Muerte de Carlos Gardel
Accidente en Medellín del «Zorzal Criollo»
Carlos Gardel muere trágicamente el 24 de junio de 1935. El «zorzal criollo», el «morocho del abasto» se vuelve mito, leyenda. Fue el día que no se cantaron tangos. Canillitas, diarios y radios del mundo daban al conocer la triste noticia. El luto llegaría también a la familia Samper en Colombia, los titulares destacaban también la muerte del aviador Ernesto Samper Mendoza, pionero de la aviación comercial colombiana y miembro de la distinguida familia que patrocinaría la Universidad de los Andes.
BOGOTA 05:46 AM
La mañana del lunes 24 de junio, como muchas mañanas en Bogotá (capital de la República de Colombia), amaneció nublada y lluviosa. Alrededor de las once los miembros de la comitiva de Gardel se reunieron en la suite de Le Pera en el Hotel Granada. Hubo especulaciones acerca de los vuelos de ese día: ¿estaba muy mal el tiempo? Gardel se acercó a la ventana y miró pensativamente las nubes grises. Seles comunicó que el vuelo a Cali no se había cancelado. “Todo el mundo está alegre. ¿No han de estarlo? Carlos Gardel ve acercarse el término de su gira, su dorada ilusión”, escribe Nicolás Díaz.38 Como de costumbre, había gente apiñada alrededor del hotel: el grupo tuvo que salir por una puerta trasera para llegar a los coches.
En el aeropuerto El Techo (Bogotá) hubo nuevas demostraciones de afecto popular. Los fotógrafos de la prensa tomaron varias fotografías de la estrella: Gardel con una elegante dama de la sociedad colombiana, Gardel con los tres hijos de Henry Swartz, Gardel abrazando a Nicolás Díaz, que no podía viajar con él a Cali. La cámara soltó un chasquido final: una foto de Gardel y Le Pera mirando seriamente la pista aérea. Los diez integrantes del grupo -Gardel, los tres guitarristas,Le Pera, Plaja, Azzaf, Corpas Moreno, Palacios y Swartz- abordaron el avión, el Ford trimotor F31 de la empresa SACO. Una sonrisa final, un saludo con el brazo; cerraron la portezuela y Bogotá dijo adiós al hombre que habíaidolatrado tan espectacularmente en los últimos diez días. Gardel se fue.
El F31 se elevó de la sabana de Bogotá con dos pilotos estadounidense al mando, los aviadores Stanley Harvey y John McMillan. Rumbo al aeródromo Olaya Herrera de Medellín con Carlos Gardel y su comitiva a bordo. Sobrevoló ruidosamente las accidentadas colinas del oeste, y se elevó por encima del enorme abismo del valle de Magdalena. Por arriba de las nubes el cielo era azul violáceo como de costumbre. El avión tembló de pronto en medio de una turbulencia. Así lo recordaba el música de Carlos Gardel, José Aguilar Porrás, que pensó que uno de los tres motores funcionaba mal y se preguntó si el avión no estaría sobrecargado. Pero todo andaba bien. Las escabrosas montañas dela Cordillera Central quedaron atrás, el avión de SACO descendió hacia su primera escala, el aeropuerto Enrique Olaya Herrera, en Medellín.
El 24 de Junio de 1935, arriba a las 14:45 hs. a Medellín (Colombia), la aeronave Ford Trimotor F31, modelo 5-AT-B, que transportaba al «morocho del abasto»,y su troupe. Todos descienden en Medellín para un refrigerio y recambio de de la tripulación.
La empresa SACO fue fundada en 1933, por Ernesto Samper Mendoza, que contó con el respaldo por la fortuna de su familia materna y gran medida por su primo el abogado Joaquín Samper. El Gobierno colombiano otorgó a Samper $13.500. En noviembre de 1934 adquirió tres trimotores Ford F-31, llamados «Gansos de hojalata» por su cabina metálica.
Ernesto Samper Mendoza, era el hombre orquesta de la compañía SACO: presidente, comandante, jefe de mantenimiento, director de relaciones públicas, gerente comercial.
