ALBERTO VACCAREZZA

DEL SAINETE AL TANGO

Alberto Vaccarezza y Raúl de los Hoyos

Alberto Vaccarezza y Raúl De los Hoyos, estos dos nombres relevantes para ese tramo final, de la década de 1920,  tuvieron dos producciones compartidas: «Carrerito (Chiche , moro, zaino)»(1928) y «Atorrante»(1929).

 

 

Su vida

Alberto Vaccarezza, artísticamente conocido como tal,  su nombre real era Bartolomé Ángel Venancio Alberto Vaccarezza. Nació en el barrio de Almagro (lindante con los barrios de Villa Crespo, Caballito y Boedo), Buenos Aires, el 1 de abril de 1886. Falleció en esta ciudad el  6 de agosto de 1959. Fue un destacado dramaturgo, letrista de tango y poeta argentino. Máximo exponente del genero teatral sainete porteño. Su padres don Luis Vaccarezza, y doña Catalina Caferatta querían que fuese abogado. Se casó a los 20 años con su prima hermana Amanda Vaccarezza (19), con quien tuvo siete de sus quince hijos: Elsa, Alberto, Amanda, Juan Isidro, Margarita, Leopoldo, Rosa Blanca, Luis Alberto, Mercedes, Bartolomé, Javier, Oriol, Rubén, Omar, César.

 

 

Una de sus hijas Angélica Delbeni Mercedes Vaccarezza relata  al diario «La Nación», los recuerdos «imborrables» que tiene de su padre. «Lo recuerdo como un padrazo. Era muy bueno con sus hijos y a mí me mimaba especialmente. También se caracterizó por su gran generosidad salía al paso de las necesidades de la gente sin que se lo pidieran. Además tenía una gran imaginación: hubiera sido un gran cuentista infantil porque nos contaba cuentos fabulosos y nos entretenía con ellos». Nunca lo abandonó el sentido del humor. Se reía de sí mismo. Ya en sus últimos días en los que estaba postrado en cama un periodista lo fue a visitar y al preguntarle cómo estaba le respondió: «Aquí estoy estudiando para difunto».

Fue hombre de radio, tanto como charlista breve y autor de cantidad de guiones para propuestas de diverso tipo. Escribió poemas sencillos, que recitaba por la radio y que fueron editados en libros, como por ejemplo: «La Biblia gaucha», «Dijo Martín Fierro» y «Cantos de la vida y de la tierra».

Aníbal Troilo «Puichuco dijo del gran Vaccarezza: «Alberto reunía la experiencia de los libros y de la calle».

 

Barrio de Almagro – Límites: Río de Janeiro, Avenida Rivadavia, Avenida La Plata, Avenida Independencia, Sánchez de Loria, Sánchez de Bustamante, prolongación virtual de Sánchez de Bustamante (puente peatonal), Sánchez de Bustamante, Avenida Díaz Vélez, Gallo, Avenida Córdoba, Avenida Estado de Israel, Avenida Ángel Gallardo. La Ley 901, sancionada el 19/09/2002, de la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dice: Institúyase el 28 de Septiembre como «Día del Barrio de Almagro».

 

En 1839, el rico comerciante Julián Almagro compró tierras en la zona, 18 hectáreas, y unos años más tarde donó terrenos para que se construyera la estación del primer tren que circuló en el país. Esa estación se ubicó en la esquina de Lezica y Ángel Peluffo. Funcionó durante 30 años, desde 1857. Por haber sido donado por Almagro, llevó ese nombre el cual luego se usó también para bautizar a los alrededores.

Almagro, como otros barrios porteños está relacionado con el tango y los típicos cafés porteños. Por sus calles y bares circularon muchos de los grandes del tango y Almagro tiene el privilegio de ser el primer escenario que escuchó cantar a Carlos Gardel. El zorzal criollo, fue alumno del Colegio Salesiano Pio IX y cantó en la parroquia San Carlos, ubicada en Quintino Bocayuba e Hipólito Irigoyen.  Gardel, en sus inicios solía cantar en un bar que se encontraba en la avenida Rivadavia 3824. Lo hacía con su compañero, al que él apodaba el Negro (rengo) Congo, que era un famoso cochero de la zona. Gardel cantaba un par de canciones y Congo pasaba el sombrero para recaudar algunas monedas.

 

A la izquierda Sanata Bar ubicado en Sarmiento 3501, a la derecha «La Casa del tango» ubicada en Guardia Vieja 4049.

 

 

Otros personajes ilustres que pisaron las veredas de Almagro fueron:  el maestro pianista, compositor y director de orquesta Osvaldo Pugliese, fue uno de sus más ilustres vecinos, quien impulsó a la existencia de «La Casa del Tango», ubicada en Guardia Vieja 4049, que tiene una Fundación de ese nombre, que es hoy un orgullo porteño. El  pianista , compositor, creador del tango milonga porteño Sebastián Piana que vivió en el pasaje Bogado. El tango «Almagro», creado en 1930,  con música de Vicente San Lorenzo y letra de Augusto Martini, hablan de este singular barrio.

