DEL SAINETE AL TANGO
Alberto Vaccarezza y Raúl de los Hoyos
Alberto Vaccarezza y Raúl De los Hoyos, estos dos nombres relevantes para ese tramo final, de la década de 1920, tuvieron dos producciones compartidas: «Carrerito (Chiche , moro, zaino)»(1928) y «Atorrante»(1929).
Su vida
Alberto Vaccarezza, artísticamente conocido como tal, su nombre real era Bartolomé Ángel Venancio Alberto Vaccarezza. Nació en el barrio de Almagro (lindante con los barrios de Villa Crespo, Caballito y Boedo), Buenos Aires, el 1 de abril de 1886. Falleció en esta ciudad el 6 de agosto de 1959. Fue un destacado dramaturgo, letrista de tango y poeta argentino. Máximo exponente del genero teatral sainete porteño. Su padres don Luis Vaccarezza, y doña Catalina Caferatta querían que fuese abogado. Se casó a los 20 años con su prima hermana Amanda Vaccarezza (19), con quien tuvo siete de sus quince hijos: Elsa, Alberto, Amanda, Juan Isidro, Margarita, Leopoldo, Rosa Blanca, Luis Alberto, Mercedes, Bartolomé, Javier, Oriol, Rubén, Omar, César.
Una de sus hijas Angélica Delbeni Mercedes Vaccarezza relata al diario «La Nación», los recuerdos «imborrables» que tiene de su padre. «Lo recuerdo como un padrazo. Era muy bueno con sus hijos y a mí me mimaba especialmente. También se caracterizó por su gran generosidad salía al paso de las necesidades de la gente sin que se lo pidieran. Además tenía una gran imaginación: hubiera sido un gran cuentista infantil porque nos contaba cuentos fabulosos y nos entretenía con ellos». Nunca lo abandonó el sentido del humor. Se reía de sí mismo. Ya en sus últimos días en los que estaba postrado en cama un periodista lo fue a visitar y al preguntarle cómo estaba le respondió: «Aquí estoy estudiando para difunto».
Fue hombre de radio, tanto como charlista breve y autor de cantidad de guiones para propuestas de diverso tipo. Escribió poemas sencillos, que recitaba por la radio y que fueron editados en libros, como por ejemplo: «La Biblia gaucha», «Dijo Martín Fierro» y «Cantos de la vida y de la tierra».
Aníbal Troilo «Puichuco dijo del gran Vaccarezza: «Alberto reunía la experiencia de los libros y de la calle».
En 1839, el rico comerciante Julián Almagro compró tierras en la zona, 18 hectáreas, y unos años más tarde donó terrenos para que se construyera la estación del primer tren que circuló en el país. Esa estación se ubicó en la esquina de Lezica y Ángel Peluffo. Funcionó durante 30 años, desde 1857. Por haber sido donado por Almagro, llevó ese nombre el cual luego se usó también para bautizar a los alrededores.
Almagro, como otros barrios porteños está relacionado con el tango y los típicos cafés porteños. Por sus calles y bares circularon muchos de los grandes del tango y Almagro tiene el privilegio de ser el primer escenario que escuchó cantar a Carlos Gardel. El zorzal criollo, fue alumno del Colegio Salesiano Pio IX y cantó en la parroquia San Carlos, ubicada en Quintino Bocayuba e Hipólito Irigoyen. Gardel, en sus inicios solía cantar en un bar que se encontraba en la avenida Rivadavia 3824. Lo hacía con su compañero, al que él apodaba el Negro (rengo) Congo, que era un famoso cochero de la zona. Gardel cantaba un par de canciones y Congo pasaba el sombrero para recaudar algunas monedas.
Otros personajes ilustres que pisaron las veredas de Almagro fueron: el maestro pianista, compositor y director de orquesta Osvaldo Pugliese, fue uno de sus más ilustres vecinos, quien impulsó a la existencia de «La Casa del Tango», ubicada en Guardia Vieja 4049, que tiene una Fundación de ese nombre, que es hoy un orgullo porteño. El pianista , compositor, creador del tango milonga porteño Sebastián Piana que vivió en el pasaje Bogado. El tango «Almagro», creado en 1930, con música de Vicente San Lorenzo y letra de Augusto Martini, hablan de este singular barrio.