Carlos Gardel viaja en la aerolínea de Samper debido a que este realiza una estrategia publicitaria para la promoción ofreciéndole al representante Schwartz tarifas mucho más económicas que las de la competencia SCADTA. Tranportar a Carlos Gardel con su grupo seria de un impacto publicitario sin precedentes. con unas Schwartz era hombre codicioso y Ernesto Samper sabía que el empresario corría con el gasto del transporte. El empresario estudió la propuesta y, según el periodista argentino Eliseo Álvarez, «una hábil maniobra comercial de SACO hizo que la comitiva cambiara de compañía».
La flamante aeronave de la empresa SACO, además, tendría como reemplazos de los pilotos norteamericanos al avezado aviador Ernesto Samper Mendoza, de 33 años, de la familia fundadora de la aerolínea, siendo el copiloto William Bennington Foster Stuart, de 18 (mecánico); el jefe de tránsito de SACO, Grant Yetman Flynn y con capacidad de quince pasajeros en los que viajarían estaban Carlos Gardel (45 años), Alfredo Le Pera Sorrentino, José María Aguilar, Guillermo Desiderio Barbieri, Ángel Domingo Riverol, Alfonso Azaff, Josep Plaja, José Corpas Moreno, Henry Swartz y Celedonio Palacios (38 años).
Alrededor de las 15:00 hs., con 450 litros de combustible en las alas, excesos de peso acomodado en la parte posterior del avión, en donde dejaron parte del equipaje de Gardel, taponaba la puerta de salida; otras maletas estaban en el baño. También estaban los 12 pesados rollos de las películas que Gardel estuvo filmando y el pesado telón que a última hora llevaron los hermanos Uribe y que debían trasladar… el F-31 de SACO que tripulaba Ernesto Samper Mendoza, pidió permiso para despegar. Su destino era el aeropuerto de la Base Militar de El Guabito (SKGB) llamada luego Base Aérea Marco Fidel Suárez (Cali). La ciudad de Cali (Colombia) distante a 416 de Medellín. Segundos después, hizo la misma solicitud de salida el avión de SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo), un F-31 llamado «Manizales» que pilotaban dos alemanes, antiguos pilotos militares: Hans Ulrico Thomas, de 26 años, y William Fuerts, de 29, más 5 pasajeros.
El trimotor, de empresa de aérea colombiana SACO (Servicio Aéreo Colombiano) , chocó a las 15:05 con otra aeronave Ford (de la empresa SCADTA que esperaba para despegar) que se encontraba estacionada a una distancia de 90 mts., aguardando el despegue del vuelo de SACO.
Hoy puede afirmarse, que esto fue producto de la falla humana según el estudio de realizado en el 2018 por Guillermo Artana, ingeniero mecánico argentino, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de Fluidodinámica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
«El manual indica que si falla un motor durante el despegue el piloto debe apagar todos los motores y abortar el despegue. En cambio Samper aceleró. Los peritos de la época tenían las herramientas suficientes como para al menos determinar el máximo rango de desvío que pudo haber causado el viento».
Artana especula con la posibilidad de que el dueño de la aerolínea SACO quizás no quiso arriesgarse a abortar un vuelo con Gardel a bordo ante la mirada de muchos admiradores del cantante que habían ido al aeródromo a despedirlo.
«Si no hubiera habido ningún objeto en su camino capaz el avión hubiera levantado vuelo y podía haber volado con un motor menos», indica el Ingeniero Mecánico.
«Los peritos colombianos dictaminaron que, al momento del despegue, un viento lateral provocó que la aeronave, pesando 7 toneladas, se desviara 90 metros de sus 300 de recorrido, lo que provocó su impacto contra otro avión que estaba estacionado», contó Artana.
«Con esta información, hice los cálculos y los comparé con las trayectorias de las huellas del avión hasta el impacto, y no daban», sostuvo. «Además, había varios indicios de que un viento tal para desviar a semejante aeronave, era imposible. Por ejemplo, fotos tomadas instantes después de la colisión, en las que se veía gente corriendo con los sombreros puestos, que de otra forma se habrían volado», agregó.
Artana consiguió una copia del manual del avión «para corroborar qué decía que se debía hacer en casos de fallas en el despegue» y fue así que determinó que en realidad la responsabilidad última por el accidente fue del piloto (Ernesto Samper Mendoza)».
