese nombre fue grabado el 13 de enero de 1924 con la voz de Roberto Díaz acompañado en el piano por el propio Cobián y Agesilao Ferrazano en violín para el sello Victor y también por Osvaldo Fresedo en forma instrumental para el mismo sello el 25/08/1922, con la siguiente formación: Bandoneón: Osvaldo Fresedo – Vicente Loduca, Violin: Francisco Canaro – Julio Doutry, Piano: José Martínez. El pianista Juan Carlos Cobián es uno de los compositores, junto a Raúl De Los Hoyos, destacados por el académico Pablo Kohan en su libro «ADN DEL TANGO».

 

 

 

Último larga duración de vinilo para la compañía norteamericana  CBS (Columbia), de la década de 1960, conteniendo registros fonográficos de 1961 a 1966, publicado en 1968:

 

 

Temas del larga duración de vinilo “Bandoneón amigo”, de 1968. CBS número de serie 8829

Lado 1 – El flete, Tango, autores Vicente Greco y Gerónimo Gradito (24/10/1966), 2.Viejo Buenos Aires, Tango, autores Mariano Mores y Martín V. Darre, canta: Oscar Luna (24/06/1966), 3. Barrio pobre, autores Vicente Belvedere y Francisco García Jiménez, canta: Roberto Yanés (14/10/1966), 4. Milonguita, Tango, autores Enrique P. Delfino y Samuel Guillermo Eduardo Linning, canta: Hugo Marcel (4/09/1961), 5. Cuesta abajo, Tango, autores Carlos Gardel y Alfredo Le Pera (17/06/1963), 6.Sobre el pucho, Tango, autores Sebastián Plana y José González Castillo, canta: Oscar Luna (01/06/1961)

Lado 2 – 1. Entrelazado, Tango, autor Roberto Pansera, (7/06/1963 ), 2. Bandoneón amigo, Tango, autores Osvaldo Fresedo Homero Manzi, canta: Roberto Yanés (14/10/1966), 3. Mi Buenos Aires querido, Tango, autores Carlos Gardel y Alfredo Le Pera (15/04/1966), 4. El flaco Abel , Tango, autores Roberto Pansera y Eduardo Domingo Parula, canta: Oscar Luna (07/06/1961), 5. La sanata, Tango, autor Roberto Nievas Blanco (24/10/1966), 6. Tengo, Tango, autores Roberto Pérez Prechi y Eugenio Majul, canta: Roberto Yanés (24/06/1966)

 

Texto de contratapa del disco larga duración “Bandoneón amigo”, por el escritor , letrista y periodista uruguayo Federico Silva

Hace casi tres años que todos aquellos a quienes el sango les importa por enamoramiento, no cesan de pedirle a Osvaldo Fresedo que siga grabando, que nunca deje de grabar, en una inútil argumentación de que todo lo que toque será un clásico por ese simple hecho, que pieza alguna podrá dejar de ser hermosa y digna si él la elige y filma con los mágicos toques de su criterio, que viene probando desde casi el comienzo mismo de la peripecia tanguera. Quizás ha sido la unanimidad del juicio y la insistencia del gran público a quien nunca ha dejado de respetar privativamente como imagen y espíritu de la música que transmite su mensaje: quizás hayan sido los propios ejecutivos de CBS que incansablemente se negaron a resignar ese retiro: quizás sea el mismo espíritu aventurero que guiaba aviones increíbles en los albores del siglo: quizás, al fin. haya sido la suma de todos estos factores lo que impulsara al maestro en este bienvenido retorno a los estudios grabadores llenos de maravillas electrónicas, donde pueden lucir con máximo esplendor las sutilezas timbricas, los matices que nunca nadie podrá superar por técnica alguna y que Fresedo vislumbró como expresión tanguera normal antes aún de que existiera la técnica misma. No es cosa de ponerse a escribir a esta altura biográfica que coinciden casi puntualmente con todos los hechos importantes del género: pero no está demás destacar lo difícil que es escribir imparcialmente acerca de este hombre para quien ha seguido de cerca su carrera, ha estudiado sus logros y los ha valorado, ha tenido el privilegio inusual de acceder a su amistad para encontrarse con que esa distinción musical que ha sido siempre su inconfundible característica, ese señorío que lo des cubre al instante entre miles de otros intérpretes, no es al cabo sino una continuación de su propia personalidad, de la manera de ser privada y el estilo de su trato directo amable pero firme, cordial pero hondo, de un paisaje de vida organizado, severo. abierto a la justicia y la lealtad.

Así pues, aquí hay dece temas más por un creador, y en estas simples palabras va todo implicite: no es frecuente encontrar el nombre de Osvaldo Fresedo frente a una docena de grabaciones nuevas, maduras y rebosantes de su talento impar.

Federico Silva (*)

(*) Federico Silva

Nació en la ciudad de Montevideo, República Oriental del Uruguay, el 5 de enero de 1920 y su verdadero nombre era René Federico Silva Iraluz. Falleció en esa ciudad el 4 febrero de 1986. Destacado letrista y periodista. Fue un fiel representante de la escuela romántica que, en gran medida, surgió en la década del cuarenta. Si bien tuvo admiración por la pluma de Homero Expósito, no precisamente un romántico puro, en sus comienzos, su estilo tiene más que ver con José María Contursi.

En 1943, compone “Déjame verte”, su primera obra. Sus otras creaciones fueron “Pena de luna”, (con música de Sebastián Piana), “Letra de tango”, “Flor amarga” (José Puglia y Edgardo Pedroza), “Sin estrellas”, “Vencida” y “Murga de pibes” (con Donato Racciatti). A fines del cincuenta comienza otra serie exitosa con “Hasta siempre amor” (Donato Racciatti), “Que falta que me hacés” (Armando Pontier y Miguel Caló) estrenado por Miguel Caló el 5 de abril de 1963, por Radio El Mundo de Buenos Aires, “El puente” (Armando Pontier), “Vos y yo corazón” (Luis Stazo), entre muchos otros de esta época.

Como periodista se inicia en el diario El País de Montevideo, escribiendo sobre deportes, crónicas del espectáculo y a partir de 1955, de tango.

Fue autor de libros como “Informe sobre Gardel”, “Informe sobre Sosa” e “Informe sobre Troilo”, y tuvo una importante actuación radial como director del programa “Motivos Populares” que se difundió durante más de veinte años, por las emisoras Sport, El Espectador y Montecarlo de Montevideo.

 

En 1963, la compañía RCA Victor, relanza  excelentes registros fonográficos de su catálogo, aprovechando el buen momento de la orquesta de Osvaldo Fresedo:

 

Lanzamiento Osvaldo Fresedo que incluye, en la portada (a la izquierda) con foto del puerto de La Boca, la leyenda «Serie «Apoyando el buen tango- del archivo de grabaciones de RCA Victor de la -Época de Oro del tango-«, haciendo referencia a la década de 1940. En el centro la etiqueta del disco, y a la izquierda el reverso del sobre, muy valioso, firmado otra figura fundamental del tango escrito, el poeta Julián Centeya, figura insoslayable del cantor de los barrios y el centro porteño.

 

Texto del reverso del sobre del disco larga duración (Lp) de vinilo «Osvaldo Fresedo», firmado por Julián Centeya:

«Aquí está Osvaldo Fresedo de siempre. En una integridad absoluta que el artista se ha propuesto, en una vivida colección trazada en base a catorce temas, que transcurren traspasados por el cedazo de su sensibilidad. Este ordenamiento informa, con todos los esfuerzos que el propósito ha exigido, un material de aguda selección, donde el sentido histórico del tango en si, se observa desde la simple lectura de sus títulos y logrando, con ellos, el todo de una muestra de rara singularidad.

Esto es lo que me permite decir que Osvaldo Fresedo conjuga el patio luminoso de sol con el zaguán en sombra. La suya es una aristocracia de esquina que se pone la chalina salobre de un viento anónimo. En el tango de Fresedo está el barrio en plenitud y la ciudad total. Irradia, orquestalmente, desde la geometría de zonas, la reunión de colores, que definen su propio carácter, moviendo las cuerdas en un juego y contrajuego siempre preciso, advirtiéndose, sin esfuerza, que responde a autenticidades que comete con exquisito gusto e indudable talento.

En Osvaldo Fresedo se impone hablar de arquitectura como suma de dos factores definitorios: matemática y geometría. Y todo con lo cálido que deviene, como hecho enraizado en su espíritu, esencialmente milonguero…

La calificación de «milonguero» presupone a bien sugiere, una posición afectada a elementalísimos anti-culturales. El conferido juicio que emana del vocablo (milonguero), intenta la ubicación propia a que tiene derecho el veterano músico, a quien la geografía de Buenos Aires le confiere origen en el barrio La Paternal y contribuye a una exclusiva definición: la de afirmar que Fresedo es TANGO. Con mandatos de suburbio y alardes de aula. En su orquesta, de meditaciones indiscutibles, el tango se expresa con esos matices íntimos, luciéndose, el Maestro, en la contra-forma de disonancias -destiempos- donde la afinación es una de sus virtudes en permanente asomo, la mesura, como mérito, construyendo clásicas «huidas» graduadas en planos, aparentemente fáciles, siendo, en cambio la consecuencia que transforma el dificultisimo hacia la interpretación, que, para testimonearse requiere el hombre-ciudad.

Hace añares que el factor búsqueda le permitió ubicarse en lo personal imparangonable, Osvaldo Fresedo no fue afectado jamás por épocas, modas corrientes y otros flujos y reflujos suicidantes. Su sonido es él. Su estilo es su personalidad. Por otra parte. Osvaldo Fresedo, es un hecho e importa decirlo, ya que éstas son horas de vedetismo afortunado citando a devotos capaces de toda digestión.

A Fresedo se le pueden endosar las palabras que Florencio Escardó, reservó para Carlos Gardel en su «Geografía de Buenos Aires”, en el capítulo «La Ciudad en el Hombre” (Artexto Ediciones) página 123: «…no tiene a dar trabajo, sino a dar vuelta a una sentimentalidad profunda, a moverse en el meridiano hedónico de una canción expresiva; y en esa latitud todos nos podemos encontrar, el intelectual y el fabril, el doctor y el lego, el adolescente y el anciano y sobre todo la mujer, ser canoro por antonomasia.»

El singularismo Fresediano tiene, frente al compositor, una comunicación que es preciso destacar. En esta colección advertimos “Derecho Viejo”, donde el mitológico Arolas es tratado con una dignidad poco común, «Pimienta” -obra del intérprete- en la que la mecánica orquestal se entretiene en el sabor compadre; «El Irresistible», del siempre recordado Rogati, al que da plenitud de color, «La Clavada» de Zamborini, aire de definiciones compadres en clima esquinero. En esta presencia, propia de colección, se agregan «Arrabalero», «Poliya», «Firulete», «La Mariposa», «Julián», «El Entrerriano», «El Choclo», «La Cumparsita» y «Mariposita». títulos antológicos que han merecido la puesta en atriles con el cariño de hombre y el tratamiento de artista, con que Fresedo se define frente a sí mismo y al pueblo. El poseedor de este larga duración debe entender que se hace propietario de un Fresedo cien por ciento.

La inteligente selección rubricada por el sello de alto prestigio, permite tal posesión, reeditando títulos de todos los tiempos y que el dia que sucede actualiza haciendo fresca una actualidad tanguera que nos espeja y define. Sobre todo ahora en que lo auténtico exige su entendido regreso y en que las devoluciones están comprometidas con toda formalidad para una recuperación sin un solo descarte.

Períodos de confesión han afectado a nuestra canción mayor. Inclinaciones hacia el barbarismo, confesadas conductas por lo barato, crearon estados inciertos y un extravío amargo nos sumó en saldos de tristeza y pena, mas, la auténtica vigencia de lo bello, de lo nuestro, de lo que nos pertenece, está en muestras como la que aquí se registra, con un Osvaldo Fresedo íntegro de fidelidades, con la pureza transparente de su sonido, reuniendo versiones del más acentuado carácter antológico.

Fresedo es tango-ciudad de tono barroso de río, subdividida a barrio duradero. Eso aflora en su ejercicio habitual, como constante de su amor hacia y por el tango, sin una sola interferencia, vale decir, guiándose en la exclusiva linea, de una personalidad que tiene adhesiones de tipo místico y ello porque Fresedo tiene capacidad de pasión.

Fresedo es esquina de Boedo y Chiclana, alto cielo de San Juan y Boedo, panel de la Boca con caligrafía con humo de remolcadores, una calle en Barracas con lateral de corralones, el Flores cajetiya, el Mataderos de coscojas, el bajo Belgrano estulero con recuerdos de Tapón y El Negro Pavura, el Balvanera parroquial, el Montserrat histórico y el Palermo trascendido a leyendas que conversan de Paredes y Muraña. Fresedo, si, es tango-ciudad. Y esto no es elogio. Es puro reconocimiento. De no otra manera no se interprete.»

Julián Centeya (*)

Palabras del lunfardo (argot argentino) que usa Centeya en el texto:

Pavura: Susto, miedo

Cajetiya: Hombre de condición socioeconómica alta, excesivamente atildado y presumido

Estulero: Lo vinculado a un Stud (lugar en el que se crían y cuidan caballos, especialmente los destinados a las carreras, y conjunto de caballos que pertenecen a un mismo propietario) .