En Av. Rivadavia y Medrano, se encuentra la famosa confitería Las violetas. Abrió sus puertas el 21 de septiembre de 1884. El edificio que alberga fue construido hacia fines del siglo XIX y exhibe una sobria decoración. En el interior de esta confitería se destacan, entre otros elementos ornamentales, sus vitrales. Por esta confitería pasaron importantes personalidades de la política, las artes, las ciencias y el deporte. Entre ellos: Carlos Gardel, Azucena Maizal, José González Castillo, Cátulo Castillo, Ignacio Corsini, Ernesto H. Blanco, Alfonsina Storni y Roberto Arlt. Fue declarada sitio de interés cultural de la Ciudad por la ley N 49 de la Legislatura.
Sus inicios
A principio del Siglo XX, Alberto Vacarezza, con catorce y quince años, escribe poesía o “versos amatorios”, poemas de amor cortos que en definitiva quedaron inéditos para el público. Se mostraba aficionado a la literatura y el teatro, su pasión por las artes escénicas lo fue llevando a adquirir una educación autodidacta a través de la lectura. Pero obligado por necesidades económicas trabaja en el ámbito rural, y debe dejar de lado, al menos por un tiempo, lo sueños de escenas, luces y bambalinas.
Una reseña autobiográfica permite fijar el año de iniciación de su trayectoria como dramaturgo: 1903. Desde entonces, Vacarezza sigue escribiendo, pero su consagración en el medio teatral comercial llegará recién en 1911, él mismo cuenta:
«Poco después escribí un romance de ambiente campero, que estrenó el mismo cuadro con igual aprobación. Y a éste le siguieron otras piezas con resultado invariable. Mas como el oficio que había emprendido sólo me ocasionaba gastos, ya que los derechos de autor estaban entonces más lejanos que las estrellas, mi buen padre me llamó un día a la realidad y obediente a su deseo me inicié en varios trabajos y negocios con el admirable talento de fracasar en todos. Torcer la vocación es darle vuelta la corriente al río. Por más que me esforcé no pude quitarme la manía de la vida teatral. Y así anduve incansablemente hasta que en un concurso de El Nacional, organizado por mi viejo y llorado amigo Pascual Carcavallo, la compañía Vittone-Pomar-Podestá estrenó mi sainete –Los escrushantes-, al que el Jurado le asignó el primer premio. Desde aquella lejana noche, no tuve otra preocupación ni otro descanso que escribir para la escena. Y fueron tantos los sainetes, dramas y romances que compuse, que ya he perdido la cuenta».
“Los escruchantes”, es una obra que fue clasificada como un sainete negro y fue estrenada en el Teatro El Nacional sobre la Avenida Corrientes (Corrientes 960), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este escenario, será para la puesta sobre tablas de muchas de sus creaciones.
Los escrushantes no es su primera obra sino, al menos, la sexta. Vacarezza da sus primeros pasos, en el teatro, ocho años antes, en 1903, en el circuito de producción filodramática, cuando cuenta con apenas diecisiete años.
En un discurso inédito para la Casa del Teatro, a mitad de los años cuarenta o principios de los cincuenta, Vacarezza incluye algunos apuntes autobiográficos que marcaron su camino:
…los moscardones de la literatura comenzaron a zumbarme en los oídos, y todavía estoy por descubrir al canalla que me sacó sainetero. Lo único que recuerdo claramente es que una buena noche, sin saber por qué ni cómo, empecé a borronear en los papeles los tipos y escenas que había visto en la calle durante el día. Aquellos esbozos de acuarelas no tenían otro fin que el de divertir a mis amigos del barrio.