Su investigación le permitió hacer otra conjetura sobre lo ocurrido: que todo fue tapado por la justicia colombiana para proteger el buen nombre de Samper Mendoza.
«Leyendo las necrológicas de la época vi que al funeral del piloto concurrieron las más altas esferas aristócratas colombianas de la época, incluso el presidente de la nación, que tuvo palabras muy elogiosas hacia el difunto», afirma Artana.
Eso lo llevó a concluir que la explicación «tan aberrante» de la justicia colombiana tenía «como intención proteger a la figura del piloto».
Artana -que tardó siete años en realizar su peritaje, ya que lo hizo en su tiempo libre- asegura que su único objetivo era «que se haga justicia».
«En Argentina Gardel sigue siendo una persona tan querida por todos que hay una obligación histórica en que se sepa la verdad sobre cómo murió», sostiene el científico argentino.
La BBC (La British Broadcasting Corporation -Corporación británica de radiodifusión) que es es el servicio público de radio y televisión del Reino Unido consultó al ingeniero Guillermo Artana «sobre la ofensa que su investigación podría causar en Colombia, Artana se remitió a los hechos: -Cualquiera que lea lo mismo llegará a una conclusión parecida. No hay mucho espacio para la discusión-«, sentenció.
BBC Mundo quiso conocer el punto de vista de la justicia colombiana y saber si había alguna posibilidad de que se reabra la causa de la muerte de Gardel.
Germán Gómez, vocero de prensa de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, descartó esa opción.
«Judicialmente no hay nada qué hacer porque el expediente fue archivado por la muerte del piloto», explicó.
Solo sobrevivieron para contarlo el músico Aguilar, el profesor Plaja y Flint, el funcionario de SACO. Los otros perecieron.
Partida de defunción emitida por la Arquidiócesis de Medellín (Ver imagen)
El historiador argentino Felipe Pigna marca claramente el momento histórico del país y sus personajes: “A los pocos días a Agustín Pedro Justo (Presidente) y a Botana(Periodista) se les ocurrió la idea salvadora: ganarle la partida al gobierno uruguayo, que a cuatro días del accidente de Medellín ya había comenzado los trámites por los restos de Gardel. Repatriarlo no era una tarea sencilla, porque la ley colombiana prohibía la exhumación de un cadáver hasta cuatro años después del fallecimiento. Había que recurrir a las máximas autoridades, o sea, al presidente colombiano Alfonso López y pedirle que los restos vinieran hacia la Argentina. Tras la decisión de doña Berta, madre de Gardel, de que los restos descansen en Buenos Aires y no en Montevideo, y los engorrosos trámites llevados adelante por Armando Defino, representante del cantor, el presidente de Colombia, autorizó la exhumación y el traslado del zorzal a su Buenos Aires querido. El general Justo tendría su beneficio político y don Natalio Botana la posibilidad de iniciar, en el diario «Crítica», una serie interminable de notas sensacionalistas sobre la vida, obra y muerte del «morocho del abasto», que agotarían todas las ediciones del periódico.
Dijo Botana (hijo): “Natalio lo comprendió. Gardel era el símbolo de la alegría, de la limpieza criolla adecuado para oponerlo a la hora de descrédito y decepción que sacudía a la República. Fríamente, como sólo ellos podían hacerlo, analizaron con el presidente Justo esa poderosa imagen positiva que el mundo nos devolvía. Fue así que a ocultas, sabia y tenazmente, aceleraron el culto a Gardel y desviaron la mirada de la opinión pública. El Estado puso su parte; Crítica lo suyo. Se demoró ex profeso la vuelta de sus restos durante seis meses, buscando que la apoteosis tapara lo que por razones de Estado se debía olvidar». Haciendo referencia a la «década infame».
El lujoso ataúd con el cadáver del argentino más famoso de su tiempo, partió de Medellín el 17 de diciembre de 1935. El cuerpo fue llevado a Panamá y de allí a Nueva York a donde arribó el 6 de enero de 1936. Fue velado durante una semana en una funeraria del barrio latino, a la que concurrieron cientos de admiradores locales de Carlitos. De allí partió Armando Delfino con el cuerpo, el 17 de enero de 1936 haciendo escala en Río de Janeiro y Montevideo donde también se le rindieron sentidos homenajes.