(*) Julián Centeya

Julián Centeya, es el seudónimo de Amleto Enrique Vergiati, que nació en Borgo Val di Taro, provincia de Parma, Italia, el sábado 15 de octubre de 1910 y falleció en Buenos Aires el viernes 26 de julio de 1974. Antes de Centeya usó el seudónimo de Enrique Alvarado. Fue un destacado poeta, recitador y letrista de tango ítalo-argentino, conocido por sus poesías y textos en lunfardo. Era llamado “El hombre gris de Buenos Aires” y “El poeta de las musas reas”. Cuando Amleto tenía once años, su padre, un periodista de ideas anarquistas, debió huir de su país, emigrando a la Argentina, a donde arribó en 1922. Vergiati estableció una profunda relación afectiva con la ciudad, y en particular con su barrio, Boedo, de donde se consideraba oriundo, y decía: «pa’ ver si se enteran que yo soy de Boedo». En el barrio de San Cristóbal (CABA), en Av. San Juan 3255, existe, desde el 2002, el “Espacio Cultural Julián Centeya” un punto de encuentro para disfrutar obras de teatro infantiles, conciertos para los más chicos, cine, danzas, muestras de arte y shows musicales.

 

Contenido del larga duración (Lp) de vinilo, que compila registros fonográficos realizados entre 1933 y 1947 – «Osvaldo Fresedo» – Serie Coleccionista CAL-3032 /1963

LADO 1 – 1 Derecho viejo, Tango (30/12/ 1941) Orquesta Típica Fresedo, 2. Arrabalero, Tango, (4/04/1939) Orquesta Típica Fresedo, 3. TIgre viejo, Tango (16/08/1934) Orquesta Típica Fresedo, 4. Poliya, Tango (16/11/1939) Orquesta Típica Fresedo, 5. Firulete, Tango (16/11/1939 ) Orquesta Típica Fresedo, 6. Julián, Tango (19/11/1945) Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina, 7. Pimienta, Tango (10/03/1939) Orquesta Típica Fresedo

LADO 2 – 1. El entrerriano, Tango (26/04/1944) Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina, 2. El irresistible, Tango (12/11/1943 ) Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina, 3. El choclo, Tango (11/09/1947) Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina, 4. La clavada ,Tango (27/12/1933) Orquesta Típica Fresedo, 5. La mariposa, Tango (23/08/1945) Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina, 6. La cumparsita, Tango (28/06/1943) Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina , 7. Mariposita, Tango (19/06/1941 ) Orquesta Típica Fresedo

 

Osvaldo Fresedo, en 1968, encabeza una producción de carácter religioso para la empresa Arte (Es un disco para el mundo):

 

 

Texto del reverso del sobre del disco larga duración (Lp) de vinilo «Los 10 mandamientos», firmado por el reverendo padre Héctor Oglietti:

«En este mundo sin rumbos, mientras un grupo de hombres se empeña en dar muerte a Dios, y en llevarlo a enterrar, otros tratan de volverlo a la vida.

Estamos lejos de aquella Edad Media, en que todas las manifestaciones del pensar y del sentir humanos apuntaban a El. Dios era EL GRAN PRESENTE en todo, y en todas las cosas, Por desgracia hoy no es así. Pero no tenemos derecho a ser pesimistas mientras haya hombres que no se avergüencen de devolverle un lugar al que siempre tuvo derecho nuestro corazón.

Cuando el maestro Fresedo me pidió que escuchara esta obra, me interesé vivamente. Tuve curiosidad por saber si el tango podía servir de vehículo al mensaje, así, con mayúsculas, y pude constatar que era así. Claro está que para que esto fuera posible, se necesitaba un hombre, o más de uno, y con una doble sensibilidad: la de Dios, y la del pueblo, y manos a la obra, se empeñaron en lograr un mensaje digno del pueblo y de Dios.

Este trabajo no es el resultado de especulaciones teológicas, ni de artificios oratorios, No. Es una glosa fresca y sencilla de la Ley Divina hecha por hombres de sensibilidad ciudadana.

Fresedo y Pansera en la música, Lambertucci en los ver- sos y el cantante Riolobos, viven como todos en la ciudad de los hombres y conscientes de que ella no es morada definitiva para nadie, les hablan a los hombres de la Ciudad de Dios, de la que El sueña construir con todos aquellos que sean capaces de edificar con AMOR.

Además, si Dios es el dueño de todo, también es dueño de la música y de los músicos. Por lo menos de los músicos que creen en El. África, América, Europa y sus países hicieron el intento de poner al servicio de la Palabra de Dios sus ritmos más caros. ¿Por qué el tango no?

La misa Luba, la Sevillana, la Mexicana, la Criolla son todas formas distintas de decir lo mismo: que Dios es el Señor y el dueño de todo lo creado. Por eso los autores pensaron en los Diez Mandamientos.

Yo sé muy bien que con esta obra no han pretendido, ni pretenden ganarse una nueva corona en el mundo de la música. No tienen necesidad. Todos sabemos quiénes son y de qué son capaces. Tampoco han pretendido, ni pretenden obtener un lugar de privilegio entre los «hits» del momento, aunque estoy seguro lo lograrán.

Este trabajo obedece a algo más, y espera algo más: que el tango no se quede sin decirle a Dios que él también lo quiere, y que es capaz de servirlo en cada nota, en cada compás, en cada frase encarnada en melodía. Parque el tango, también es de Dios.»

Reverendo Padre Héctor O. Oglietti

 

Contenido del larga duración (Lp) de vinilo,  – «Los 10 mandamientos» Osvaldo Fresedo y su orquesta con Daniel Riolobos – Serie PC Monoaural  Nº 3301.

Faz A – 1. INTRODUCCIÓN «LA CREACIÓN» Poema sinfónico Orquesta y recitado por Jorge Ruanova, 2) (Amarás a Dios sobre todas las cosas) «FRENTE A DIOS», Canción tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 3. (No jurarás Su santo nombre en vano) «JURO POR DIOS», Canción tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, , 4. (Santificarás las fiestas)»FIESTA SANTA», Tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 5. (Honrarás a tus padres)»AMO A MIS PADRES» Canción tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 6. (No matarás) «NO MATARÉ», Tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos.

Faz B – 7. (No fornicarás) «HUYENDO DEL PECADO», Canción tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 8. (No robarás) «NO ROBARÁS», Tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 9. (No levantarás falso testimonio, ni mentirás) «ODIO LA MENTIRA», Tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 10. (No desearás la mujer ajena) «ES AMOR PROHIBIDO», Canción tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 11. (No codiciarás los bienes ajenos) «NO CODICIO LO AJENO» Canción tango, Osvaldo Fresedo, gran orquesta, canta: Daniel Riolobos, 12. «UNA CANCIÓN DE FE», Vals, Osvaldo Fresedo, gran orquesta , canta: Daniel Riolobos, y coro vocal

 

En 1968, se suma al la producción fonográfica de Osvaldo Fresedo, la producción de un disco doble (Ep) lanzando por la productora fonográfica Show Records, de Oscar Del Priore (Hijo). Este lanzamiento contiene las cuatro grabaciones de Osvaldo Fresedo con el cantor Osvaldo Arana:

 

 

Osvaldo Fresedo – Osvaldo Arana – Show Récords – 1968

Lado A – 1. Viejo Buenos Aires, tango, autores Mariano Mores y Martín Darré, 2. Tengo, tango, autores Roberto Pérez Prechi – Eugenio Majul.

Lado B – 1. Amar hasta morir, tango, autores Nino Fassa y Jorge Burbrirge. 2. Sobre el pucho, tango, autores Sebastián Piana y José González Castillo.

Texto de contratapa del sobre que contiene el disco doble (Ep) lanzado por Show Récords en 1968 con los cuatro tangos que grabó Osvaldo Arana con la orquesta de Osvaldo Fresedo.

Con estas grabaciones, realizadas en 1968, hace su presentación en la orquesta de Osvaldo Fresedo el cantor Osvaldo Arana. Sobre la personalidad de Osvaldo Fresedo ya nos hemos referido exhaustivamente en el LP 1 (FRESEDO 1931). Por ello, reseñemos brevemente la trayectoria de Arana: Se inició como cantor de la orquesta de Jorge A. Fernández, pasando en 1956 a la de Florindo Sassone, con quien actuó en Radio Belgrano. Retirado de la actividad artística entre 1957/60, retorna al canto al incorporarse a la orquesta de Emilio Orlando, que actuaba en Radio El Mundo. En 1964 interviene en el conjunto de Alberto Di Paulo, con importantes actuaciones en Radio Belgrano y Canal 7. En enero de 1966 se incorpora a la orquesta de Osvaldo Fresedo, realizando su primer baile junto al maestro en el Club Sportivo Sarmiento, de Sarandí. A poco se desvincula de la orquesta de Fresedo, actuando como solista en Radio Belgrano acompañado por la orquesta de Leopoldo Federico y en Canal 9. Y a fines de 1967 reingresa definitivamente al conjunto de Osvaldo Fresedo.

Oscar Del Priore (h.)

«SHOW RECORDS», para su serie «La Ciudad», ha reeditado los clásicos éxitos de OSVALDO FRESEDO / LP 1: Tango mio, Carillón de la Merced, La Cachila, Contó siempre conmigo, ¿Por qué?, ¿Qué sapa, señor?, El 11, El espiante, El Rebelde, Lupe, Metido, Mentiras. OSVALDO FRESEDO y su orquesta 1931/32, con las voces de Agustín Magaldi, Teófilo Ibáñez, Roberto Ray, Agustín Irusta, Roberto Fugazot, Luis Diaz. Diseño gráfico: Oscar del Priore (h.).

Las grabaciones mencionado por Del Priore de la publicación del larga duración de Osvaldo Fresedo, presenta grabaciones realizadas por el maestro bandoneonista para el sello norteamericano Brunswick, en los años mencionados.

En 1977,  al cumplise el 80 aniversario del natalicio del maestro bandoneonista Osvaldo Fresedo, la compañía norteamericana RCA Victor decidió homenajear a quien fue una de las figuras importantes de su catálogo, dentro del repertorio popular argentino y del tango. Para ello produce un larga duración (Lp) de vinilo con grabaciones extraidas de discos de pasta, en 78rpm, cedidos por el coleccionista Wilfredo Gene.

 

Disco larga duración (Lp) de vinilo, velocidad 33 rpm, (1922 – 1924), titulado «Osvaldo Fresedo – 80ª  Aniversario 1922 / 1924», publicado por RCA Victor en homenaje a quien fue un artista muy importante de catálogo. Un hecho sin precedentes en la industria fonográfica.

 

Texto de contratapa del disco «Osvaldo Fresedo – 80ª Aniversario» – Por el Dr. Luis Adolfo Sierra

«Se ha dicho, con incontrovertible certidumbre, que correspondió a la década de los años veinte la definición de los grandes estilos interpretativos en la ejecución del tango. Fue el periodo creativo por excelencia, de las modalidades instrumentales que habrían de conferir fisonomía propia a la universalmente difundida música. popular rioplatense.

A comienzos de aquel trascendente ciclo de evolución, ya el nombre de Osvaldo Fresedo significaba una modalidad Interpretativa del tango, un estilo inconfundible de expresión, una sonoridad distinta, que atraía por igual las preferencias de los bailarines y a quienes se inclinaban por la música para escuchar. Podría decirse que desde entonces, y a lo largo de más de sesenta años de brillante dedicación artística, la orquesta de Osvaldo Fresedo, fue cabal exponente de jerarquizada calidad musical y constante inquietud renovadora en el afán permanente por lograr una mayor musicalidad en las formas de ejecución del tango.

Coincidió la circunstancia de la formación de la segunda y definitiva agrupación orquestal de Osvaldo Fresedo, con el advenimiento de su prolongada y señera labor discográfica. Hablan quedado atrás los años de adolescencia que le valieron el cariñoso apodo de «el pibe de La Paternal», las actuaciones Iniciales en los «Paulin», «Venturita», «Tontolin» y en las «casas de baile”.

con su hermano Emilio y Martín Barreto, la unión consagratoria con José Martínez y Francisco Canaro en el «Montmartre» y en el «Royal Pigall” y su primera incursión como director hacia 1919 con Julio De Caro, José María Rizzutti, Hugo Baralis, Rafael Rinaldi, en el Casino Pigall.

Había regresado ya de Estados Unidos en compañía de Enrique Tito Roccatagliata, contratados por la compañía «Victor» para la grabación discográfica de cincuenta tangos en los estudios de «Camden». Y la prolongación en Buenos Aires de aquella iniciativa, integrando con Enrique Delfino, Tito Roccatagliata y Agesilao Ferrazzano el «Cuarteto de Maestros».

Sobre la base de dicho cuarteto, con Juan Carlos Cobián como pianista, en lugar de Enrique Delfino, volvió Osvaldo Fresedo a encabezar un conjunto de su dirección, exitosamente presentado en la temporada marplatense de 1922.

De allí al «Abdulla Club” del subsuelo de la Galería Güemes, y al disco fonográfico atesorando en versiones antológicas inapelable testimonio artístico de cuanto el tango debe a Osvaldo Fresedo en su infatigable dedicación profesional, incorporando sucesivos recursos instrumentales que se fueron consustanciando con la esencia misma del género. Desde entonces, y hasta su casi reciente decisión de retirarse de la actividad musical, la orquesta de Osvaldo Fresedo fue invariablemente expresión del mejor tango instrumental, dictando cátedra de calidad, depurado contenido emocional, admirable equilibrio sonoro y refinado sentido estético.

Con motivo de cumplir Osvaldo Fresedo sus ochenta años de noble existencia, nada más oportuno acaso que reunir en su homenaje algunas versiones acústicas de aquel primitivo repertorio discográfico inicial, registrado para el sello «Victor entre 1922 y 1924.

A más de cincuenta años de su realización, conservan aquellas interpretaciones el alto valor documental de cuanto se habla logrado ya en materia de interpretación instrumental del tango, como si se hubieran definido y configurado íntegramente por entonces los basamentos estilísticos y conceptuales Que determinarían en su esencia la progresiva evolución de esa forma musical popular tan nuestra. Imposible abarcar en las doce versiones elegidas para el contenido de este homenaje discográfico, todo el alcance creativo y la proyección artística que significa aquel luminoso periodo tan pródigo en aportes de invalorable trascendencia para nuestro tango. Y difícil puntualizar cuidadosamente en las apretadas líneas de esta somera referencia ilustrativa, los comentarios esclarecedores que sugiere este invalorable capítulo de la historia musical del tango.