 

«Almagro» tango: a la izquierda portada de la partitura de editorial musical Julio Korn, con la versión del maestro Osvaldo Pugliese con la voz de Adrián Guida, de 1985, en el centro portada de partitura de Mundo Musical, de la versión del bandoneonista Antonio Bonavena y su orquesta, a la derecha la versión del tango «Almagro» por la orquesta de Alfredo De Angelis, cantando Oscar Larroca de 1951, graba para la compañía alemana Odeon.

 

El tango «Almagro», disco de pasta (goma laca-shellac) en 78rpm,cantado por Carlos Gardel (en el centro de la imagen), con el acompañamientos de los guitarristas Ángel Domingo Riverol, Guillermo Barbieri, José María Aguilar. Grabación realizada para el sello Odeon, el 1º de mayo de 1930. A la izquierda relanzamiento en vinilo del año 1956, titulado «Almagro», con 8 temas grabado para esa empresa por «El zorzal criollo».

 

En Av. Rivadavia y Medrano, se encuentra la famosa confitería Las violetas. Abrió sus puertas el 21 de septiembre de 1884. El edificio que alberga fue construido hacia fines del siglo XIX y exhibe una sobria decoración. En el interior de esta confitería se destacan, entre otros elementos ornamentales, sus vitrales. Por esta confitería pasaron importantes personalidades de la política, las artes, las ciencias y el deporte. Entre ellos: Carlos Gardel, Azucena Maizal, José González Castillo, Cátulo Castillo, Ignacio Corsini, Ernesto H. Blanco, Alfonsina Storni y Roberto Arlt. Fue declarada sitio de interés cultural de la Ciudad por la ley N 49 de la Legislatura.

 

 

Sus inicios

A principio del Siglo XX, Alberto Vacarezza, con catorce y quince años, escribe poesía o “versos amatorios”, poemas de amor cortos que en definitiva quedaron inéditos para el público. Se mostraba aficionado a la literatura y el teatro, su pasión por las artes escénicas lo fue llevando a adquirir una educación autodidacta a través de la lectura. Pero obligado por necesidades económicas trabaja en el ámbito rural, y debe dejar de lado, al menos por un tiempo, lo sueños de escenas, luces y bambalinas.

Una reseña autobiográfica permite fijar el año de iniciación de su trayectoria como dramaturgo: 1903. Desde entonces, Vacarezza sigue escribiendo, pero su consagración en el medio teatral comercial llegará recién en 1911,  él mismo cuenta:

«Poco después escribí un romance de ambiente campero, que estrenó el mismo cuadro con igual aprobación. Y a éste le siguieron otras piezas con resultado invariable. Mas como el oficio que había emprendido sólo me ocasionaba gastos, ya que los derechos de autor estaban entonces más lejanos que las estrellas, mi buen padre me llamó un día a la realidad y obediente a su deseo me inicié en varios trabajos y negocios con el admirable talento de fracasar en todos. Torcer la vocación es darle vuelta la corriente al río. Por más que me esforcé no pude quitarme la manía de la vida teatral. Y así anduve incansablemente hasta que en un concurso de El Nacional, organizado por mi viejo y llorado amigo Pascual Carcavallo, la compañía Vittone-Pomar-Podestá estrenó mi sainete –Los escrushantes-, al que el Jurado le asignó el primer premio. Desde aquella lejana noche, no tuve otra preocupación ni otro descanso que escribir para la escena. Y fueron tantos los sainetes, dramas y romances que compuse, que ya he perdido la cuenta».

“Los escruchantes”, es una obra que fue clasificada como un sainete negro y fue estrenada en el Teatro El Nacional sobre la Avenida Corrientes (Corrientes 960), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este escenario, será para la puesta sobre tablas de muchas de sus creaciones.

Los escrushantes no es su primera obra sino, al menos, la sexta. Vacarezza da sus primeros pasos, en el  teatro, ocho años antes, en 1903, en el circuito de producción filodramática, cuando cuenta con apenas diecisiete años.

En un discurso inédito para la Casa del Teatro, a mitad de los años cuarenta o principios de los cincuenta,  Vacarezza incluye algunos apuntes autobiográficos que marcaron su camino:

…los moscardones de la literatura comenzaron a zumbarme en los oídos, y todavía estoy por descubrir al canalla que me sacó sainetero. Lo único que recuerdo claramente es que una buena noche, sin saber por qué ni cómo, empecé a borronear en los papeles los tipos y escenas que había visto en la calle durante el día. Aquellos esbozos de acuarelas no tenían otro fin que el de divertir a mis amigos del barrio.