Finalmente el ataúd que traía al hombre que a partir de entonces comenzaría a cantar mejor cada día, llegó a Buenos Aires el 5 de febrero de 1936. Tanto el velatorio, que tuvo lugar en el Luna Park, como el entierro fueron, junto a los de Yrigoyen, Evita y Perón, de los más multitudinarios de la historia argentina.
Allí están los dos Carlos Gardel y Raúl de los Hoyos, el músico brillante y el cantor único en su época, incorporando a su repertorio, ritmos, autores, compositores de diversos países, para constituirse en»El Primer Cantor de Música Popular del Mundo».
Video-Imágenes de Carlos Gardel del 24 de junio de 1935 en Aeropuerto «El Techo» de Bogotá, aeródromo «Olaya Herrera» de Medellín- Llegada de los restos al puerto de Buenos Aires, velatorio en el estadio Luna Park -Cortejo fúnebre.
José María «Indio» Aguilar Porrás-Guitarrista sobreviviente
Artísticamente conocido como José María Aguilar (1891-1951) fue uno de los tres sobrevivientes de las llamas, de la tragedia de Medellín. Él relató lo que sucedió dentro del avión F-31 en estos términos: «El avión llevaba un exceso de carga y creo que por ello, apenas llegamos a Medellín, descendió precipitadamente hacia tierra, por lo que el piloto aceleró los motores para aterrizar en medio de peligrosos corcovos, por culpa de los vientos, pero gracias a la pericia del piloto no perecimos entonces.. Esto comenzó a preocuparme. En Medellín tomamos una rápida merienda y una naranjada con Gardel. En ese momento, el gerente de la empresa aérea Saco le dijo al piloto Samper Mendoza que debía cargar 12 tambores de películas, a lo que éste respondió que ya no quedaba más espacio en el trimotor, por lo que se resolvió que fueran ubicados debajo de los asientos de los pasajeros, agregándose además un rollo de telón en el pasillo».
«Carlitos Gardel –contó también Aguilar– se ajustó el sombrero y, al verme preocupado, me preguntó si tenía miedo y le dije que no, pero que si tuviera dinero buscaría otro medio de transporte, a lo que Carlos me contestó: «Vamos… vamos… ésta es la última hora y cuarto que queda de vuelo, después no subiremos más a estos bichos…».
«Luego me pidió un chicle y algodón para ponerse en los oídos:-(Carlos) ¿Qué estás comiendo, Indio? -me dijo al advertir que yo estaba masticando….- Chicle – le contesté… (Carlos) Bueno, dame. ¿Tenés algodón? Me voy a tapar los oídos… este ruido me aturde» Fueron las últimas palabras que escuché de Carlitos.
Apenas tuvo tiempo de colocárselo. El avión, que había comenzado su marcha, no conseguía despegarse del suelo.
Samper y el copiloto no cerraron las puertas que aislaban el compartimiento de comando con la cabina, detalle que considero iba a resultar fatal. En seguida, el jefe de a bordo Flynn cerró la puerta de acceso con un cerrojo, y pensé que en caso de un accidente moriríamos como ratas. Calculé cómo abrir la puerta, pero vi que corrió un segundo cerrojo en forma de ‘M’ y dije para mis adentros que nadie podría abrirla. Luego de movernos despacio un cierto trecho, se aceleraron los motores. Habremos recorrido unos 300 metros cuando sentimos una brusca maniobra hacia la derecha. Pero ninguno se sintió alarmado. Luego escuché un espantoso estruendo de choque. Una lluvia de combustible nos bañó por completo y en un segundo todos ardíamos en medio de los aviones destrozados. No perdí la serenidad. Yo era el único que no llevaba puestas las correas de seguridad. Me incorporé tapándome los ojos con la mano y me arrojé por una ventanilla cuyos cerrojos se habían aflojado por el impacto. Estaba como a dos metros y medio del suelo. Me arrojé envuelto en llamas. No sentí nada al caer, pero después se estableció que me había fracturado la mandíbula. Desgarré mis ropas que ardían y vi aparecer por una ventanilla a Riverol, quien con palabras desgarrantes me pedía que no lo dejara morir, que lo sacara por sus hijos. Logré sacar a Riverol y apagar sus ropas. Apareció Asaff y también lo ayudé a salir y luego Plaja, el profesor de idiomas de Gardel. En tanto, Flynn, el comisario de a bordo, salió por un agujero de la cola. Todo esto en segundos y en medio de la hoguera a nuestro alrededor. Pensé en Carlitos, pero no había ningún movimiento de vida en el trimotor. En un automóvil nos condujeron a un sanatorio mientras 10 mil personas rodeaban a los aviones ardiendo. Riverol era una sola llaga y falleció el día 26 a la madrugada. Yo también estaba mal y hasta recibí la extremaunción del padre Germán Posadas, pero estuve 26 días convaleciente recuperándome y pude volver a la Argentina».Su esposa María lo fue a buscar a Colombia produciéndose su retorno a Buenos Aires en enero de 1936.