Es interesante destacar, entre tantos otros aspectos, la permanente preocupación estética de Osvaldo Fresedo, para lograr las mayores posibilidades sonoras en su cometido.

Así, por ejemplo, el ingenioso recurso de agregar un saxofón barítono a la formación tradicional del clásico sexteto típico (dos bandoneones, dos violines, piano y contrabajo) para las grabaciones discográficas.

Es que los incipientes sistemas de registro sonoro de la época, ofrecían entre otras deficiencias, la falta de percepción auditiva del contrabajo, dando la sensación de un conjunto sin la necesaria base rítmica. Dicho en otros términos, las bocinas de captación se «tragaban» el fondo grave de la orquesta.

Para salvar tal deterioro en la sonoridad del conjunto, requirió el director la experimentada participación del saxofonista Francisco Ortega cuya función estaba estrictamente limitada a doblar las notas básicas del contrabajo, sin que jamás trascendiera su intervención como voz cantante.

También es necesario reconocer la esmerada selección del repertorio. Jamás, Osvaldo Fresedo llevó al disco obra alguna que no reuniera destacados valores artísticos. De ahí entonces, que buena parte del repertorio antológico del tango llegara de Osvaldo Fresedo.

Aquí mismo, en esta reducida muestra, se advierten títulos que se lanzaron por entonces y ganaron inconmovible celebridad en las versiones de nuestro artista, tales como «Los dopados» (que cambió su título por «Los mareados» cuando Enrique Cadícamo le acopló los tan difundidos versos), «Almita herida», «Cenizas», «Snobismo», y del propio Fresedo «Sollozos».

Por último, se Incluye aquí una curiosa singularidad, que es la muy poco difundida faceta interpretativa de Osvaldo Fresedo solista de bandoneón. No fue nunca, ni quiso serio además, un virtuoso concertista del Instrumento que domina con admirable capacitación técnica. Prefirió siguiendo acaso la escuela bandoneonística de Eduardo Arolas que su intervención se diluyera en

compacto sonido de la orquesta como elemento ensamblador de los distintos timbres instrumentales.

En consecuencia, existen escasos testimonios de lucimiento de Osvaldo Fresedo como bandoneonista eximio.

Y las dos versiones que se reproducen ahora, se deben a la afortunada circunstancia de haber llegado con atraso el violinista Tito Roccatagliata a la sesión de grabación en los estudios de la «Victor” cuando viajaron con ese objeto a Estados, en 1920.

Se decidió imprevistamente el registro de dos solos de bandoneón, para salvar el vacío dentro del horario fijado para las grabaciones de los músicos argentinos. Debemos así a la impuntualidad del siempre recordado violinista, estas dos expresivas versiones del bandoneón legendario de «el pibe de La Paternal».

Cabe repetir como broche de este homenaje de recordación al periodo inicial de la labor discográfica de Osvaldo Fresedo, que este gran maestro de la música popular argentina dictó siempre cátedra de buen tango, en su múltiple y celebrada personalidad de intérprete, director y compositor».

Luis  Adolfo Sierra (*)

Texto que figura sobre la foto de Osvaldo fresedo , en la contratapa:

Importante

Las selecciones que Integran esta reseña de la orquesta de Osvaldo Fresedo, fueron grabadas en épocas cuando las técnicas avanzadas de hoy eran desconocidas. Sin embargo, la calidad de sonido es secundaria ante la emoción de escuchar nueva- mente estas grabaciones de un verdadero pionero del tango.

RCA agradece al señor Wilfredo Gene, su gentil colaboración discográfica, al ceder los discos acústicos para su reproducción.

Temas del disco larga duración (Lp) Serie Grabaciones Históricas – RCA Victor – AVS- 4469

LADO 1
1. El cisne, tango (José María Rizzuti). Año 1923 – Orquesta 2
2. Snobismo, tango (Juan Carlos Cobián). Año 1922 – Orquesta 1
3. Ídolos, tango (Osvaldo Fresedo). Año 1923 – Orquesta 2
4. De antaño, tAngo (Alberto Rodríguez). Año 1923 – Orquesta 2                                                                                                                  5. Los dopados (Los mareados), tango (Juan C. Cobián – E. Cadícamo). Año 1923 – Orquesta 1                                                                    6. La ratona, tango (Osvaldo Fresedo). Año 1923 – Orquesta 2
LADO 2
7. Almita herida, tango (Juan C. Cobián – E. Cadícamo). Año 1923 – Orquesta 2
8. Fuego lento, tango (Manlio Francia). Año 1923 – Orquesta 2                                                                                                                          9. Nueva York, tango (Osvaldo Fresedo). Año 1920 – Solo de bandoneón por Osvaldo Fresedo                                                            10. Bélgica, tango (Enrique Delfino). Año 1920 – Solo de bandoneón por Osvaldo Fresedo                                                                  11. Cenizas, tango José María Rizzuti). Año 1923 – Orquesta 2                                                                                                                        12. Sollozos, tango (Osvaldo Fresedo). Año 1922 – Orquesta 1

2, 5 y 12 / Orquesta 1: con intervención de Osvaldo Fresedo (primer bandoneón), Juan Carlos Cobián (piano), Tito Roccatagliata (primer violín) y Leopoldo Thompson (contrabajo).

1, 3, 4, 6, 7, 8 y 11 / Orquesta 2: con intervención de Osvaldo Fresedo (primer bandoneón), José María Rizzuti (piano), Manlio Francia (primer violín) y Carmelo Mutarelli (contrabajo).

 

(*) Doctor Luis Adolfo Sierra

Luis Adolfo Sierra nació en París, Francia, el 23 de enero de 1917 y falleció en Buenos Aires, 7 de diciembre de 1997. Adquirió renombre nacional e internacional como estudioso de la historia del tango, pero además fue un músico, escritor, doctor en abogacía especializado en derecho autoral.

A los tres meses de vida, su padre, que era médico psiquiatra, lo trajo con él a Buenos Aires. Creció en un departamento ubicado en un edificio en la avenida Callao y Bartolomé Mitre en cuya planta baja estaban las oficinas de la Casa Max Glücksmann. Aficionado desde chico a la música del tango, aprendió a tocar el bandoneón con Pedro Maffia y se perfeccionó en teoría y solfeo con Sebastián Piana.

En 1955, publicó Los sextetos inolvidables, El octeto Buenos Aires y El tango en París; luego escribió Perfiles del tango, El octeto del tango, Deslinde entre dos guardias, El tango en los últimos 25 años, El bandoneón: voz del tango, Discepolín, Tango e Historia de la orquesta típica. También fue corresponsal de la revista La música Iberoamericana, de Tokio (Japón). En 1954 fundó el Club de la Nueva Guardia y en Montevideo la peña Gente de tango. Desde 1956 produjo y condujo Nuestro tango es así en las radios El Mundo, Belgrano, Libertad y Del Pueblo. Fue fundador y asesor de la Sociedad Argentina de Arregladores y Orquestadores y asesor del SADAIC. Miembro de la Academia Nacional de Lunfardo.

En 1987, se lo distinguió con el Premio Konex a la Música Popular

 

Músicos de la orquesta de Osvaldo Fresedo, entre 1922 y 1923, de la portada del larga duración «80ª Aniversario», con registros de la compañía Victor:

 

Músicos, de izquierda a derecha:   José María Rizzutti (Piano), Alberto Rodríguez (2do. Bandoneón), Adolfo Muzzi (Violín), Osvaldo Fresedo (Bandoneón) , Manlio Francia (Violín), José Koller (Violín), Pastor Trivelli (Bandoneón), Carmelo Mutarelli (Contrabajo), Raúl Fresedo (Batería).

 

Los dos últimos discos de Osvaldo Fresedo

Con más de 80 años regresa a las grabaciones, contratado por la compañía CBS, empresa en la que figura parte de tu trayectoria, al haber sido artista de la misma, bajo la etiqueta Columbia.

En 1970, el maestro Fresedo tuvo que someterse a una intervención quirúrgica y a partir de entonces decidió abandonar la actividad y no hubo más presentaciones en público, ni grabaciones durante casi 10 años, salvo cuatro canciones realizadas para Columbia en 1975.

Ante la insistencia de personas vinculadas al tango, para que este particular estilo fuera registrado con la mayor fidelidad que permitía el avance tecnológico de la última década, finalmente rompió el silencio que se había impuesto y aceptó grabar un larga duración, una auténtica antología de los temas instrumentales más representativos de la escuela estilística que lo tuvo como inventor y ve la luz «Fresedo 1980».

 

«Fresedo 1980» es un disco con versiones instrumentales, con arreglos del bandoneonista Roberto Pansera, que fue grabado en 1979 y publicado en 1980. Director Artístico: Hugo Videla

El disco fue presentado en el programa radial «Tango a tango», que se transmitió por LR3 Radio Belgrano, el lunes 5 de mayo de 1980, con motivo del cumpleaños 83 del maestro Fresedo, quien se presentó dirigiendo su orquesta como antaño, » en vivo”, desde las 22:30 horas.

El grupo de músicos que intervinieron en este disco y posterior emisión de homenaje, es el mayor jamás convocado por Fresedo para grabaciones. Reunió 28 profesionales de primer nivel, incluídos los dos cantores, para los dos últimos trabajos fonográficos de la carrera artística de «El pibe de La Paternal» :

  • En bandoneón: Roberto Pérez Préchi, Osvaldo  Fresedo, Marcos Madrigal, Ernesto Baffa, Roberto Pansera y Osvaldo Montes.
  • Violines: Antonio Agri, Hugo Baralis, Aquiles Aguilar, Manuel Baya Gómez, Mauricio Marcelli, Juan Scaffino, Emilio González, Pedro Lopérfido, Simón Broitman, José Votti, Carlos Arnaíz.
  • Violas: Henry Ballestro, Rodolfo Fernández.
  • Violonchelos: Alfredo López Echeverría, Daniel Pucci.
  • Contrabajo: Raúl Muñoz
  • Bajo eléctrico: Carlos Nicolini
  • Vibráfono: Mateo Juan Giarruzzo.
  • Percusión: Roberto Corriale
  • Piano: Roberto Cícare.

Arreglos: A cargo del bandoneonista Roberto Pansera

Texto de contratapa del disco «Fresedo  1980» – Por el poeta Francisco García Jiménez

«Osvaldo Fresedo

La cabeza encanecida, pero la mirada jovialmente luminosa. En el semblante la expresión concentrada que dan los años vividos, pero en el corazón la abierta alegría de cada contacto con la música, razón valedera de su vida. Es Osvaldo Fresedo. El de 1980, que el superar su edad a la del siglo, puede hacer la cuenta regresiva y mostrarnos otra vez su inconfundible personalidad renovando con brillantez la interpretación de un puñado de pentagramas populares de vigencia permanente. Esa misma vigencia es la del Fresedo director, que en este disco, al frente de veinticinco músicos fieles a su modalidad, revalida hoy los atributos que cimentan su fama. No retorna de un exilio de silencio. Retorna de un descanso meditado, y la empresa que desde sus estudios de grabación devuelve su arte estilizado al gusto público, sabe que el público lo ha echado de menos y aguardaba este aporte indispensable a la difusión de la mejor melodía ciudadana.
Buena ocasión es la presente, entonces, para recordar que este refinado cultor del tango ha introducido en su ejecución orquestal los más sutiles elementos de la percusión haciendo juego equilibrado con una fluyente vena de armonías. Sabido es que lo ha logrado viniendo desde las ilusionadas y no fáciles horas de la incipiente vocación, a puro esfuerzo inteligente, en etapas de perfeccionamiento, hasta obtener este premio intimo de conseguir un impar sonido propio. Es una larga historia signada por el aplauso de múltiples devotos, la de este sonido eufónico de la orquesta de Osvaldo Fresedo, que se repite en esta placa, «en la linea de siempre» -como el mismo Fresedo dice y que concretamente equivale a reafirmar el respeto a las melodías que han prendido en los labios y el corazón de la gente, y el sumo cuidado de no extremar el vuelo de algún realce.
Fresedo ha querido, además, que los tangos contenidos en estos surcos respondan con autenticidad a su origen y tengan definido carácter rítmico. Preciado mérito de él ha sido conjugar sendas funciones armoniosas, para deleite de quien escucha y de quien baila. Concediendo un acreedor lugar a la entrañable nostalgia, no es aventurado suponer que Fresedo ha dejado en este disco un perdurable testimonio del fondo musical con que él prestigió las noches placenteras del «Rendez-Vous» porteño y el marplatense «Tajamar». Haciendo referencia en detalle a los tangos de este compendio, cumple decir que los tres debidos al numen de su conductor titular «Porqué»», «El Once» y «El espiante» están inscriptos entre los de más sostenido éxito de su particular repertorio. Los dos de Vicente Greco «Ojos negros» y «La viruta», son perenne muestra de la inspiración de aquel bandoneonista que por espontánea ocurrencia dio bautismo calificativo a lo que él llamó «orquesta típica criolla». En el de Juan Carlos Cobián «Mi refugio» el director ha puesto acento conmovido, pues lo vincula al recuerda de su antigua camaradería profesional con el extinto pianista y relevante compositor. «La cachila», de Eduardo Arolas, constituye un virtual homenaje al notable creador de muchas melodías trascendentes. «El entrerriano», de Rosendo Mendizábal, está oportunamente incluido, tanto por su dilatada celebridad como por su condición de contemporáneo de su intérprete (Osvaldo Fresedo y este tango nacieron en el año 1897). Y los imprescindibles compases binarios de «La cumparsita» -antonomasia del tango- tienen aquí la virtud, no común, de lucir con las galas propias, sin remanidos adornos.
Párrafo aparte merece el tango «El pibe de La Paternal», que si en su título evoca el cariñoso mote que sirvió de espaldarazo al precoz bandoneonista, en su estructura brinda campo propicio al giro elegante y de buen gusto del veterano triunfador. Obviamente, la página está dedicada a Osvaldo Fresedo por su autor, Roberto Pansera, colaborador imponderable en la realización de este disco, donde los tangos son sentimientos que hallarán eco en todas las almas porque ellos mismos son eco de todos los sentimientos del pueblo».