 

 

El sainete, es uno de los géneros que abordó Vaccarezza

En un discurso inédito para la Casa del Teatro, sin fecha precisa (corresponde aproximadamente a la segunda mitad de los años cuarenta o principios de los cincuenta), Vacarezza incluye algunos apuntes autobiográficos reveladores que aportan al conocimiento de los comienzos de su trayectoria teatral. Cuenta allí que sus padres querían que fuese abogado, pero que aunque intentó complacerlos, pronto…

«…los moscardones de la literatura comenzaron a zumbarme en los oídos, y todavía estoy por descubrir al canalla que me sacó sainetero. Lo único que recuerdo claramente es que una buena noche, sin saber por qué ni cómo, empecé a borronear en los papeles los tipos y escenas que había visto en la calle durante el día. Aquellos esbozos de acuarelas no tenían otro fin que el de divertir a mis amigos del barrio».

El sai­ne­te có­mi­co, como Tu cuna fue un conventillo (1925) y El conventillo de la Paloma (1929) tra­ba­ja con si­tua­cio­nes pu­ra­men­te reide­ras y en­tre­la­za en la trama un con­flic­to me­lo­dra­má­ti­co de pro­ble­má­ti­ca más leve, en ge­ne­ral li­ga­do a lo amo­ro­so y con desen­la­ce feliz.

 

Video – TU CUNA FUE UN CONVENTILLO – Recitado por ALBERTO VACCAREZZA

 

 

Era una paica papusa,

retrechera y rantifusa

que aguantaba la marruza

sin protestas hasta el fin.

Y era un garabo discreto,

verseador y analfabeto

que trataba con respeto

a la dueña del bulín.

Esto no es vida, decía

la percanta noche y día,

y de celos se mordía

cuando en la calle veía

a sus amigas pasar

con sus sombreros de paja,

mucha seda, mucha alhaja,

¿por qué si nadie trabaja

sólo yo he de trabajar?

Y aquel bulín tan sencillo

del alegre conventillo

poco a poco perdió el brillo

porque afilando el colmillo

entró la envidia a roer.

Y una noche, una de aquellas

noches tranquilas y bellas

en que todas las estrellas

se asoman al mundo a ver,

aquella paica papusa,

retrechera y rantifusa

que aguantaba la marruza

sin protestas hasta el fin,

se vio en el espejo hermosa

y resuelta, la envidiosa,

la coqueta y beleidosa,

ató sus pilchas nerviosa

y se espiantó del bulín.

Llegó el garabo en la noche

y al no verla, ni un reproche

de sus labios se escapó.

Pensó en su amor un momento,

pulsó luego el instrumento

y pa’ olvidar su tormento

cantó sus penas al viento

y el viento… se las llevó.

Pasó un día, y otro día,

y la paica no volvía,

porque el mundo la absorbía

con su vana ostentación…

Y cantaba y se reía

del mundo en la algarabía,

pero su risa era fría,

porque al reír parecía

que estaba su alma vacía

y vacío el corazón.

Pero la pobre percanta

ya no ríe, ya no canta.

Y hace un año justamente

en una tarde sonriente

en que el sol tranquilamente

dibujaba en el poniente

su pincelada final,

aquella paica que un día

reina fue de la alegría

y del mundo se reía

con su risa artificial,

triste y sola en su agonía,

como la tarde moría

en la cama blanca y fría

de un frío y blanco hospital.

 

LUNFARDO:

Paica: mujer – Rantifusa: atorranta –  Retrechera: Persona que tiene mucho atractivo// mujer coqueta y atractiva por su sensualidad// pizpireta – Papusa: mujer espléndida, hermosa, linda – Marruza/sa: Golpiza – Garabo: Amante, concubino – Afilando el colmillo:prepararse para una pelea, un discusión – Espiantó: irse, huida, fuga – Bulín: Cuarto de soltero, cotorro

Sainete «Cuando un pobre se divierte»

El sai­ne­te tra­gi­có­mi­co, como Cuan­do un pobre se divierte (1921) al­ter­na si­tua­cio­nes có­mi­cas y trá­gi­cas (no dra­má­ti­cas ni me­lo­dra­má­ti­cas), en­ten­dien­do lo trá­gi­co como la ex­pe­rien­cia de lo irre­pa­ra­ble, de una pér­di­da que no puede mi­ti­gar­se. Una obra para que el es­pec­ta­dor al­ter­na­da­men­te ría y sufra, pero esto úl­ti­mo como un dolor sin ate­nuan­tes ni mi­ti­ga­ción posibles.

Cuan­do un pobre se divierte es un sai­ne­te en un acto y dos cua­dros que fue es­tre­na­do el 19 de oc­tu­bre de 1921 en el Teatro por la com­pa­ñía de Pascual Carcavallo. En 1936 se reali­zó una pe­lí­cu­la homónima ba­sa­da en la obra y di­ri­gi­da por Roque La­ve­ra. Desde que se ha ido de su casa hace tres años el per­so­na­je Men­ta­be­rry busca a su hijo, un niño se ha mu­da­do con su abue­la, lle­van­do siem­pre en­ci­ma un ju­gue­te, por si fi­nal­men­te lo en­cuen­tra. Fi­nal­men­te sabrá que su hijo tan bus­ca­do ha muer­to hace tiem­po. Va­ca­rez­za re­to­ma en esta obra el per­so­na­je del hom­bre «ca­la­ve­ra», el mu­je­rie­go afi­cio­na­do al ca­ba­ré, el juego, el tango y la vida bohe­mia que aban­do­na a su es­po­sa y a sus hijos.