El sainete, es uno de los géneros que abordó Vaccarezza
En un discurso inédito para la Casa del Teatro, sin fecha precisa (corresponde aproximadamente a la segunda mitad de los años cuarenta o principios de los cincuenta), Vacarezza incluye algunos apuntes autobiográficos reveladores que aportan al conocimiento de los comienzos de su trayectoria teatral. Cuenta allí que sus padres querían que fuese abogado, pero que aunque intentó complacerlos, pronto…
«…los moscardones de la literatura comenzaron a zumbarme en los oídos, y todavía estoy por descubrir al canalla que me sacó sainetero. Lo único que recuerdo claramente es que una buena noche, sin saber por qué ni cómo, empecé a borronear en los papeles los tipos y escenas que había visto en la calle durante el día. Aquellos esbozos de acuarelas no tenían otro fin que el de divertir a mis amigos del barrio».
El sainete cómico, como Tu cuna fue un conventillo (1925) y El conventillo de la Paloma (1929) trabaja con situaciones puramente reideras y entrelaza en la trama un conflicto melodramático de problemática más leve, en general ligado a lo amoroso y con desenlace feliz.
Video – TU CUNA FUE UN CONVENTILLO – Recitado por ALBERTO VACCAREZZA
Era una paica papusa,
retrechera y rantifusa
que aguantaba la marruza
sin protestas hasta el fin.
Y era un garabo discreto,
verseador y analfabeto
que trataba con respeto
a la dueña del bulín.
Esto no es vida, decía
la percanta noche y día,
y de celos se mordía
cuando en la calle veía
a sus amigas pasar
con sus sombreros de paja,
mucha seda, mucha alhaja,
¿por qué si nadie trabaja
sólo yo he de trabajar?
Y aquel bulín tan sencillo
del alegre conventillo
poco a poco perdió el brillo
porque afilando el colmillo
entró la envidia a roer.
Y una noche, una de aquellas
noches tranquilas y bellas
en que todas las estrellas
se asoman al mundo a ver,
aquella paica papusa,
retrechera y rantifusa
que aguantaba la marruza
sin protestas hasta el fin,
se vio en el espejo hermosa
y resuelta, la envidiosa,
la coqueta y beleidosa,
ató sus pilchas nerviosa
y se espiantó del bulín.
Llegó el garabo en la noche
y al no verla, ni un reproche
de sus labios se escapó.
Pensó en su amor un momento,
pulsó luego el instrumento
y pa’ olvidar su tormento
cantó sus penas al viento
y el viento… se las llevó.
Pasó un día, y otro día,
y la paica no volvía,
porque el mundo la absorbía
con su vana ostentación…
Y cantaba y se reía
del mundo en la algarabía,
pero su risa era fría,
porque al reír parecía
que estaba su alma vacía
y vacío el corazón.
Pero la pobre percanta
ya no ríe, ya no canta.
Y hace un año justamente
en una tarde sonriente
en que el sol tranquilamente
dibujaba en el poniente
su pincelada final,
aquella paica que un día
reina fue de la alegría
y del mundo se reía
con su risa artificial,
triste y sola en su agonía,
como la tarde moría
en la cama blanca y fría
de un frío y blanco hospital.
LUNFARDO:
Paica: mujer – Rantifusa: atorranta – Retrechera: Persona que tiene mucho atractivo// mujer coqueta y atractiva por su sensualidad// pizpireta – Papusa: mujer espléndida, hermosa, linda – Marruza/sa: Golpiza – Garabo: Amante, concubino – Afilando el colmillo:prepararse para una pelea, un discusión – Espiantó: irse, huida, fuga – Bulín: Cuarto de soltero, cotorro
Sainete «Cuando un pobre se divierte»
El sainete tragicómico, como Cuando un pobre se divierte (1921) alterna situaciones cómicas y trágicas (no dramáticas ni melodramáticas), entendiendo lo trágico como la experiencia de lo irreparable, de una pérdida que no puede mitigarse. Una obra para que el espectador alternadamente ría y sufra, pero esto último como un dolor sin atenuantes ni mitigación posibles.