Francisco García Jiménez (*)

 

Temas del disco larga duración (Lp) de Osvaldo Fresedo «Fresedo 1980» – Disco CBS– Matriz ALS-4644 – Serie Nº 20041

Lado 1

  1. La cumparsita (tango) autores: G. Matos Rodríguez y Enrique P. Maroni con Pascual Contursi
  2. Porque (tango) autores: Osvaldo y Emilio Fresedo
  3. Ojos negros (tango) autores: Vicente Greco y Julián Porteño
  4. Mi refugio (tango) autores: Juan C. Cobián y Pedro N. Córdoba
  5. El once (tango) Osvaldo y Emilio Fresedo

Lado 2

  1. El pibe de la paternal (tango) autor: Roberto Pansera
  2. El entrerriano (tango) autor: Rosendo A. Mendizábal
  3. La viruta (tango) autores: Vicente Greco y Julián Porteño
  4. El espiante (tango) autor: Osvaldo Fresedo
  5. La cachila (tango) autor: Eduardo Arolas

 

(*) Francisco García Jiménez

Nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 22 de septiembre de 1899 y falleció en la misma, el 5 de marzo de 1983. Se destacó como poeta, cronista, comentarista del tango, guionista de películas, letrista y comediógrafo que tuvo una extensa carrera en Argentina. En algunas ocasiones usó el seudónimo de Joe Francis. Su paso por el mundo del tango es recordado, por las letras de tango, que escribió desde 1920. Ese año Carlos Gardel le grabó la de Zorro gris (música de Rafael Tuegols), con la que inició una larga serie de éxitos.

Hombre de vasta cultura y sólida formación intelectual, ha puesto siempre al servicio de la letra del tango una gran corrección literaria, que le fue reconocida reiteradamente en los famosos concursos de la Casa Max Glücksmann. Así, en el de 1926 obtuvo el tercer premio con Bajo Belgrano (música de Anselmo Aieta); en 1928, el tercer premio con Alma en pena (música de Anselmo Aieta) y en 1930, el cuarto premio con Bajo tierra (música de Anselmo Aieta). Asimismo en 1929, su tango Prisionero (música de Anselmo Aieta) fue seleccionado para el Gran Premio de Honor.

Con respecto al tango “Lunes” el mismo García Jiménez dice: “En ese mundillo tanguero de Rosario fue donde Padula concibió sus dos tangos para la posteridad, Nueve de Julio y Lunes, a los que daría estructura formal en Buenos Aires. Él no se preocupó por su publicación mientras todas las orquestas típicas los incluían en sus repertorios”. Originalmente Padula lo tituló Lunes 13, se abrevió en Lunes cuando García Jiménez le puso letra en 1929.

 

En 1980, la compañía encara la último producción discográfica del maestro bandoneonista Osvaldo Fresedo «El pibe de La Paternal», con la Dirección Artística de Hugo Videla, los arreglos del bandoneonista Roberto Pansera y los mismos integrantes de la orquesta que compusiera el disco «Fresedo 1980».

Su orquesta, ahora dirigida por el bandoneonista Roberto Pansera, debido al paulatino deterioro de la salud del maestro, grabó otro disco de larga duración en el sello Columbia, con el que cerró definitivamente su discografía.

 

Este último disco se terminó de grabar en julio de 1980 y salió a la venta en marzo de 1981. Contó con la participación especial de los cantores Argentino Ledesma y Hugo García (Galo Hugo García)

 

Temas del disco larga duración (Lp) de Osvaldo Fresedo «Fresedo 1981» – Disco CBS –  Matriz ALS-1412 – Serie Nº 20189

Lado 1

  1. El marne (tango) autor: Eduardo Arolas (27/06/1980)
  2. Flores negras (tango) autores: Francisco de Caro y Mario C. Gomila (27/06/1980)
  3. A media luz (tango) autores: Edgardo Donato y Carlos C. Lenzi canta: Argentino Ledesma (04/07/1980)
  4. Melodía simple (tango) autor: Roberto Capuano (27/06/1980)
  5. Mimí Pinsón (tango) autores: Aquiles Roggero y José Rótulo canta: Hugo García (27/06/1980)

Lado 2

  1. Maipo (tango) autores: Eduardo Arolas y Gabriel Clausi (27/06/1980)
  2. Yo soy (tango) autores: Osvaldo Fresedo y Oscar Fresedo canta: Argentino Ledesma (04/07/1980)
  3. Bien mistonga (melodía simple) autor: Roberto Nievas Blanco (04/07/1980)
  4. Un retrato de Aníbal (tango) autor: Roberto Pansera (27/06/1980)
  5. Mi viejo reloj (tango) autor: Osvaldo Fresedo (04/07/1980) – La primera grabación la realizó el 25 de octubre de 1950 para la compañía Odeón bajo la etiqueta, licenciada por esta fonográfica, de Discos Columbia.

 

Roberto Pansera

Roberto Pansera, nació en la ciudad de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, el 20 de mayo de 1932 y falleció en Buenos Aires, 6 de mayo de 2005. Su nombre completo era Roberto Vicente Pansera. Sus padres fueron Vicente Pansera y Elisa Carmen Petraso. se crio en los barrios de Constitución y Barracas, de Buenos Aires, pues su familia se mudó a esta ciudad cuando tenía 4 años. Comenzó a tocar el bandoneón de oído cuando su tío le regaló un pequeño instrumento, hasta que su padre lo mandó a estudiar con el maestro Domingo Federico.

Se destacó como bandoneonista, organista, compositor, director de orquesta y arreglista dedicado al género del tango. Tuvo una formación musical sólida y participó en diversas orquestas, cumpliendo su ciclo más brillante como arreglista y bandoneonista en la orquesta de Osvaldo Fresedo, siendo uno de sus músicos preferidos.

En 1981, Roberto Pansera es contratado por la empresa Phonogram (Philips) para dirigir la orquesta y realizar los arreglos de un disco que se grabó el 26 de junio de 1981, con 10 tangos clásicos que cantó el tenor español Placido Domingo. El larga duración de vinilo titulado «Tangos» se publicó en julio de ese año y fue récords de ventas alcanzando la distinción de Discos de Oro y de Platino, en un año, otorgado por la Cámara del Disco de Argentina. Este álbum incluye el tango «Vida mía» la obra más popular de Osvaldo Fresedo, con letra de su hermano Emilio.

Con Osvaldo Fresedo

Cuando en 1950 Scalise se incorporó a la orquesta de Osvaldo Fresedo, Pansera también lo hace y a los pocos meses pasó a hacer los arreglos de los nuevos temas de la orquesta. En esa década en que la orquesta incorporó a su repertorio temas de Piazzolla y renovó algunos de sus clásicos, las ideas vanguardistas de Pansera, así como el aporte del bandoneonista Roberto Pérez Prechi, que conocía a aquel desde sus participaciones en el conjunto de Herreros, influyeron en uno de los ciclos más destacados de Fresedo como puede comprobarse en sus grabaciones para las discográficas Odeon en primer lugar y en Columbia a partir de 1959,​ después estuvo en la de Eduardo Scalise. Regresando a la de Osvaldo Fresedo como bandoneonista y arreglista.

 

Cantores

Fresedo tuvo la «audacia», dice el investigador y periodista Julio Nudler (Todo Tango), de introducir en el tango timbres nuevos, como los del arpa y el vibráfono, y de utilizar discretamente la batería. Eligió además con gran cuidado a sus cantores, que debían armonizar con la exquisitez de su estilo orquestal.

La lista de voces que fueron parte de la orquesta de Osvaldo Fresedo en sesiones de grabación y actuaciones, o como cantante invitado, cuenta con estos  34 nombres:

Oscar Rorra (1923), Juan Carlos Thorry (1927), Ernesto Fama (1928), Antonio Buglione (1928), Teófilo Ibáñez (1931), Carlos Viván (1931), Roberto Ray (1931), Luis Díaz (1932), Francisco Obregón (1932), Agustín Irusta y Roberto Fugazot (1932), Charles Wimer (1933),  Tito Schipa (1934), Roberto Díaz (1935), Ricardo Ruiz (1939), Carlos Roldán (1941), Carlos Mayel (1941), Oscar Serpa (1944), Pedro Vargas (1945), Osvaldo Cordo (1948), Armando Garrido (1950), Jorge Beiró (1951), Héctor Pacheco (1952), Carlos Barrios (1957), Blanca Mooney (1959), Roberto Bayot (1961), Hugo Marcel (1961), Oscar Luna (1966), Roberto Yanés (1966), Osvaldo Arana (1966), Daniel Riolobos (1968), Argentino Ledesma (1980), Hugo García (1980).

 

Oscar Rorra (1923)

Este cantor afrodescendiente nació en Montevideo, el 15 de agosto de 1890 y falleció en Buenos Aires, 6 de abril de 1950.  Fue un cantante uruguayo cuyo apodo era Caruso Negro.
Nació en el barrio Sur de Montevideo, en la calle Isla de Flores y Cuareim. En su infancia vendió números de lotería por las calles de Montevideo. También se desempeñó como mensajero de un negocio hasta que Donato Pascale, dueño del Café Italiano ubicado en 18 de Julio y Río Branco lo escuchó cantar y acordó pagarle un peso por noche en su establecimiento. Previamente, sus condiciones habían sido reconocidas por Oscar D’Oliveira quien le pagó lecciones en un conservatorio, que Rorra abandonó poco tiempo después.
Su apodo de «Caruso negro» le fue dado luego que Pascale le ofreciera cincuenta centésimos sobre su pago habitual para que cantara las arias de la ópera Pagliacci, que habían sido interpretada por el reconocido tenor Enrico Caruso, cuando se presentó en los teatro Solís y Urquiza en agosto de 1915. Cabe resaltar que ya existía otra persona apodada de esta forma y se trataba del tenor norteamericano Roland Hayes.

Con Osvaldo Fresedo

Con la Orquesta de Osvaldo Fresedo, grabó en Buenos Aires el tango de Manuel Parada “Mi reliquia” el 31 de julio de 1923, para la compañía norteamericna Víctor.

 

Juan Carlos Thorry (1927)

Su nombre real, José Antonio Torrontegui nació el 28 de junio de 1908, en la ciudad de Coronel Pringles, Buenos Aires ( Argentina) y falleció el 12 de febrero de 2000, en San Antonio de Padua, Partido de Merlo (Buenos Aires, Argentina), más conocido como Juan Carlos Thorry, fue un cantante, autor, compositor, actor y director de cine argentino. Realizó su primera actuación en el colegio San José de Buenos Aires. Formó un grupo de jazz junto a una troupe estudiantil llamada Santa Paula Serenaders.

Con Osvaldo Fresedo

En 1927 fue cantante de la orquesta de Osvaldo Fresedo. El 10 de mayo, grabó para Disco Nacional Odeon, “Pensando en ti”, tango de su creación, el 4 de noviembre el tango “Perfume de mujer” de Juan José Guichandut y Armando José María Tagini y el”Pebeta canyengue”, tango de Víctor Pedro Donato y José Éneas Riú, entre otros.

 

Antonio Buglione (1927)

Nació en el barrio de San Cristóbal, Buenos Aires, Argentina, el 18 de mayo de 1899 y falleció en esa ciudad el 2 de marzo de 1978. Se destaco como músico, violinista, compositor, cantor. estudió música y violín con Ernesto Nuchi, quien en 1915 lo llevó como ejecutante para actuar en la localidad de General Villegas con un cuarteto, en una «casa de mujeres», donde actuó tres meses. Al volver a la capital debuta con el cuarteto de Antonio Scatasso en el famoso Café El Parque, de allí y al correr de los años tocó en todos los cafés, cabarets y cines de aquel tiempo que hubo en Buenos Aires, hazaña que no igualó ningún colega suyo.

Surgió como el compositor de dos tangos dignos de Agustín Bardi y anímica y musicalmente alineados en la tendencia que encabezó éste: La maleva y Olivero.

Se vinculó luego a Ricardo Brignolo junto a quien tocó en el café Botafogo, de Lavalle y Suipacha. Con Petrucelli y Martínez viajó a Córdoba para tocar en el bar Victoria.

Posteriormente se desempeñó con Roque Biafore en el café Nacional de Corrientes; con Francisco Canaro en el Armenonville, en 1923; con las orquestas de Julio Pollero, de Luis Petrucelli, y de Ferrazano-Pollero en el Follies Bergére, de la calle Cerrito.

Fue en 1929 cuando Minotto, director de orquesta, requirió sus servicios para presentarse en los cabarets Ambassadeurs y Tabarís. En compañía de Luis Adesso (contrabajo) y Nicolás Blois (violín), integró el conjunto del bandoneonista Luis D’Abraccio en la glorieta Río de la Plata.

En 1936 viajó a Perú integrando la orquesta de Alberto Cima, alejándose más tarde y de manera paulatina de su profesión.

Con Osvaldo Fresedo

El cantor fue convocado por Osvaldo Fresedo para participar de grabaciones de la orquesta en Disco Nacional Odeon, en 1927 y 1928. Debuta el 14 de junio de 1927 poniendo la voz para el tango de León Castaing “Me tenés Mareao”. En 1928, el 11 de setiembre graba dos temas el tango “Chorra” de Enrique Santos Discépolo, y “Triste verdad” tango de Luis Minervini,18 de setiembre graba el tango “Angelito” del pianista José María Rizzuti, el vals “A Pancho Sierra” de Víctor Pedro Donato, el 25 de setiembre “Al hipódromo, chofer!”, tango de Julio A. Bonnet, “Vamos che, no te detengas” tango de Guillermo V. Otheguy y “Tarasca, sólo” tango de Bernardino Germino y José Pedro De Grandis.