Sainete «El conventillo de la Paloma»

Ins­pi­ra­da en la vida de los conventillos. En par­ti­cu­lar de la Casa Co­lec­ti­va La Na­cio­nal ubi­ca­da en el por­te­ño ba­rrio de Villa Cres­po de la ciu­dad de Bue­nos Aires, en la que pre­ci­sa­men­te uno de sus prin­ci­pa­les per­so­na­jes es el Guapo Villa Cres­po. Mien­tras que el nom­bre de la obra «El conventillo de la Paloma» se debe al per­so­na­je fe­me­nino, re­fe­ri­do a una ope­ra­ria de la Fá­bri­ca Na­cio­nal de Cal­za­dos que vivía en la men­cio­na­da casa co­lec­ti­va La Na­cio­nal en alu­sión a dicha fá­bri­ca.

Otras obras /Sainetes

  • El juzgado (1903, su primera obra)
  • El corralón de mis penas (1928)
  • El conventillo del gavilán (1931)
  • La comparsa se despide (1932)

 

 

Vaccarezza, el tango  y Gardel

Amigo íntimo y colaborador de Carlos Gardel «El zorzal criollo». Más de una docena de sus creaciones fueron interpretadas y grabadas por «El morocho del Abasto» y siendo el compositor con el que más letras compartió el pianista Enrique Delfino (Delfy):

 

 

 

  • «La copa del olvido»con música de Enrique Pedro Delfino, en 1921
  • «Eche otra caña pulpero» con música de Enrique Pedro Delfino, 1923
  • «Padre nuestro» con música de Enrique Pedro Delfino, 1923
  • «Francesita» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
  • «No le digas que la quiero» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
  • «Talán talán» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
  • «Adiós que te vaya bien» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
  • «Adiós para siempre»con música de Antonio Scatasso, 1925
  • «No me tires con la tapa de la olla» Scatasso, 1926, (a partir del tango primitivo del mismo título)
  • «El poncho del amor» con música de Antonio Scatasso, 1927
  • «Araca corazón» con música de Enrique Pedro Delfino, 1927,
  • «El carrerito (Chiche, moro, zaino)» con música de Raúl de los Hoyos, , perteneciente al sainete con tinte grotesco «El corralón de mis penas», presentado en el teatro «Nacional»  el 19 de abril de 1928 y estrenado por la actriz y cantante Olinda Bozán.Este tango fue éxito internacional. Cuenta con más de 25 versiones en 1928 y 2018, entre ellas las de : Carlos Gardel, Francisco Canaro, Juan D’Arienzo, Alfredo De Angelis cantan Gigí De Ángelis, Trío Irusta-Fugazot-Demare, Gorni Kramer, Ignacio Corsini, Mario Pardo, Edgardo Del Río,etc.
  • «Otario que andás penando» con música de Enrique Pedro Delfino, en 1932

Enrique Pedro Delfino ,(1895-1957) compositor y pianista, Antonio Scatasso (1886-1954) bandoneonista y director de orquesta, Raúl De Los Hoyos (1898-1989) compositor, autor y pianista.

 

 

 

Su amistad con Carlos Gardel, lo llevó a despedir sus restos mortales  el 6 de febrero de 1936, en el Cementerio de la Chacarita, recordandolo, así con estas palabras:

«Señoras y amigos

En nombre de Dios y de todos los pájaros cantores que saludan al sol cada día, en nombre del arte y de cuantos guardan en un cofre una canción de dolor o de esperanza, vengo a llorarle mi oración postrera a este pájaro errabundo que en su afán de llevarle a Dios sus armonías, voló tan alto que el fuego del sol le quemó las alas.

Pobre pajarito nuestro! En qué Ignota ocupación estaría distraído el picador del destino en la hora crepuscular de ascensión, para trocar en cenizas lo que fue todo Amor y bondad, lo que todo fue belleza.

Desgarra de primer intento, pensar en que puedan morir así los que llevamos envueltos en la rosada menta del cariño. Pero a poco que el alma se serena y piensa, en la reflexión, en los hondos misterios de la vida y de la muerte, descárganse nuestras angustias y comienza el entendimiento a reconciliarse con los designios de Dios, pero bien sabe que la mayor gloria para una vida gloriosa es morir gloriosamente.

¿Y de qué muerte mejor pudo acabar aquel que vivió cantando, cuando todas las fronteras de emoción, la ternura y la belleza, ya hablan sido traspasadas por la emborrachadora melodía de sus trinos?