Cuando un pobre se divierte es un sainete en un acto y dos cuadros que fue estrenado el 19 de octubre de 1921 en el Teatro por la compañía de Pascual Carcavallo. En 1936 se realizó una película homónima basada en la obra y dirigida por Roque Lavera. Desde que se ha ido de su casa hace tres años el personaje Mentaberry busca a su hijo, un niño se ha mudado con su abuela, llevando siempre encima un juguete, por si finalmente lo encuentra. Finalmente sabrá que su hijo tan buscado ha muerto hace tiempo. Vacarezza retoma en esta obra el personaje del hombre «calavera», el mujeriego aficionado al cabaré, el juego, el tango y la vida bohemia que abandona a su esposa y a sus hijos.
Sainete «El conventillo de la Paloma»
Inspirada en la vida de los conventillos. En particular de la Casa Colectiva La Nacional ubicada en el porteño barrio de Villa Crespo de la ciudad de Buenos Aires, en la que precisamente uno de sus principales personajes es el Guapo Villa Crespo. Mientras que el nombre de la obra «El conventillo de la Paloma» se debe al personaje femenino, referido a una operaria de la Fábrica Nacional de Calzados que vivía en la mencionada casa colectiva La Nacional en alusión a dicha fábrica.
Otras obras /Sainetes
- El juzgado (1903, su primera obra)
- El corralón de mis penas (1928)
- El conventillo del gavilán (1931)
- La comparsa se despide (1932)
Vaccarezza, el tango y Gardel
Amigo íntimo y colaborador de Carlos Gardel «El zorzal criollo». Más de una docena de sus creaciones fueron interpretadas y grabadas por «El morocho del Abasto» y siendo el compositor con el que más letras compartió el pianista Enrique Delfino (Delfy):
- «La copa del olvido»con música de Enrique Pedro Delfino, en 1921
- «Eche otra caña pulpero» con música de Enrique Pedro Delfino, 1923
- «Padre nuestro» con música de Enrique Pedro Delfino, 1923
- «Francesita» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
- «No le digas que la quiero» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
- «Talán talán» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
- «Adiós que te vaya bien» con música de Enrique Pedro Delfino, 1924
- «Adiós para siempre»con música de Antonio Scatasso, 1925
- «No me tires con la tapa de la olla» Scatasso, 1926, (a partir del tango primitivo del mismo título)
- «El poncho del amor» con música de Antonio Scatasso, 1927
- «Araca corazón» con música de Enrique Pedro Delfino, 1927,
- «El carrerito (Chiche, moro, zaino)» con música de Raúl de los Hoyos, , perteneciente al sainete con tinte grotesco «El corralón de mis penas», presentado en el teatro «Nacional» el 19 de abril de 1928 y estrenado por la actriz y cantante Olinda Bozán.Este tango fue éxito internacional. Cuenta con más de 25 versiones en 1928 y 2018, entre ellas las de : Carlos Gardel, Francisco Canaro, Juan D’Arienzo, Alfredo De Angelis cantan Gigí De Ángelis, Trío Irusta-Fugazot-Demare, Gorni Kramer, Ignacio Corsini, Mario Pardo, Edgardo Del Río,etc.
- «Otario que andás penando» con música de Enrique Pedro Delfino, en 1932
Enrique Pedro Delfino ,(1895-1957) compositor y pianista, Antonio Scatasso (1886-1954) bandoneonista y director de orquesta, Raúl De Los Hoyos (1898-1989) compositor, autor y pianista.
Su amistad con Carlos Gardel, lo llevó a despedir sus restos mortales el 6 de febrero de 1936, en el Cementerio de la Chacarita, recordandolo, así con estas palabras:
«Señoras y amigos
En nombre de Dios y de todos los pájaros cantores que saludan al sol cada día, en nombre del arte y de cuantos guardan en un cofre una canción de dolor o de esperanza, vengo a llorarle mi oración postrera a este pájaro errabundo que en su afán de llevarle a Dios sus armonías, voló tan alto que el fuego del sol le quemó las alas.