 

Ernesto Fama (1928)

Nació en el barrio de San Cristóbal, Buenos Aires, Argentina, el 18 de agosto de 1908, falleció en esa capital el 19 de julio de 1984. Se destacó como cantante y compositor de tango que gozó de popularidad. Su carrera no fue extensa pues se retiró luego de 14 años de actuación pública, cuando tenía 35 años de edad. Estudió canto desde muy chico con Francisco Corbani, quien además de ser el maestro de música en la escuela primaria a la que concurría, era profesor del Teatro Municipal Infantil Lavardén, en el cual Famá actuaba y cantaba. Fue así que, vestido con smoking blanco pero todavía con pantalones cortos, cantaba en las plazas, en actos organizados por la Municipalidad de Buenos Aires. Su carrera profesional la inició en el Teatro Nacional, adonde concurrió a pedirle trabajo al empresario Pascual Carcavallo, que era el director, munido de una recomendación del Jefe de Policía. En presencia del autor Claudio Martínez Paiva y del músico y director teatral Atilio Supparo hizo una prueba de canto acompañado por el guitarrista Rafael Iriarte y fue contratado.

Con Osvaldo Fresedo

En 1928, con Osvaldo Fresedo grabó 19 temas, como estribillista, para Discos Nacional Odeon.  Entre ellos los tangos de Raúl De Los Hoyos «El Carrerito (Chiche, moro, zaino)», «Quemá esas cartas», y «Dejá que la gente diga». También grabó, en 1928 por un corto tiempo con Di Sarli, quien dirigía una de las Orquestas Fresedo. en Buenos Aires. Ese mismo año viajó a París contratado por Osvaldo Fresedo en reemplazo de Sofía Bozán que a último momento no había podido ir. En esa ciudad inauguraron el cabaret Nouvelle Garrón, en la rue Fontaine, en Montmartre. También actuaron en el Paramount, en el Lido, y el 6 de enero de 1929 lo hicieron en la función anual de beneficio llamada «La copa de leche», donde asistían los principales artistas y las autoridades del país, incluso el presidente de Francia, Gaston Doumergue.

 

Teófilo Ibáñez (1931)

Nació el el 22 julio de 1907 en Pamplona, España y falleció, en Buenos Aires, el 10 de marzo de 1986. Tenía sólo cuatro meses de edad cuando su familia arribó al barrio de Barracas, procedente de Navarra. Llegó la época del primario y comenzó a cursar en una escuela situada en las calles California y Herrera. De pibe le gustó cantar. A los nueve años aprendió el oficio de carnicero y con el tiempo tuvo puesto propio en un mercado de la esquina de Azara y Gualeguay.

Sus inquietudes artísticas se ven concretadas en lo inicios del año 1928, en forma un tanto casual. Así lo cuenta el propio cantor: “Un amigo mío, Miguel Colantone, que era vendedor de discos en la casa Max Glücksmann, me presentó a Roberto Firpo, que estaba seleccionando cantores. Fui y canté en su propia casa, le gusté y firmamos contrato. Debuté con su orquesta en el Teatro Casino, recuerdo haber cantado “Alma de bohemio” y “Ya no cantas chingolo (Chingolito)”.

Grabo para empresas Disco Naciona Odeon, Victor grabando con las orquestas de la empresa, la de Adolfo Carabelli, por la Orquesta Típica Porteña, por la Orquesta Victor Popular, por Los Provincianos, por la de Carlos Marcucci y también por la propia Orquesta Típica Victor. En 1931, pasa al sello Brunswick para cumplir similar función, poner su voz en las formaciones de la casa que se lo requieran. Graba con Julio De Caro los valses “Sueño de juventud” y “Serenata de ayer”, los títulos más destacados. Con Edgardo Donato cerca de treinta temas.

Con Osvaldo Fresedo

Con la orquesta de “El pibe de La Paternal” también graba para el sello Brunswick, más de 20 temas, entre ellos “Que sapa señor” tango de Enrique Santos Discépolo (1931), “¿Porque? Tango de Osvaldo Nicolás y Emilio Fresedo (1931), “Madrecita mala” , tango Osvaldo Nicolás Fresedo y Juan Faustino Sarcione (1931), “Hoy te toca reís”, tango de Alfonso Ramiro Lacueva, Alejandro Schujer y Lito Más, “El Once (A Divertirse)” Tango de Osvaldo Nicolás y Emilio Fresedo (1931).

 

Roberto Ray (1931)

Su nombre real Roberto Raimondo, nació en el barrio de San Cristóbal, en la ciudad de Buenos Aires el 21 diciembre 1912 y falleció en esa capital el 23 septiembre 1960. Se destacó como cantor y letrista de tango.

Ray fue recomendado a Fresedo por Luis Rubistein y Emilio Fresedo le puso el nombre artístico de Ray, abreviatura de su apellido Raimondo.

Fines de la década del veinte comienza a cobrar importancia la inclusión del cantor en las orquestas de tango. Son primeramente, los estribillistas —así llamados porque en esa época cantaban únicamente el estribillo de la obra—, los que empiezan a ganar posiciones en las carteleras orquestales.

Poco a poco, y debido al favor que les fue concediendo el público y la proliferación de tangos con letra, la radiofonía, las empresas grabadoras, los concursos, ese estribillista —convertido ahora en vocalista de orquesta, ya que se le concede la oportunidad de interpretar la letra en casi toda su extensión—, se afirma como elemento protagónico en el conjunto.

 

A la izquierda etiqueta (marbete) del  disco de pasta (goma laca-shellac) en 78 rpm, incluyendo el tango «»Y la perdí» de José María Contursi y Antonio Rodio, grabado el 29 de setiembre de 1948 con Roberto Ray, participando de la orquesta de Osvaldo Fresedo como estribillista, en el centro tapa ilustración del compilado con registros fonográficos realizados para el sello RCA Victor entre 1933 y 1938,  y a la derecha Roberto Ray como cantante de la orquesta de Osvaldo Fresedo, grabación realizada, editada y distribuida por Discos Odeon (Argentina),  bajo la etiqueta licenciada Columbia del tango «Tu piel de jazmín» de Mariano Mores y José María Contursi, del 8 de diciembre de 1950. Esta situación ha generado confusión en diferentes investigaciones sobre la fonografía de Fresedo. Esta última grabación NO pertenece al catálogo de Columbia (CBS) sino al de EMI Odeon. (Ver ilustración siguiente).

 

Para que no queden dudas de que las grabaciones bajo la etiqueta Columbia, no fue otra cosa que la utilización de una marca que tenía licenciada la compañía Odeon. Este material pertenece a su catálogo, que fue adquirido por la compañía inglesa fines de la década de 1960. Se especifica que el material reeditado en disco compacto en 1993, pertenece a registros fonográficos de Odeon, de 1950/1951/1953/1957.

 

Con Osvaldo Fresedo

La siguiente afirmación no pretende hacer comparaciones cualitativas, con respecto a los otros vocalistas del compositor de “Vida mía”, sino que quiere señalar que con su incorporación a la agrupación de Fresedo, en 1931, inauguró Roberto Ray los presupuestos estilísticos del canto para ésta —dicción, timbre, repertorio. exquisitez y acentos sin empaques arrabaleros—, que serían luego la constante vocal fresediana a través de todos los cantores que después de Ray desfilaron por esa orquesta.

El canto de Roberto Ray marcó todo una jerarquizada modalidad de interpretación vocal en el tango. Escuchando su discografía con Fresedo —comenzó en 1931 en el sello Brunswick, continuó en Víctor de 1933 a 1939, oportunidad de su desvinculación para aquella circunstancial experiencia directriz Rizzuti-Ray, volviendo a Fresedo en 1948, se advierte, de entrada nomás, una ligera pero inequívoca similitud con la voz de Ignacio Corsini.

Tenor de timbre más bien agudo, de emisión marcadamente nasal pero sumamente expresivo, de distinguida dicción, se floreó recreando el impecable repertorio de su director, en cuya orquesta dejó verdaderas joyas interpretativas: “Sollozos”, “Aromas”. “Vida mía”, “Niebla del Riachuelo”, “Como aquella princesa”, “Recuerdos de bohemia”, son, en una apretadísima síntesis, un ejemplo de todo el señorío artístico que la dupla Fresedo-Ray incorporó a la historia del tango.

Ejemplo que no desdeña a los otros cantores del conjunto, pero que marca la adopción de un refinado e inconfundible estilo. Porque Roberto Ray, sin ninguna duda, rotuló «La voz de Fresedo» (Publicado en la revista Tango y Lunfardo Nº 33, Chivilcoy, 17 de enero de 1988)

Roberto Ray, según su colega Osvaldo Arana, fue quien «inventó» la forma en que se debía cantar en la orquesta de Fresedo.

 

El cantor Roberto Ray, con el maestro bandoneonista y director de orquesta, durante una de las presentaciones en LR1 Radio El Mundo de Buenos Aires.

 

Tito Schipa (1934)

Su nombre real Raffaele Attilio Amadeo Schipa (Tito Schipa), cantante y compositor italiano, nacido el 2 de enero de 1889 en la ciudad de Lecce, capital de la provincia del mismo nombre que ocupa una extensión de 2800 kilómetros cuadrados en la región de Puglia, compuesta además por las provincias de Bari, Matera, Brindisi y Taranto, y que forman el talón de la bota peninsular, realizó trece viajes a la República Argentina. Falleció en Nueva York el 16 de diciembre de 1965

La mayor parte de las veces actuó en el Teatro Colón; también lo hizo en los teatros Coliseo y Politeama; radios El Mundo, Belgrano y Excelsior; Politeama Argentino de La Plata; Ateneo Popular Esteban Echeverría de San Fernando; y en el interior del país desarrolló su arte actuando en los teatros de la Ópera y Odeón de Rosario; Rivera Indarte de Córdoba; Odeón y Alberdi de Tucumán; Cóndor de Mendoza y San Rafael.

Con Osvaldo Fresedo

Durante la permanencia de Tito Schipa en Buenos Aires, en 1934, eligió los tangos que quería grabar:

  1. Vida Mía, de E. y O. Fresedo, fue grabado el 12 de julio de 1934
  2. Dímelo al oído, de Francisco Lomuto
  3. Tinieblas, de J.M. Velich y E. Vardaro
  4. La Cumparsita, de Gerardo Mattos Rodríguez (con arreglos y Enrique Pedro Maroni, Pascual Contursi

Estos temas fueron registrados con la Orquesta Típica Victor, Osvaldo  Fresedo y su Gran Orquesta Argentina y Orquesta de Francisco Lomuto. La formación Osvaldo Fresedo y su Gran Orquesta Argentina, grabó con los siguientes músicos:

Bandoneón: Pascual Storti – Juan Salvatore 
Violín: Adolfo Muzzi – Pedro Desrets – José Lorito – Mario Perini
Piano: José María Rizzutti
Contrabajo: Alfredo Corletto
Batería: Saly S. Nisguritz
Guitarra: Charles Wimer
Arpa: Nélida Gianneo

 

«¡Vida mía!», tango de Emilio y Osvaldo Fresedo, cantado por el tenor italiano Tita Schipa. Grabado en Argentina, en los estudios de RCA Victor, matriz BAVE 86552, número de serie 1680-B.

 

Ricardo Ruiz (1939)

Su nombre completo Ricardo Víctor Ruiz, nació en la calle Guatemala del barrio Palermo Viejo, de Buenos Aires, Argentina, el 28 de julio de 1914, y falleció en el barrio de Belgrano, de Buenos Aires, el 20 de abril de 1976, Hijo de Ricardo Ruiz García y Bernarda Pizarro. Se destaco en el mundo del canto siendo considerado como “un famoso cantor nacional argentino” de notoria trayectoria. Estuvo activo como cantor desde 1930 hasta 1963.

Se inició profesionalmente como cantor de radio en el famoso programa Chispazos de Tradición, que dirigía Andrés González Pulido, donde actuaba y cantaba. Después con la compañía de Arsenio Mármol, en el programa Estampas porteñas en 1934. Luego trabajo en la Embajada del Tango, junto a Carlos Dante, Mario Bustos, Jorge Valdez y Alberto Morán.

Con Osvaldo Fresedo

Formó parte de la Orquesta de Osvaldo Fresedo, en reemplazo de Roberto Ray. En 1939 junto a Ray y a Carlos Mayel, se convierten en sus cantores exclusivos de la Nueva Orquesta Típica Argentina. Con Fresedo interpretó el popular tango Cuartito azul, estuvo casi tres años junto a él, grabó 28 temas más. En 1942, se desvinculó de la orquesta, junto a la mayor parte de los músicos.

 

Oscar Serpa (1944)

Nació en la ciudad de Luján de Cuyo, provincia de Mendoza, Argentina, el 7 de junio de 1919 -y falleció en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, el 8 de noviembre de 1982. Se destacó como cantor y guitarrista dedicado al género del tango que además de su actuación como solista integró las orquestas de Carlos Di Sarli y de Osvaldo Fresedo.

Siendo un niño, aún, sus padres Alberto Serpa y María Chini advirtieron que le atraía la música, por lo cual le enviaron a estudiar a un conservatorio. Cuando tuvo los conocimientos elementales necesarios participó tocando la guitarra en varios conjuntos folclóricos cuyanos. Se conoce con el famoso cantor y compositor mendocino Alfredo Pelaia, que observa sus condiciones y al poco tiempo, en 1936, Serpa se convierte en su nuevo compañero de dúo reemplazando a Ítalo Goyeche que se había alejado recientemente de Pelaia. Debutaron en Buenos Aires y al año siguiente graban para la discográfica RCA Victor el popular tema de Pelaia “Claveles mendocinos”, que en 1924 había sido grabado por José Razzano y Carlos Gardel.