Jilguerito del talar de mis llanuras y zorzal modulador del sonido alegre y triste, con que suena y sonará en los tiempos el corazón del que ríe y del que llora! Enamorado del sol y amante de la luna! Cuando se apague la tarde, ¿adonde te iré a buscar? Si me dieras el prodigio de tu voz yo te cantaría con la misma incomparable emoción con que te oyeron cantar los viejos patios porteños aromados de jazmín y madreselvas. Como cantaste en los sórdidos tugurios de la plebe y los altos palacios del magnate. Delante del humilde y frente al poderoso, como cantaste en los rústicos tablados de la farra nativa y como cantaste en París,¡como cantaste, en fin, para mi solo, junto a la Costa Azul, aquella noche de plata que me hiciste llorar de belleza y lejanía. Carlos Gardel!» (Fragmento del texto completo publicado por el periódico Antena)

Vacarezza había viajado con su esposa Amanda, y su hijo Juan Isidro de 18 años, a Europa y estaban en la Costa Azul (Francia) con el dinero que Alberto había ganado con ‘El Conventillo de la Paloma’, un suceso fenomenal que superó las mil representaciones y además, el viaje fue para celebrar las «Bodas de Plata» matrimoniales, en abril de 1931, recuerdan sus familiares. Luego de ese viaje, al tiempo terminó separándose de Amanda, a quien le dedicó una poesía que en principio tituló «Itinerario» y luego corrigió con el nombre de «El viaje», en mayo de 1941.

 

El viaje

                                                                                                              (Fragmento)

Te he llevado en mi coche por todos los caminos,

Nos embarcamos juntos en naves de ultramar,

Y puertos y ciudades, hoteles y casinos,

Continuamente unidos nos vieron desfilar.

¡Oh sueño de aquel viaje que intentaré fijarlo..!

En el carnet de mi alma pinté cada país;

Con sus azules días a Niza y Montecarlo

Y sus brillantes luces las noches de París.

Alucinadamente corrimos por las calles

De la deslumbradora ciudad de Baudelaire

!Qué hermosa era la tarde que fuimos a Versalles!

¡Oh, Francia, quién nos diera volverte a recorrer!

Cruzamos hacia Italia por la montaña recia

Hasta llegar al borde del muelle San Julián,

Y ver, tras los dormidos canales de Venecia,

Las torres de Boloña y el duomo de Milán.

!Rivera genovesa que ya no he de bordearte!

Por curvas carreteras de nuestro afán en pos

Nos fuimos a Florencia a emborracharnos de Arte

Y a hacerle luego en Roma una visita a Dios.

Y poseídos siempre de nuestro mal creciente,

De Nápoles la bella, en una noche azul,

Sonambulescamente zarpamos para Oriente

Hasta besar las playas doradas de Estambul.

De la moderna Cairo febril y babilónica

A Tierra Santa fuimos con santa devoción,

Sofiamos en Atenas y oímos en Salónica

La romancesca fabla de Lope y Calderón.

No sé cómo arribamos a la divina Hungría

Con la fatiga huraña del viaje a los soviets !

Ah, quién volviera a verte como te ví aquel día

En el inolvidable Kursall de Budapest!… (sigue…)

«El viaje» fue leída por el propio Vaccarezza por radio, para satisfacción de Amanda, mientra el sainetero sostenía una relación con la cantante de tango Adhelma Falcón, hermana de la cancionista y actrices Amanda y Ada Falcón, situación que lo llevaría a la separación definitiva. El apasionado vínculo con esta figura del espectáculo, lo llevó a tener un hijo.

 

 

Raúl de los Hoyos y Alberto Vaccarezza

Dado el éxito de Raúl De Los Hoyos con su tangos y musicalizaciones para importantes producciones y encumbrados realizadores, lo convoca Vaccarezza y entablan una amistad que le permitió llevar a cabo dos producciones para los sainetes «El corralón de mis penas» y «El conventillo de la paloma».

 

«El Carrerito (Chiche, moro, zaino)» de la obra «El corralón de mis penas»: A la izquierda Portada de la partitura donde se destaca la interpretación de Olinda Bozán, en el teatro «Nacional», publicada por Editorial Rivarola, de 1928,  en el centro portada de la partitura publicada en París, Francia, por la editorial de Julio Garzón marcando el gran suceso  de Carlos Gardel, incluyendo la versiones en francés por G. Rimbaut-Demont y  español de la letra, de 1929, y  a la derecha la publicación en el suplemento El Tango de Moda  de las Revista Popular Iberoamericana, del 12 de febrero de 1929, en Barcelona (España).

 

El tango «Atorrante» del sainete «El conventillo de la paloma» versión en rollo para Piano Pianola de 1929, publicado por Rollos Cóndor, de Argentina. En la etiqueta se lee «Atorrante – Creación de Libertad Lamarque en el teatro Nacional» – Raúl De Los Hoyos», Condor Nº 1036.