Pobre pajarito nuestro! En qué Ignota ocupación estaría distraído el picador del destino en la hora crepuscular de ascensión, para trocar en cenizas lo que fue todo Amor y bondad, lo que todo fue belleza.
Desgarra de primer intento, pensar en que puedan morir así los que llevamos envueltos en la rosada menta del cariño. Pero a poco que el alma se serena y piensa, en la reflexión, en los hondos misterios de la vida y de la muerte, descárganse nuestras angustias y comienza el entendimiento a reconciliarse con los designios de Dios, pero bien sabe que la mayor gloria para una vida gloriosa es morir gloriosamente.
¿Y de qué muerte mejor pudo acabar aquel que vivió cantando, cuando todas las fronteras de emoción, la ternura y la belleza, ya hablan sido traspasadas por la emborrachadora melodía de sus trinos?
Jilguerito del talar de mis llanuras y zorzal modulador del sonido alegre y triste, con que suena y sonará en los tiempos el corazón del que ríe y del que llora! Enamorado del sol y amante de la luna! Cuando se apague la tarde, ¿adonde te iré a buscar? Si me dieras el prodigio de tu voz yo te cantaría con la misma incomparable emoción con que te oyeron cantar los viejos patios porteños aromados de jazmín y madreselvas. Como cantaste en los sórdidos tugurios de la plebe y los altos palacios del magnate. Delante del humilde y frente al poderoso, como cantaste en los rústicos tablados de la farra nativa y como cantaste en París,¡como cantaste, en fin, para mi solo, junto a la Costa Azul, aquella noche de plata que me hiciste llorar de belleza y lejanía. Carlos Gardel!» (Fragmento del texto completo publicado por el periódico Antena)
Vacarezza había viajado con su esposa Amanda, y su hijo Juan Isidro de 18 años, a Europa y estaban en la Costa Azul (Francia) con el dinero que Alberto había ganado con ‘El Conventillo de la Paloma’, un suceso fenomenal que superó las mil representaciones y además, el viaje fue para celebrar las «Bodas de Plata» matrimoniales, en abril de 1931, recuerdan sus familiares. Luego de ese viaje, al tiempo terminó separándose de Amanda, a quien le dedicó una poesía que en principio tituló «Itinerario» y luego corrigió con el nombre de «El viaje», en mayo de 1941.
El viaje
(Fragmento)
Te he llevado en mi coche por todos los caminos,
Nos embarcamos juntos en naves de ultramar,
Y puertos y ciudades, hoteles y casinos,
Continuamente unidos nos vieron desfilar.
¡Oh sueño de aquel viaje que intentaré fijarlo..!
En el carnet de mi alma pinté cada país;
Con sus azules días a Niza y Montecarlo
Y sus brillantes luces las noches de París.
Alucinadamente corrimos por las calles
De la deslumbradora ciudad de Baudelaire
!Qué hermosa era la tarde que fuimos a Versalles!
¡Oh, Francia, quién nos diera volverte a recorrer!
Cruzamos hacia Italia por la montaña recia
Hasta llegar al borde del muelle San Julián,
Y ver, tras los dormidos canales de Venecia,
Las torres de Boloña y el duomo de Milán.
!Rivera genovesa que ya no he de bordearte!
Por curvas carreteras de nuestro afán en pos
Nos fuimos a Florencia a emborracharnos de Arte
Y a hacerle luego en Roma una visita a Dios.
Y poseídos siempre de nuestro mal creciente,
De Nápoles la bella, en una noche azul,
Sonambulescamente zarpamos para Oriente
Hasta besar las playas doradas de Estambul.
De la moderna Cairo febril y babilónica
A Tierra Santa fuimos con santa devoción,
Sofiamos en Atenas y oímos en Salónica
La romancesca fabla de Lope y Calderón.
No sé cómo arribamos a la divina Hungría
Con la fatiga huraña del viaje a los soviets !