Con Osvaldo Fresedo

En 1942 Osvaldo Fresedo, quien ya anteriormente había escuchado cantar a Serpa, lo contrató para reemplazar a Ricardo Ruiz en su orquesta, graban, el 13 de mayo, los tangos “Si de mí te has olvidado” de Fresedo y José María Contursi y “Mi noche triste”, de Pascual Contursi y Samuel Castriota y actúan en “Ronda de ases”, un importante programa de tango que a partir de ese año se transmitía por LR1 Radio El Mundo de Buenos Aires, con actuación en vivo de renombrados artistas en el Teatro Casino, en la calle Maipú, enfrente al cabaré Marabú. Fresedo musicalizó una letra de Homero Manzi con el nombre de la audición, y Oscar Serpa se consagró grabando este tango, el 12 de noviembre de ese año.

Hasta que se desvinculó, en 1947, Serpa grabó con la orquesta de Fresedo 59 temas, entre los que cabe recordar “Corazón no le digas a nadie”, “Maleza”, “Naná”, “Noches largas”, “Por qué”, “Sin palabras”, “Te llama mi violín” y “Vida mía”, segunda versión cantada realizada el 28 de diciembre de 1944.

Seguidamente ingresó en la orquesta de Carlos Di Sarli,con la cual, el 2 de junio de 1948,  grabó el tango de José Ranieri, Elías Randal, con letra de Horacio Sanguinetti, “La novia del mar”. Fue una etapa breve porque el director por razones personales disolvió el conjunto, y en 1949 Serpa pasó a la orquesta de Horacio Salgán donde también revistaba el cantor Ángel Díaz pero mientras estuvo Serpa la orquesta no hizo ninguna grabación.

 

Pedro Vargas (1945)

Su nombre real Pedro Vargas Mata, nació en la ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato, el 29 de abril de 1906 y falleció en Ciudad de México, el 30 de octubre de 1989. Se destacó como cantante y actor mexicano. Fue el el segundo hijo de los doce que tuvieron Jose Cruz Vargas y Rita Mata.

A pesar de su preparación operística, se dedicó al canto popular, alcanzando reconocimiento internacional, además de ser uno de los principales intérpretes de Agustín Lara. Se le conoció con los sobrenombres de «El Ruiseñor de las Américas», «El Samurái de la Canción» y «El Tenor de las Américas».

A los siete años cantaba en el coro de la iglesia de su ciudad. El maestro del coro fue el primero en reconocer su talento y en darle lecciones de canto.3​

En 1920, a la edad de 14 años, llegó a Ciudad de México y de inmediato empezó a cantar en los coros de varias iglesias y a ofrecer serenatas. Fue en el Colegio Francés de La Salle, donde después de escucharlo, le ofrecieron una beca para realizar la escuela secundaria, clases de piano y solfeo. Ahí permaneció hasta terminar el bachillerato. Más adelante el maestro José Pierson también le daría alojamiento y lecciones de técnica vocal de forma gratuita. Mientras permanecía allí conoció a Jorge Negrete, Alfonso Ortiz Tirado y Juan Arvizu. José Mojica lo recomendó más adelante con Alejandro Cuevas, quien al escucharlo se ofreció también a darle lecciones sin costo.

Con Osvaldo Fresedo

En su recorrida como centro y sur américa, llega a la Argentina e invitado por la compañía discográfica RCA Victor, graba con la orquesta del maestro Osvaldo Fresedo, los tangos “Vida Mía” de Osvaldo y Emilio Fresedo y “Capullito” (Adaptación) del cubano Fernando López y el letrista argentino Roberto Lambertucci, el 25 de julio de 1945

 

Héctor Pacheco (1952)

Nació en la localidad de Marcos Juárez, provincia de Córdoba, Argentina, el 15 de marzo de 1918 y falleció en Buenos Aires, Argentina, el 28 de julio de 2003. Su verdadero nombre era Antonio Lino Ingaramo, fue un cantor y compositor dedicado al género del tango de larga trayectoria en su país, al que se llamó «El Príncipe de Buenos Aires».

Al año de edad ya vivía en la ciudad de Rufino, provincia de Santa Fe​, lo que ha hecho nacer en esta provincia la versión de que era santafesino. Al biógrafos lo mencionan como oriundo de la ciudad de Rosario.

Desde chico le gustó la música y, en particular, el tango y fue así que antes de la mayoría de edad no solo lo cantaba sino que se atrevía a tocar el piano y el violín. Al ganar a los 20 años en Rosario el primer premio en un concurso pudo cantar en Radio Cerealista de esa ciudad; por esa época su estilo imitaba el de Agustín Magaldi. Con ese primer dinero cobrado viajó a Buenos Aires, donde por intermedio de un familiar de Juan D’Arienzo, al que conocía, consigue que el maestro lo escuche pero no pasó de eso porque en su orquesta ya estaba Alberto Reynal, pero el director le señaló que no era bueno para su carrera imitar a otro.

Se relacionó artísticamente con las hermanas Silva y su dúo Las Palmeritas y a los dos años de aquel concurso se presentó en otro auspiciado por la sastrería Braudo en Radio Argentina y, ya abandonada la imitación de Magaldi, volvió a ganar, y por esos años adoptó el nombre artístico de Héctor Pacheco en tanto seguía buscando su propio estilo de canto.

Con Osvaldo Fresedo

Admirador de Osvaldo Fresedo, un día se atrevió a verlo en su propia casa; lo atendió muy bien, lo escuchó cantar, pero nada sucedió. En 1952 sus actuaciones coincidieron en Bariloche y en forma casual Fresedo lo escuchó cantar en un local y, creyendo que era un crédito local le dijo que si iba a Buenos Aires no dejara de ir a verlo. Así lo hizo Pacheco a su regreso, Fresedo lo probó cantando Milonguita (Esthercita) y lo contrató para actuar junto a su cantor Jorge Beiró pero este al poco tiempo se vio opacado y se fue con Lucio Demare. Debutó en el local Rendez-Vous, de Maipú entre Paraguay y avenida Córdoba, propiedad de Fresedo y su violinista Eduardo Armani. Allí Pacheco definió su estilo propio y un repertorio para lucirlo.​ Con Fresedo se inició su época de oro, continuada luego con su ciclo con la orquesta de Carlos García.

En 1957 Radio El Mundo le ofreció a Pacheco un buen contrato para actuar como solista, y el cantor dejó a Fresedo y pasó a actuar acompañado entonces por Elvino Vardaro, Hugo Baralis, Leopoldo Federico y Horacio Malvicino. Como solista su primer disco fue con Vida mía y Sueños de París. Además de «El Príncipe de Buenos Aires» también era presentado como «Un cantante para la intimidad».

 

Blanca Mooney (1959)

Blanca Nester Mooney nació en la ciudad de 9 de Julio (Buenos Aires), Argentina, el 18 de enero de 1940 ,. Falleció en la ciudad de Buenos Aires, el 9 de mayo de 1991.

Fue una popular cancionista argentina. De ascendencia irlandesa y española, Mooney perteneció a la camada de las antiguas cantantes de tangos tanto por su estilo, como por el color de su voz, su temperamento expresivo, y de una muy buena entonación y claridad de dicción. Otras eran Elba Berón, Nelly Vázquez, Susy Leiva, Alba Solís, Beba Bidart, Silvia Del Río, Paula Gales, Carmen Duval, entre otras.

Con Osvaldo Fresedo

Por un hecho casual es escuchada por Osvaldo Fresedo quien incluye su voz en un disco 33 rpm larga duración. Fueron solo tres temas grabados en enero y junio del año 1959. El 20 de enero grabo los tangos “Julián” y “Arrabalero” , el 2 de junio del tango ¿Donde estas? . En 1960 registró 12 temas acompañada por una orquesta conducida por José Márquez. También la dirige Lucio Milena para dos tangos. En 1972 acompañada por Luis Stazo graba 13 temas, uno de ellos a dúo con Rodolfo Lesica.

 

Hugo Marcel (1961)

Su nombre real es Gregorio Horacio Cárpena nació en el barrio de Villa Luro, Buenos Aires, Argentina, el 24 de enero de 1942, es un cantante de tango y actor argentino.

En el año 1957, contando solamente con catorce años de edad, ingresó en la orquesta de Leopoldo Federico como niño precoz.

Por iniciativa de Alejandro Romay formó un rubro artístico con Elsa Rivas y Roberto Rufino. A la citada agrupación se agregó la juvenil voz de Gregorio Cárpena (conocido en aquellos tiempos por su nombre artístico Hugo Marcelino), debutando todos por la emisora citada y presentándose en el mitológico café Richmond.

Siempre como vocalista en esa orquesta y en un programa especial transmitido por Radio Belgrano, recibió el padrinazgo artístico de Azucena Maizani y Alberto Marino. A fines de 1958, la agrupación Rufino-Rivas-Federico, se disolvió.

Miguel Caló lo convocó para incorporarlo a su orquesta. No estuvo mucho tiempo en esa agrupación, aunque se presentó por Radio Belgrano, en clubes de barrio y salas de baile. En esa etapa con Caló no llegó a grabar.

Con Osvaldo Fresedo

En 1961 fue requerido por el maestro Osvaldo Fresedo como vocalista de su orquesta, en la que ya actuaba el cantor Carlos Barrios. Por consejo de su padre y de Fresedo, dejó de llamarse Hugo Marcelino para pasar a ser, definitivamente, Hugo Marcel.

Se presentó como cantor de Fresedo a los 15 años de edad. Un excelente momento para él ya que su presencia era solicitada por importantes clubes: Comunicaciones, Náutico de Olivos, Regatas, Lugano Tennis Club y otros. También amenizó los bailes de la confitería Nino, de Vicente López y las elegantes veladas danzantes del Plaza Hotel y del Alvear Palace Hotel.

El 12 de enero de 1959, Marcel grabó por primera vez. Los tangos seleccionados para esa oportunidad fueron Que lejos de mi Buenos Aires, Después del carnaval, este último había sido un suceso varios años atrás en con la voz de Ricardo Ruiz. La orquesta, con Marcel y Barrios, se presentó en varias oportunidades por Canal 7 y fue figura en los famosos Sábados Circulares de Pipo Mancera, por Canal 13.

 

Oscar Luna (1966)

Nació el 6 de junio de 1950, en Deán Funes, Provincia de Córdoba. Sus comienzos fueron en 1957, con solo 7 años, cantando en Las noches populares de Romero Hermanos. Radicado en la ciudad de Cruz del Eje, participa en Los Sabadazos del Club Atlético Independiente.

Era una época en la que no se estilaba comenzar a una edad tan temprana. Su debut ante el gran público fue a los 14 años, en el PrimerA Festival Nacional del Tango que se realizó en La Falda, con la animación de Aníbal Cufré y el acompañamiento de la orquesta de Lorenzo Barbero. En esa oportunidad cantó el tango “Por qué la quise tanto”, siendo ovacionado por doce mil personas que aplaudieron de pie.

Actuó junto a figuras de la talla de Osvaldo Pugliese, Héctor Varela, Alfredo De Angelis, Armando Pontier, Florindo Sassone, Alba Solís, Jorge Durán, el Quinteto Real, y otros artistas consagrados.

En los primeros años de la década de 1960 debuta en LR1 Radio El Mundo, acompañado por la orquesta estable de la emisora y, paralelamente, se presentaba en el programa La Escala Musical, que se emitía por Canal 13 de televisión, en 1962.

Estudió canto durante un año, con Ricardo Catena, barítono del Teatro Colón,

Con Osvaldo Fresedo

Actuó en la lujosa boite Rendez-Vous (Traducción del francés al castellano: Nuestra cita / Nuestro encuentro) ubicada en Maipú 854 entre Av. Córdoba y Paraguay, siendo sus dueños el violinista y director de orquestas de jazz Eduardo Armani y Osvaldo Fresedo. Fue en este tradicional reducto de la noche porteña, donde el maestro y director recibió al trompetista y cantante norteamericano de jazz Dizzy Gillespie.

Luna con Fresedo, también realizó bailes de carnaval en Racing Club de Avellaneda, Estudiantes de la Plata, Huracán de Parque Patricios y Defensores de Santos Lugares.

Con la Orquesta de Osvaldo Fresedo, llega al disco, y si bien la fechas difieren, registra tres temas. Según los datos emergentes de la investigación de Enrique Binda de la historia fonográfica de Fresedo, debuta con el tango “Sobre el pucho” de Sebastián Piana y José González Castillo (01/06/1961), días después graba el tango “El flaco Abel” de Roberto Pansera y Eduardo Domingo Parula (07/06/1961), Años más tarde, el tango “Viejo Buenos Aires” de Mariano Mores y Martin V. Darre (24/06/1966).

 

Roberto Yanés (1966)

Nació en Villa de María del Río Seco, en el norte de la provincia de Córdoba, Argentina, el 25 de abril de 1932, siendo su nombre real Roberto César Iannacone. Falleció en Buenos Aires el 29 de mayo de 2019. Fue un destacado cantante y pianista de música romántica, bolero, jazz y tangos.

Sus primeros pasos en la canción fueron de formación, en el Conservatorio Provincial de Música, en Córdoba, y en escenarios de esa ciudad, junto al grupo Los Changos del Portezuelo, hasta que luego de terminar el servicio militar se radicó en Buenos Aires, en 1956. Una vez allí hizo una prueba para formar parte del grupo Los 5 Latinos, pero Ricardo Romero, creador del grupo, le sugirió que continuara como solista.

En 1958, Yanés firmó contrato con la discográfica CBS para realizar sus primeras grabaciones, «Donde estará mi vida» y «El espejo». Su voz comenzó a sonar en radio y televisión. También hizo giras nacionales y por el exterior.

En los ’60, su fama igualaba la fama del cantante chileno Lucho Gatica, entre otros referentes melódicos.

Ya en la década del sesenta Astor Piazzolla lo convocó para grabar algunos clásicos del tango, como «Cafetín de Buenos Aires», «Margarita Gauthier», «Fuimos» y «Griseta».