 

 

Portadas del semanario del espectáculo «La Escena» Revista Teatral, fundado el 4 de julio de 1918, de publicación los días jueves. A la izquierda portada publicitando «El corralón de mis penas» publicación del 14 de junio de 1928, Nº 520, a la derecha portada promoviendo «El conventillo de la paloma» publicación del 12 de setiembre de 1929, Nº 583.

 

Fue autor de numerosas letras para tangos, zambas, estilos, entre otros ritmos en la misma línea creadora.

Otros intérpretes le cantaron «La canción» y «Botines viejos» (ambos con Juan de Dios Filiberto) y también «Atorrante» Charlo, en dos oportunidades con las orquestas de Francisco Canaro y Francisco Lomuto, «Calle Corrientes», «Julián Navarro» (con Francisco Canaro), «Pobre gringo» (junto con Juan Caruso y música de Antonio Scatasso), «Muchachita porteña» (con Mariano Mores), entre muchos otros.«Atorrante» es el tango central de la obra «El conventillo de la paloma», fue compuesto por Raúl De Los Hoyos e interpretado por el personaje «Doce pesos» estrenado en Buenos Aires el 5 de abril de 1929.

Actividad radial de Alberto Vaccarezza

Vaccarezza, al igual que Raúl De Los Hoyos y otras personalidades del tango con Enrique Santos Discépolo, incursionó por la radiofonía de Argentina. Lo hizo  tanto como charlista breve y como autor de cantidad de guiones para propuestas de diverso tipo. Escribió poemas sencillos, que recitaba por la radio y que fueron editados en libros, como por ejemplo: «La Biblia gaucha», «Dijo Martín Fierro» y «Cantos de la vida y de la tierra».

 

Video – «ATORRANTE» – ADA FALCÓN con la orquesta del pianista ENRIQUE DELFINO – Grabado el 2 de mayo de 1929 para Disco Nacional-Odeón.

 

 

Es clá­si­ca su poe­sía ti­tu­la­da «Re­ce­ta para es­cri­bir un sai­ne­te», que dice así: «Un patio de con­ven­ti­llo, un ita­liano en­car­ga­do, un ga­lle­go re­to­ba­do, una per­can­ta, un vi­vi­llo, dos ma­le­vos de cu­chi­llo, un cha­mu­yo, una pa­sión, cho­que, celos, dis­cu­sión, desa­fío, pu­ña­la­da, as­pa­men­to, dis­pa­ra­da, au­xi­lio, cana, telón.»

Guión cinematográfico

Realizó guiones cinematográficos para los siguientes films, de diferentes productoras:

  • El conventillo de la Paloma(1936)
  • Lo que le pasó a Reynoso (1937)
  • Viento Norte (1937)
  • Murió el sargento Laprida (1937)
  •  El cabo Rivero (1938)
  • Pampa y cielo (1938)
  • El comisario de tranco largo(1942)
  • Sendas cruzadas (1942)
  •  Lo que le pasó a Reynoso (1955)

 

 

Video – «ATORRANTE» – PIANOLA / PIANO – HORACIO ASBORNO – 1929

 

 

 

 

Opiniónes

Escribió el investigador, crítico, autor y dramaturgo teatral Luis Ordaz (1926-2017), en Historia del teatro argentino, «Las petipiezas de Alberto Vacarezza pueden ejemplificar perfectamente la línea intermedia que se ubica entre las burlas pícaras y el jugueteo sentimental del sainete, con antecedente hispano Vacarezza es un fabulista pinturero del arrabal y sus gentes? Se dedica a «recrear» máscaras prototípicas de compadres, compadritos, gabiones, paicas y grelas de variada estirpe y macchiettas que buscan personalizar tipos genéricos de la inmigración. Vacarezza es un romanceador magnífico de tipos teatrales que habitan y componen un arrabal muy particular. Un arrabal o un patio de conventillo que para el caso es lo mismo. Sin dudas, es el último gran maestro del sainete, para cuya elaboración repentista posee una verba galana y colorida, y una facilidad pasmosa. Tiene el talento que les falta a los que suponen que no es necesario tenerlo para hilvanar las peripecias de un sainete y que son, en definitiva, quienes llevan el género a su crisis y a su desaparición».

Dice Os­val­do Pe­llet­tie­ri  (1945-2011 / Licenciatura y doctorado en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) que Va­ca­rez­za fue el pri­mer autor en des­cu­brir al sai­ne­te como gé­ne­ro tea­tra­lis­ta, no rea­lis­ta y agre­ga que su sainete:«…es siempre una realidad representada, mediatizada, estilizada. Le sacó el poco costumbrismo que le quedaba, dejó lo sentimental, hizo crecer de manera desmesurada lo caricaturesco. Los personajes extranjeros eran tratados de manera xenófoba, fue un gran autor pero era reaccionario. Lo cómico desinteresado de lo social constituyó la característica del humor de Vacarezza. No había ninguna crítica social en su comicidad,no hay clases sociales, no hay hambre.» Si bien, esta es su opinión, no todos coinciden.