Después del accidente, junto a la imágenes del espanto, Aguilar, en medio de grandes sufrimientos, desfigurado físicamente y lo que fue peor, con sus manos inutilizadas para poder brindar las notas a su guitarra, todavía le quedarían fuerzas y ánimo para tener alumnos de guitarra y patrocinar a distintos cantores que no lograron gran repercusión.
Promediando diciembre de 1951, frente a la Plaza Pueyrredón (Flores) de Buenos Aires, y casi ciego, la fatalidad se ensaña aún más con su vida. Al pretender abordar un taxi que venía por la mano contraria lo atropelló un auto, fracturándole una pierna. Internado en el Hospital Álvarez, sorpresivamente falleció de un edema pulmonar el 21 de diciembre de 1951.
Fuente: BBC / Guillermo Artana / Todo Tango / Fundación Carlos Gardel
RAULDELOSHOYOS.COM-SITIO CULTURAL–SIN FINES DE LUCRO
Es fundamental que los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales sean considerados un bien cultural.
La UNESCO ha elaborado recomendaciones para la salvaguardia de estos materiales como parte de la memoria
del mundo. Algunas políticas culturales han permitido tomar cierta conciencia de las pérdidas y cómo poder frenar el deterioro de los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales, sobre todo de aquellos que se encuentran en una irreversible obsolescencia como lo son los soportes analógicos, o los que tienen como soporte el papel. (Ver Textos fundamentales de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial 2003: https://ich.unesco.org/doc/src/2003_Convention_Basic_Texts-_2018_version-SP.pdf) La era digital que nos atraviesa permite disponer de novedosas herramientas que podemos aplicar para atesorar y resguardar todo, con la participación de la comunidad y decisiones políticas en la misma dirección.
Cada tango es una historia
En cada tango un pedazo de historia, un renglón de vida que los músicos, poetas, letristas, cantores y cantantes componen bellamente para trenzar los renglones de tinta virtual y quedar mirándonos en este espejo musical del amor y los actos humanos. Y que no falte nunca el abrazo tanguero.
rauldeloshoyos.com es un sitio web NO comercial, por lo que los materiales publicados tienen como único cometido informar sobre la obra de Raúl Joaquín de los Hoyos, conocido artísticamente como Raúl De Los Hoyos, el tango, sus letristas e intérpretes, difundir el Patrimonio Cultural de Saladillo y entretener a toda persona que lee la página.
Raúl Joaquín de los Hoyos es Patrimonio Cultural de Saladillo (2018) y Ciudadano Distinguido Post Mortem (2019).
Luis Perrière
3 respuestas
Cordial saludo, mi nombre es David Gutierrez, Investigador y cantor de tango de la ciudad de Medellín, soy el ganador del primer festival internacional de Tango de Medellín en el año 2007, actualmente me encuentro construyendo un documental sobre la vida y obra de Gardel. Quisiera solicitarle comedidamente la utilización de algunas imágenes que tiene en este documento, es para uso lúdico. Por su atención y apoyo muchas gracias.
Hola amigo David Gutierrez. Muchas gracias por su cordial saludo, se lo retribuyo de igual manera. Puede utilizar el material y si le es posible solo mencione el origen. Cuando termine su documental pongo su mi disposición esta página para su difusión.Estoy muy interesado en todo lo gire en torno al tango en el mundo. Gran abrazo. Luis Perrière