Roberto Yanés, recibió varios premios a lo largo de su carrera: un Martín Fierro (1962), el diploma de la Sadaic, el Nueve de Oro de Canal 9 (Argentina) y el Premio Konex (1985).

Yanés, al retirarse como referente de la canción romántica, siguió ligado a la música como profesor de canto, transmitiendo su conocimiento a nuevas generaciones.

Entre las colaboraciones que realizó con otros músicos, también cantó con el maestro Osvaldo Fresedo y Los Cuatro de Córdoba y con Chico Novarro.

Con Osvaldo Fresedo

“El pibe de La Paternal” lo convoca para grabar 4 temas, que integran un disco doble lanzado por la compañía CBS, denominado «Tango de Gala» con los siguientes tangos: “Amar hasta morir” de Antonio Augusto Juan Fassa y Jorge A. Burbridge (15/04/1966), “Tengo” de Roberto Pérez Prechi y Eugenio Majul (24/06/1966 ), “Bandoneón amigo” de Osvaldo Nicolás Fresedo y Homero Manzi (14/10/1966), “Barrio pobre” de Vicente Belvedere y Francisco García Jiménez (14/10/1966).

 

Osvaldo Arana (1968)

Osvaldo Arana, su nombre verdadero Francisco Osvaldo Rotondaro. Arana estudió canto con el maestro Ricardo Domínguez, por recomendación de Carlos Acuña y, a los 17 años, debutó como cantor profesional y ya con su nombre artístico, en el café El Nacional de la calle Corrientes, con la orquesta de Jorge Argentino Fernández, con quien permaneció durante 1948 y 1949.

En el año 1951, se presenta en el Tango Bar acompañado por un cuarteto dirigido por Alberto Pugliese, uno de los hermanos mayores de Osvaldo. Al año siguiente, junto con su colega Orlando Verri, integró el conjunto de Emilio Orlando.

El maestro Florindo Sassone lo incorporó a su orquesta en 1956, junto a Carlos Almagro, para actuar en LR3 Radio Belgrano y en varias locales: «Es pésimo el recuerdo que tengo de Sassone», le confesó al periodista Néstor Pinsón, su amigo, en ese entonces.

En 1959, fue por una temporada, cantor solista en LR1 Radio El Mundo, acompañado por guitarras. Y, al año siguiente, volvió por un breve lapso a esa emisora con Emilio Orlando, junto al cantor Oscar Gravié, primero y a Héctor Omar, a continuación.

En 1964, lo encontramos primero con Ricardo RuÍz y luego con Héctor Montes en la orquesta de Alberto Di Paulo, con quien debutó en el disco con cuatro títulos: “Como nadie” de Lucio Demare y Manuel Mujica Láinez del disco 14 con el Tango, “Entre la gente” de Juan José Paz y Roberto Lambertucci, “El puente” y “Sollozos”. En 1966, hizo un paso fugaz por el trío formado por Lucio Demare, Máximo Mori y Humberto Piñero (contrabajo). También, por la orquesta de Leopoldo Federico para unos programas en Radio Belgrano.

Con Osvaldo Fresedo

Durante buena parte de los años 1968 y 1969, integró la orquesta de su admirado Osvaldo Fresedo. Lo acercó su gran amigo y poeta, Oscar Fresedo, sobrino del maestro. En esa época, Arana fue protagonista de un hecho curioso que confundió a más de un especialista.

Sin ocultarlo a nadie, utilizó cuatro pistas de la formación de Fresedo: “Sobre el pucho” y “Viejo Buenos Aires” que había grabado Oscar Luna; y otras dos que llevara al disco Roberto Yanés: “Amar hasta morir” y “Tengo”. El director aceptó la idea, como un souvenir del paso de Arana por su memorable orquesta.

 

Hugo García (1980)

Su nombre real Galo Hugo García, nació en la ciudad de Lincoln, Buenos Aires, en 1941. Es un cantante y compositor de música folklórica de Argentina, con registro de barítono. Entre 1966 y 1970 integró el Grupo Vocal Argentino. Entre 1973 y 1974 volvió a integrar el Grupo Vocal Argentino para grabar la Misa del Tercer Mundo, con letra del Padre Mujica, obra que resultó destruida y por la que fue perseguido. Entre los grupos que integró se encuentran Quinto de Cantares, Gente de Canto, Sin Límites.

Con Osvaldo Fresedo

En 1980, fue convocado para participar en la grabación de “Fresedo 1981”, que sería el último disco larga duración (Lp), del maestro bandoneonista, en 1980. Para este trabajo grabó el tango “Mimí Pinzón”, registro que llevó a cabo el 27 de junio de 1980.

Tiempo después integró el Trío Juárez y formó parte del grupo vocal Buenos Aires 8, en 1983.

 

Argentino Ledesma (1980)

Su nombre verdadero Corazón Argentino Ledesma, nació en la ciudad de Santiago del Estero, capital de la provincia homónima, el 24 de junio de 1928 y falleció en la ciudad de Buenos Aires el 6 de agosto de 2004.

Llegó a Buenos Aires en 1952 luego de haber sido cantor de algunas agrupaciones junto al músico reconocido Oscar Segundo Carrizo en la provincia de Santiago del Estero, donde también había sido empleado de Correos en Termas de Río Hondo. A poco de su llegada a Buenos Aires consiguió una prueba en la orquesta de Julio de Caro, ya que el cantor estable, Roberto Medina, dejaba la agrupación en unos meses. A De Caro le gustó, pero le dijo que tenía que esperar a la deserción de Medina y él no podía esperar tanto. Al poco tiempo fue recomendado por el locutor Guillermo Brizuela Méndez para incorporarse a la orquesta de Héctor Varela, donde permaneció hasta comienzos de 1956 cuando el pianista Carlos Di Sarli lo sumó a sus filas, aunque solo realizó tres grabaciones, ya que Varela requirió su retorno. Volvió con Varela y siguió imponiendo éxitos junto a su compañero de rubro, Rodolfo Lesica.

En 1957, dejó la orquesta de Héctor Varela para lanzarse como solista con Jorge Dragone como director de su típica. A partir de allí se convirtió en uno de los máximos representantes del género en distintos países del mundo, ya que realizó giras por Australia, Estados Unidos, Japón, Chile, Perú, Egipto, Italia y Francia, entre otros países.

Argentino Ledesma fue artista del sello Odeon y EMI Odeon entre 1957 y 1971, respectivamente. También grabó para Microfón, CBS y Magenta.

Registró grabaciones con muchos directores, aparte de Osvaldo Fresedo con Francisco Canaro, Jorge Dragone en Chile,  en 1962 y en Perú en 1963,  también con Mario Demarco, Carlos García, Luis Stazo, Osvaldo Requena, Ernesto «Titi» Rossi, Roberto Pansera y Alberto Di Paulo y  actuó con Mariano Mores y Osvaldo Pugliese. También realizó presentaciones acompañado por conjuntos de guitarra.

Participó en el cine en la película El asalto (1960), dirigida por Kurt Land, donde componía el papel de Carlos Aguirre, un cantor de tango.

También participó en varios programas televisivos como Sábados circulares, Sábados de la bondad, Botica de tango, Amistangos, Tango y goles, Grandes valores del tango y Gánele al dos, entre otros.

Con Osvaldo Fresedo

En 1980, fue invitado por el maestro Fresedo y Hugo Videla, Director Artístico de la compañía CBS, a participar del álbum “Fresedo 1981”. Su colaboración se traduce en dos registros fonográficos que lleva a cabo el el 4 de julio de 1980: los tangos “Yo soy” y “A media luz” obras que no había grabado, hasta ese momento, el maestro Osvaldo Fresedo “El pibe de La Paternal» con su orquesta.

 

Entrevista a Osvaldo Fresedo

 

La siguiente entrevista titulada «Quedarse con el tango de tango de antes, sería matarlo» fue realizada por una publicación, en Buenos Aires, al concluir la gira, del maestro Osvaldo Fresedo, por Europa y  Estados Unidos, entre 1928 y 1930.

El 16 de octubre de 1928, partió rumbo a Francia en el vapor «Florida», con este grupo de músicos:

  • Bandoneones: Osvaldo Fresedo, Alberto Rodríguez y Luis Minervini
  • Violines: Adolfo Muzzi y Jean Koller
  • Piano: José María Rizzuti
  • Contrabajo: Humberto Costanzo
  • Cantante: Ernesto Famá (que sólo grabó con Fresedo)

En París, tuvo un exitoso debut en el  cabaret «Nouvelle Garrón», del bandoneonista argentino Manuel Pizarro, residente en París. Actuó al mismo tiempo durante tres meses, trabajando simultáneamente por la tarde. en «Los danzantes» del famoso «Lido» de los Campos Elíseos.

Al finalizar el contrato con el  «Nouvelle Garrón», y con otras posibilidades laborales, varios de los integrantes de su orquesta decidieron regresar a la Argentina: el estribillista Ernesto Famá, el pianista José María Rizzuti, el bandoneonista Alberto Rodríguez y el violinista Adolfo Muzzi.

 

Café-concierto (Café Concert) abierto en el solar de un edificio construido bajo el reinado de Luis XV, para acoger a los embajadores extranjeros de paso por Francia. Se convirtió en music hall a partir de 1919. Destruido en 1929, reconstruido e inaugurado como teatro en 1931, dirigido por Henri Bernstein de 1939 a 1940 y luego de 1946 a 1953.  Cerró sus puertas en 1970.

 

Como reacción a esta deserción, Fresedo tuvo que recurrir a los músicos de su orquesta paralela del Casino Pigall de Buenos Aires, a cargo del pianista Nicolás Vaccaro. Viajaron a París tres músicos: el violinista José Lorito, el bandoneonista José Salvatore y el pianista Vaccaro. El cantor no fue reemplazado. Con estos músicos, más los que se quedaron acompañando a «El pibe de La Paternal», otros franceses, actuó en el  «Ambassadeurs» donde estuvieron cuatro meses. De allí partieron a Bélgica para pasar la temporada de verano en las sofisticadas playas de «Ostende», presentándose en los exclusivos bailes del Casino «Kursall» en el Ciudad belga iluminada.

 

El noneto orquesta de Osvaldo Fresedo, en París, con la segunda formación, incluyendo tres músicos franceses (batería, violín y contrabajo), los componentes argentinos son, de izquierda a derecha: José Salvatore (Bandoneón), Osvaldo Fresedo (Bandoneón), Nicolás Vaccaro (Piano), José Lorito (Violín), Carlos Espósito (hermano de Genaro Espósito, en bandoneón), y Jean Koller (Violín)

 

En 1929 continuaron su viaje por la Costa Azul, Montecarlo, para regresar a París el 5 de febrero de ese año y participar en el evento internacional conocido como «Bal des petit Lits Blanes sur le Pont d’Argent», que se celebra anualmente en el «Théâtre de L’Opera»

De Europa viajó a Estados Unidos,  para realizar un concierto radiofónico, de gran éxito, desde la NBC (National Broadcasting Company) Radio City de Nueva York. La orquesta de Fresedo también actuó en locales muy prestigiosos de  esa ciudad, especialmente en los hoteles más lujosos de la época, como el «Savoy Plaza Hotel», el «Ritz Carlton Hotel», el «Abbadies Club» y otros.

De Nueva York regresó a París donde realizó nuevas actuaciones, y finalmente regresó a nuestro país.

 

Osvaldo Fresedo «Quedarse con el tango de antes sería matarlo» (1930)

Escribe el periodista: Osvaldo Fresedo, el popular director de orquesta, es «un hombre ocupado». Sus múltiples actividades absorben muchas horas diarias. Por eso nos es necesario advertir al lector que esta entrevista fue hecha a tambor batiente. Según Fresedo, los tópicos que tocamos en esta encuesta merecen tratarse con calma y con extensión. Luchando con la premura del tiempo que el conocido músico-aviador pudo dispensarnos, he aquí sintetizadas sus opiniones, que encierran, en su brevedad, interesantes y concluyentes declaraciones:

Periodista – ¿Qué concepto tiene del tango?

Osvaldo Fresedo Como música representa el carácter del pueblo, como danza es muy cómoda y elegante, al mismo tiempo que incita a los bailarines a exteriorizar más intimidad que en otras danzas.

Periodista – ¿Qué consideraciones le sugiere la evolución que se ha notado en el tango?

Osvaldo FresedoEs necesaria. No podemos quedarnos con el tango de antes; sería matarlo. Ese progreso es imprescindible, tal cual lo ha sido en la música popular de todo el mundo, por lo cual considero que toda evolución es beneficiosa.

Periodista – Hablemos un poco de los tangos de antes y los de ahora.

Osvaldo Fresedo Los de ahora, presentan una «vestimenta» musical de más calidad, pero (el público lo ignora), la mayoría de los compositores escribe una simple parte de piano, con la cual el director de orquesta hace de ella el tango que el público escucha. En cuanto al tango de antes, para que sea auténtico tiene que carecer de instrumentación, ya que en ese tiempo los que ejecutaban la desconocían, salvo raras excepciones.

Periodista – De manera que la modificación instrumental en nuestras orquestas típicas…

Osvaldo Fresedo Las orquestas han progresado en su conformación y creo que ha llegado el momento de suprimir el nombre de «típica». Orquestas típicas podrían ser las antiguas, en las que cada músico aportaba lo que podía de su inventiva, pero no ahora que la mayoría de las orquestas interpretan instrumentaciones especiales, de su director, y donde cada componente tiene que limitarse a ejecutar estrictamente su parte.

Periodista – Pasemos ahora al jazz. Su valor musical con respecto al tango… –

Osvaldo FresedoEstán mucho más adelantados que nosotros, sin desconocer que también el jazz comenzó con rudimentarias orquestas «típicas». Pero tomaron más en serio la armonización e instrumentación, ocupándose de ellas grandes maestros, mientras el tango está defendiéndose, pero todavía no se ha estudiado la instrumentación que requiere nuestra música popular.