Va­ca­rez­za fue un pro­lí­fi­co autor que es­cri­bió más de dos­cien­tas obras entre le­tras de tango, zam­bas, can­cio­nes, poe­mas y pie­zas tea­tra­les. Los ele­men­tos tea­tra­les que uti­li­za­ba eran prác­ti­ca­men­te in­va­ria­bles: el es­ce­na­rio de sus obras —en el caso, un con­ven­ti­llo— per­so­na­jes del país y del ex­tran­je­ro en fran­co con­tras­te de ca­rac­te­res —es­pe­cial­men­te los de  italianos y es­pa­ño­les, las co­lec­ti­vi­da­des más nu­me­ro­sas del país—, las mu­je­res cla­ra­men­te en­ca­si­lla­das —las po­bres pero hon­ra­das y las otras, ga­na­das por el as­fal­to y las luces del cen­tro— y una ga­le­ría de na­ti­vos con compadritos, ato­rran­tes, pí­ca­ros, gui­ta­rris­tas, etc. Va­cca­rez­za no es un crea­dor de tipos ni am­bien­tes. Le falta autenticidad.

Así pudo decir la cró­ni­ca de el diario La Razón del 6 de abril de 1929:

Cuando se alza el telón sobre un nuevo sainete del señor Vacarezza, cualquier espectador, si conoce dos o tres obras del autor puede ir previendo no sólo los acontecimientos capitales de la acción, sino las escenas, las situaciones, casi hasta la frase con que el compadrito va a retrucar a su rival.

El periodista Néstor Pinzón (Todo Tango) en su artículo dedicado a Alberto Vaccarezza escribe:

«En la obra «La comparsa se despide» (1932) cuando el personaje Serpentina se lo debe explicar, al sainete, a un turista norteamericano:

 Poca cosa:

un patio de conventiyo,

un italiano encargado,

un yoyega retobado,

una percanta, un vivillo.

Dos malevos de cuchillo,

un chamuyo,una pasión,

choques, celos, discusión,

desafío, puñalada,

aspamento, disparada

auxilio, cana y telón.

Y debajo de todo eso,

tan sencillo al parecer,

debe el sainete tener

rellenando su armazón

la humanidad, la emoción,

la alegría, los donaires

y el color de Buenos Aires

metido en el corazón.

¿Una fórmula sencilla?, tal vez, «pero ninguno que recurrió a ella obtuvo los mismos resultados, el mismo reconocimiento. Vaccarezza manejaba un lunfardo pintoresco y ponía en boca de sus personajes parlamentos altamente ocurrentes para su público».

Además Néstor Pinzón rescata la opinión del  crítico teatral Jaime Potenze (abogado, crítico de cine, político y periodista) quien ha dicho: «No es arriesgado reconocer que Vaccarezza, sobre todo en su vena sainetera, es el autor más popular que ha dado el país, al extremo que considerarlo un clásico no parece exagerado».

Los que habitaban los inquilinatos y los conventillos, que eran viviendas muy humildes, habitadas por personas de distintos orígenes, era la postal de la inmigración. Seres humanos empobrecidos que arribaban en busca de un horizonte mejor, huyendo de guerras y persecuciones étnicas u ideológicas. La escena se completaba con denominaciones genéricas los «gallegos» (así se llama en la Argentina a todos los españoles cualquiera sea su región de nacimiento), los «tanos» (todos los italianos), los «rusos» (denominación para todos los judíos de cualquier país) y los «turcos» (todos los provenientes de Turquía, Siria, Líbano y países árabes, sin distinción alguna) y mezclados entre ellos, algunos porteños  y otros provincianos tan inmigrantes como los extranjeros.

 

 

De la semblanza de Néstor Pinzón (Todo tango),  sobre Alberto Vaccarezza,  que recomiendo porque es muy importante, quiero rescatar este otro aspecto que destaca, la de Vaccarezza observador, también, del hombre de campo y dice al respecto:  «pero allí nomás traspasado el arrabal, el hombre con mayor libertad, más sereno y filosofeador», y surgieron estos Consejos del viejo Irala ( La Biblia Gaucha  – 1936):

Consejos del viejo Irala

Todo cristiano al nacer

trai dos alforjas vacías

y la vida en sus porfías

solita se las enllena

poniendo en una las penas

y en otra las alegrías.

Y la virtú superior del hombre que tiene luces

es no perderse en los cruces

al repartirse las cargas

y tantiar que las amargas no pesen más que las dulces…

Nunca renegués de Dios

aunque dudes de que exista

no hagas lo del anarquista

que a Dios maldecía y luego

que un rayo dejó ciego

a Dios le pedía la vista.

Si algún amigo en la mala

necesita tus favores

no esperes a que mejore la situación que aqueja,

El que anda en huella pareja no necesita cuartiadores.

Mas nunca hagas las gauchadas

del comesario Romero

que soltaba los cuatreros

diciéndoles, sin empachos,

vayan a robar muchachos

que precisamos dinero.

Cuando a ser cantor te lleven

el gusto o la obligación

no te vandién de gritón

y ricordá en la largada

que la voz no vale nada

donde falta entonación.

 

El viejo Irala

 

Era un viejito barbudo

que nunca podré olvidarlo;

los pelos sabían taparlo

de tal modo al infeliz

que pa verle la nariz

era preciso soplarlo.

A mentir y a refraniar

naide el tranco le seguía

y tan lindo refería

las cosas que yo me réiba,

y sus bolazos le créiba

sabiendo que me mentía.

De mozo, asigún contaba,

había sido payador,

bailarín y peliador,

calavera y andariego,

y tan entregao al juego

como al trago y al amor.

 

Segunda edición de «La Biblia Gaucha» con los Refranes y consejos del viejo Irala y el Romance de Ciriaco Ponce. Impreso en los talleres Gráficos Argentinos de L. J. Rosso, de la calle Doblas Nº 951 , el 1 de enero de 1936, conteniendo 250 páginas.

 

 

El romance de Ciriaco Ponce

De la presentación publicada en este libro:

«Paisanos:

Uno de los más grandes defectos de este romance es, precisamente, el de estar hecho en romance. Si lo hubiese escrito en prosa llana, su lectura sería más fácil y llevadera.

Pero yo no escribo mis obras en la forma que conviene, sino del modo que me salen. Por eso, me- jor que el rumboso título de escritor, me cuadraría el desacreditado mote de payador. ¡Y, acaso, me gustase más!

Escritor, según se entiende, es el que sabe escribir y escribe de acuerdo con las reglas gramaticales de su respectivo idioma; y payador, es el que improvisa sus canciones sin sujeción a ninguna ley académica, sino de la manera que el ritmo de sus sentimientos le aconseja.

El escritor corrige y pule; el payador no tiene tiempo de enmendarse.

Y como lo dicho, dicho queda, allá va el ROMANCE DE CIRIACO PONCE sin quitarle ni po- nerle una palabra.

Su lenguaje no es el de la Academia, pero si el que hablan los gauchos de la llanura argentina, que son los únicos gauchos que yo conozco.»

En el 2010, Ediciones del Sol, de Ediciones Colihue, relanza «La Biblia Gaucha», en 250 páginas. El arte de tapa pertenece a Alberto Vaccarezza, firmado B. (Bartolomé) Vaccarezza.

 

 

En 1969, el cantor, músico, autor y compositor riojano Esteban Tobías Velardez (1912-1984), de larga trayectoria en el repertorio folklórico argentino, le pone música a los versos  de «Consejos y refranes del viejo Irala» y produce un larga duración de vinilo (Lp)  que titula «La Biblia Gaucha – Consejos y refranes del viejo Irala», de Alberto Vaccarezza. El disco contiene 10 temas y fue publicado por BGM Magenta, serie Nº 9020.

 

A la izquierda portada del larga duración «La biblia gaucha» y a la derecha foto del músico, autor, compositor Esteban Tobías Velardez, de la provincia de La Rioja, Argentina.

 

Argentores y Casa del Teatro

Alberto Vaccarezza no sólo fue el creador del sainete en la Argentina, sino que además se comprometió como presidente de Argentores (Sociedad General de Autores), creada en 1910, con sede en Pacheco de Melo 1820 (CABA)  y de la Casa del Teatro, fundada en 1938, ubicada en Av. Sta. Fe 1243 (CABA), por la soprano Regina Pacini, esposa del entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear.

Fue de los primeros en luchar para conseguir el aporte de los propietarios de las salas teatrales.

 

 

Homenajes

  • Una plazoleta del barrio porteño de Villa Luro, ubicada entre las calles Virgilio, Alcaraz y Molière, recuerda al que fuera el padre del sainete.
  • En la estación Medrano del Subte B de la ciudad de Buenos Aires hay un homenaje a su persona.
  • El 6 de junio de 1996, se descubrió un busto del padre del sainete Alberto Vaccarezza -con motivo de cumplirse los 110 años de su nacimiento- en la plaza que lleva su nombre ubicada en las calles Alcaraz y Moliere.

 

Busto en homenaje a Alberto Vaccarezza, en la plazoleta que lleva su nombre, en Villa Luro (CABA). La placa conmemorativa que lucía, ha sido sustraída.

 

 

 

 

 

Fuentes: Néstor Pinzón Todo tango / Wikipedia / Centro Cultural de la Cooperación / Vaccarezza 2011 / Ana Turón

 

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Es fundamental  que los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales sean considerados un bien cultural.

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Cada tango es una historia

En cada tango un pedazo de historia, un renglón de vida que los músicos, poetas y letristas componen bellamente para trenzar los renglones de tinta virtual y quedar mirándonos en este espejo musical del amor y los actos humanos. Y que no falte nunca  el abrazo tanguero.

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Raúl Joaquín de los Hoyos es Patrimonio Cultural de Saladillo (2018) y Ciudadano Distinguido Post Mortem (2019).

LuisPerrière

 

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