Periodista – ¿Por qué incorporó composiciones de jazz a su repertorio?

Osvaldo Fresedo Porque adoro todo lo que sea música; para mi la música no tiene fronteras. Por eso figuran en mis audiciones, fox-trots, rumbas, maxixas, marchas. Y toda composición que me agrade y agrade a mis oyentes.

Periodista – ¿Qué le parece las letras de los tangos?

Osvaldo FresedoLas hay buenas y malas. Detesto las tragedias, los ojos que sangran, los chicos que pisa el tranvía, etc., y las que se expresan en lunfardo, prefiriendo lo que sea dulce y sublime y se adapte a la frase melódica.

Periodista – ¿Y las de los foxs?

Osvaldo FresedoCon mi poco conocimiento de inglés no puedo opinar mucho, pero todavía no he podido encontrar una que hable de la mujer que se fue con otro.

Periodista – ¿De los cantores criollos y de los americanos?

Osvaldo FresedoEn eso no cabe la discusión; los hay para todos los gustos, pero los nuestros se lucirían más dentro de un buen marco, o sea acompañados por buenas orquestas, con partituras especialmente escritas para acompañar.

Periodista – ¿Qué opiniones recogió en el exterior sobre el tango?

Osvaldo Fresedo Gusta mucho, pero lo prefieren melódico y algo romántico, hasta tanto, que las bailarinas se echan sueñito sobre el hombro de su compañero (me refiero a Nueva York). En Europa sucede más o menos lo mismo: ejecutando un tango tiene que estar la sala a media luz forzosamente.

Periodista – ¿Y cuál es su juicio sobre las jazz argentinas con respecto a las americanas?

Osvaldo Fresedo Las jazz locales han progresado mucho, en general, pero nunca superarán a aquellas, porque las músicas son de autores americanos, no conociéndose aquí la instrumentación como allí y además no existe acá la ambición de superarse por la pоса competencia y la forma fácil qué hay de ganarse la vida.

Periodista – Muy interesante, a pesar de haberse dedicado usted al tango…

Osvaldo FresedoNo me he dedicado al tango exclusivamente, sino a la música…

Esta última frase define, bajo nuestro punto de vista, la personalidad de Osvaldo Fresedo.

 

 

 

 

La historia del encuentro Fresedo-Gillespie

Auspiciado por el Departamento de Estado del gobierno norteamericano, Dizzy Gillespie llega a Buenos Aires a fines de julio de 1956, la primera de las cuatro veces que arribará a esta ciudad, de la Argentina. Al llegar al Grand City Hotel, no le permiten alojarse por ser negro -obviamente lo desconocían- y, junto a sus músicos se instala en el hotel Continental, que quedaba a pocas cuadras de donde actuaría.

El genial músico, además de tomar mate, comer asado y probar nuestros dulces, se interesó por escuchar tango. Lo conectaron con el maestro Osvaldo Fresedo, con quien grabó los temas “Vida Mía”, “Preludio Nº 3”, “Adiós Muchachos” y “Capricho de Amor”.

 

En la fotografía, de la colección Pugliano, a la izquierda Dizzy Gillespie y a su lado Osvaldo Fresedo, en la boîte Rendez-Vous, en el momento de la grabación, en 1956.

 

La placa llevó como título “Rendez-Vous”  (Traducción del francés al castellano: Nuestra cita / Nuestro encuentro), nombre de la lujosa boite ubicada en Maipú 854 entre Av. Córdoba y Paraguay, siendo sus dueños el violinista y director de orquestas de jazz Eduardo Armani y Osvaldo Fresedo y donde se llevó a cabo esta proeza magnifica. El disco, originalmente de pasta (goma laca-shellac)  de 78 rpm tuvo mil copias que inmediatamente se agotaron, hasta que se reeditó en 1998 y 2007 en disco compacto (CD).

 

Editado bajo la etiqueta del sello Orion, fabricado y distribuido por por Odeon (Argentina). A la izquierda, lado «A»,  etiqueta de «Preludio Nº3» (3:57) del bandoneonista Roberto Pansera y a la derecha, lado «B», «Capricho de amor» (4:05) de los bandoneonistas Roberto Pérez Prechi y Horacio Sanguinetti. Se destacan las improvisaciones del trompetista Dizzy Gillespie y el bandoneonista Osvaldo Fresedo

 

Discos compactos (CD´s) publicados en 1998 y 2007, respectivamente, conteniendo las grabaciones realizadas en 1956 por el bandoneonista Osvaldo Fresedo y el trompetista norteamericano Dizzy Gillespie, en la boîte Rendez-Vous. Ambos lanzamientos llevan el título de Rendez-Vous Porteño.

 

Anécdota

El día que tenía que grabar, Dizzy pidió que le traigan a la puerta del Hotel Continental un caballo, y vestido de gaucho, se dirigió hasta el conocido reducto de Fresedo a grabar el disco.

También en esta oportunidad, conoció a Lalo Schiffrin, con quien tocó en su segunda vuelta en el año 1961. Volvió en 1971 actuando en el Coliseo junto a su quinteto formado por músicos negros y blancos. En su última visita (1979) actuó en un brillante y espontáneo concierto en el consagrado escenario de Obras junto a otro gigante, el brasileño Hermeto Pascoal; ya estaba arreglado que volvía en 1992, pero su enfermedad no se lo permitió. Falleció en Nueva Jersey, a los 75 años, mientras escuchaba “Dizzy Me”.

Dizzy Gillespie junto a Charlie Parker, fueron los referentes del bebop, al lado de otros (T. Monk, Charlie Cristian), y las piezas claves, como los bateristas Kenny Clarke y Max Roach, que participaban del caldo de cultivo.

 

 

Un renglón importante merece este investigador, que como todos los citando en diferentes artículos son fundamentales para rescatar, la historia,  la obra, la dimensión  artística de la misma, su incumbencia y la fundamental presencia en el escenario del tango de los cultores de la primera revolución mundial de música popular del Siglo XX: EL TANGO.

Oscar Zucchi, es otro de los importantes y jamás soslayables nombres, que debemos considerar artífice de la puesta en valor de los nombres y apellidos de todos lo que han hecho del bandoneón su instrumento, en el tango rioplatense y mundial.

Oscar D. Zucchi

Oscar D. Zucchi, nació en la ciudad de Buenos Aires, en 1935, y falleció en esa capital el 12 de septiembre de 2022. Se destaco como historiador e investigador argentino, especializado en el tango y dentro de ese campo en el bandoneón, materia en la cual está considerado el principal investigador del mundo.

Oscar Zucchi comenzó a estudiar Veterinaria en la Universidad de Buenos Aires y luego se doctoró en Veterinaria. A fines de la década de 1960, se vinculó con Luis Adolfo Sierra, el primer historiador del tango y se decidió a historiar el tango. Para ello inició una serie de entrevistas grabadas con los principales músicos de tango de Argentina, incluyendo en esas grabaciones interpretaciones privadas de dichos músicos. A la fecha ha superado los 300 músicos entrevistados. Con el paso de los años se fue especializando en los intérpretes del bandoneón, muchos de ellos olvidados, y en el instrumento mismo. En dichas fichas, en su mayoría inéditas, Zucchi precisó la composición de las orquestas de tango en cada momento.

En 1970 editó su primer libro, La bandoneonía porteña, para el Centro Editor de América Latina, y en 1977-1978 escribió varios capítulos de la Historia del Tango, publicada por la editorial Corregidor.

La Academia Nacional del Tango dispuso editar la obra escrita y sonora de Zucchi, pero finalmente no se llevó a cabo.

En 1999 comenzó a publicar con Corregidor una monumental obra en diez tomos titulada El tango, el bandoneón y sus intérpretes, de los cuales hasta 2013 habían sido editado tres tomos.

 

Libro de Oscar Zucchi, «El tango, el bandoneón y sus intérpretes» tomo II, de editorial Corregidor.

 

 

Sobre Osvaldo Fresedo

Sobre esta figura fundamental del tango, no hay publicaciones específicas, pero Oscar Zucchi le dedica importantes renglones en el tomo II de la publicación «El tango, el bandoneón y sus intérpretes».

En la contratapa se lee lo siguiente:

«Este segundo tomo de la serie El Tango, el Bandoneón y sus Intérpretes se ocupa del periodo generacional de 1910. Dada la profusión y relevancia de sus representantes, su revisión continuará en el volumen III de la obra.

Este libro comienza con una somera introducción a la teoria de las generaciones, sus fundamentos y las características primordiales de las de 1865, 1880, 1895, hasta llegar a 1910.

Cuatro estrellas forman la constelación del tango, y sus luces surgen del talento creativo de sus cultores. Cada estrella corresponde a una de las artes que lo integran: la danza, la música y la interpretación en su manifestación instrumental o cantable.

Los poderes luminicos de estos cuerpos astrales no nacieron a un mismo tiempo ni tuvieron igual intensidad en el firmamento de la historia. Por primera y acaso como en ninguna otra las magnitudes estelares reparten tan equilibradamente su protagonismo. En lo que hace a su música, en el aspecto formal de la faz interpretativa, los cuartetos primitivos de bandoneón, violin, flauta y piano y trios de bandoneón, violin y plano, constituyendo ambos el raquis de la orquesta tipica.

Dos hechos puntuales de enorme gravitación tienen lugar en esta generación de 1910. El primero es la incorporación de un segundo violín c. 1915 y el segundo, alrededor de 1917, el agregado de un segundo bandoneón. Comienza a utilizarse entonces el uso de las «voces» y las primeras manifestaciones solistas como el pizzicato del violín. Con la eliminación de la flauta y la adopción del contrabajo, en las postrimerías del periodo, se arriba a la pródiga época de los sextetos típicos.

En lo intrínseco comienzan a diferenciarse los distintos estilos interpretativos. A continuación se estudian las figuras que lo animaron, «lo único sustantivo de la historia», es decir lo único que tiene «materia». Se traza una sintesis biográfica, su ubicación y trayectoria artistica, su tangografia y discografía.

En este rutilante desfile surgirán los perfiles de Juan Canaro, Osvaldo Fresedo, Anselmo Aieta, Rafael Rossi, Juan B. Guido, «Bachicha» D’Ambroggio, Manuel Pizarro, Arturo Severino, Robertino Acosta, Pérez «Pocholo» y otros nombres de similar predicamento. Finalmente se incorpora un complemento ampliatorio del volumen I, con referencias discográficas y tangográficas».

 

Oscar Zucchi le dedica a Osvaldo desde la página 964 hasta la 1069 del segundo tomo de la serie El Tango, el Bandoneón y sus Intérpretes se ocupa del periodo generacional de 1910. Dada la profusión y relevancia de sus representantes, su revisión continuará en el volumen III de la obra, de 1220 páginas de editorial Corregidor. La Colección El tango, el bandoneón y sus intérpretes, trata de la creación del bandoneón, su llegada a la Argentina y su adopción por los músicos criollos argentinos y uruguayos.. Se ocupa luego de los itinerarios artísticos, de sus intérpretes en las distintas generaciones desde 1865. Aspectos importantes como la denominación ¨Orquesta típica criolla¨, con bandoneón, que llega al disco por primera vez alrededor del Centenario de la Revolución de Mayo, en 1910.

 

 

 

 

 ¡Gracias maestro bandoneonista Osvaldo Fresedo por su apoyo a la obra de Raúl De Los Hoyos y gran aporte al tango rioplatense!

 

Fuentes: Discografía de Osvaldo Fresedo por Enrique Binda / Todo Tango / Wikipedia / Oscar Zucchi / Dr. Luis Alposta /Dr. Luis Adolfo Sierra

 

 

RAULDELOSHOYOS.COM-SITIO CULTURAL – SIN  FINES DE LUCRO

Es fundamental  que los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales sean considerados un bien cultural.

La UNESCO ha elaborado recomendaciones para la salvaguardia de estos materiales como parte de la memoria
del mundo. Algunas políticas culturales han permitido tomar cierta conciencia de las pérdidas y cómo poder frenar el deterioro de los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales, sobre todo de aquellos que se encuentran en una irreversible obsolescencia como lo son los soportes analógicos, o los que tienen como soporte el papel. (Ver Textos fundamentales de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial 2003: https://ich.unesco.org/doc/src/2003_Convention_Basic_Texts-_2018_version-SP.pdf) La era digital que nos atraviesa permite disponer de novedosas herramientas que podemos aplicar para atesorar y resguardar todo, con la participación de la comunidad y decisiones políticas en la misma dirección.

Cada tango es una historia

En cada tango un pedazo de historia, un renglón de vida que los músicos, poetas y letristas componen bellamente para trenzar los renglones de tinta virtual y quedar mirándonos en este espejo musical del amor y los actos humanos. Y que no falte nunca  el abrazo tanguero.

rauldeloshoyos.com es un sitio web NO comercial, por lo que los materiales publicados tienen como único cometido informar sobre la obra de Raúl Joaquín de los Hoyos, conocido artísticamente como Raúl De Los Hoyos, el tango, sus letristas e intérpretes, difundir el Patrimonio Cultural de Saladillo y entretener a toda persona que lee la página.

Raúl Joaquín de los Hoyos es Patrimonio Cultural de Saladillo (2018) y Ciudadano Distinguido Post Mortem (2019).

En 2023 el Honorable Concejo Deliberante de Saladillo sancionó una ordenanza instituyendo la Distinción Raúl De Los Hoyos a la Trayectoria Musical.

En el 2024, el Honorable Concejo Deliberante de Saladillo sancionó por unanimidad la ordenanza 17/2024, sancionó imponer el nombre “Raúl Joaquín de Los Hoyos” a una calle de la ciudad de Saladillo.-

Luis Perrière

 

 

 

Compartir en

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Recientes

¡Muchas gracias por su visita!
Lo invitamos a estar pendiente de nuestras próximas publicaciones.