Ah, quién volviera a verte como te ví aquel día
En el inolvidable Kursall de Budapest!… (sigue…)
«El viaje» fue leída por el propio Vaccarezza por radio, para satisfacción de Amanda, mientra el sainetero sostenía una relación con la cantante de tango Adhelma Falcón, hermana de la cancionista y actrices Amanda y Ada Falcón, situación que lo llevaría a la separación definitiva. El apasionado vínculo con esta figura del espectáculo, lo llevó a tener un hijo.
Raúl de los Hoyos y Alberto Vaccarezza
Dado el éxito de Raúl De Los Hoyos con su tangos y musicalizaciones para importantes producciones y encumbrados realizadores, lo convoca Vaccarezza y entablan una amistad que le permitió llevar a cabo dos producciones para los sainetes «El corralón de mis penas» y «El conventillo de la paloma».
Fue autor de numerosas letras para tangos, zambas, estilos, entre otros ritmos en la misma línea creadora.
Otros intérpretes le cantaron «La canción» y «Botines viejos» (ambos con Juan de Dios Filiberto) y también «Atorrante» Charlo, en dos oportunidades con las orquestas de Francisco Canaro y Francisco Lomuto, «Calle Corrientes», «Julián Navarro» (con Francisco Canaro), «Pobre gringo» (junto con Juan Caruso y música de Antonio Scatasso), «Muchachita porteña» (con Mariano Mores), entre muchos otros.«Atorrante» es el tango central de la obra «El conventillo de la paloma», fue compuesto por Raúl De Los Hoyos e interpretado por el personaje «Doce pesos» estrenado en Buenos Aires el 5 de abril de 1929.
Actividad radial de Alberto Vaccarezza
Vaccarezza, al igual que Raúl De Los Hoyos y otras personalidades del tango con Enrique Santos Discépolo, incursionó por la radiofonía de Argentina. Lo hizo tanto como charlista breve y como autor de cantidad de guiones para propuestas de diverso tipo. Escribió poemas sencillos, que recitaba por la radio y que fueron editados en libros, como por ejemplo: «La Biblia gaucha», «Dijo Martín Fierro» y «Cantos de la vida y de la tierra».
Video – «ATORRANTE» – ADA FALCÓN con la orquesta del pianista ENRIQUE DELFINO – Grabado el 2 de mayo de 1929 para Disco Nacional-Odeón.
Es clásica su poesía titulada «Receta para escribir un sainete», que dice así: «Un patio de conventillo, un italiano encargado, un gallego retobado, una percanta, un vivillo, dos malevos de cuchillo, un chamuyo, una pasión, choque, celos, discusión, desafío, puñalada, aspamento, disparada, auxilio, cana, telón.»
Guión cinematográfico
Realizó guiones cinematográficos para los siguientes films, de diferentes productoras:
- El conventillo de la Paloma(1936)
- Lo que le pasó a Reynoso (1937)
- Viento Norte (1937)
- Murió el sargento Laprida (1937)
- El cabo Rivero (1938)
- Pampa y cielo (1938)
- El comisario de tranco largo(1942)
- Sendas cruzadas (1942)
- Lo que le pasó a Reynoso (1955)
Video – «ATORRANTE» – PIANOLA / PIANO – HORACIO ASBORNO – 1929
Opiniónes
Escribió el investigador, crítico, autor y dramaturgo teatral Luis Ordaz (1926-2017), en Historia del teatro argentino, «Las petipiezas de Alberto Vacarezza pueden ejemplificar perfectamente la línea intermedia que se ubica entre las burlas pícaras y el jugueteo sentimental del sainete, con antecedente hispano Vacarezza es un fabulista pinturero del arrabal y sus gentes? Se dedica a «recrear» máscaras prototípicas de compadres, compadritos, gabiones, paicas y grelas de variada estirpe y macchiettas que buscan personalizar tipos genéricos de la inmigración. Vacarezza es un romanceador magnífico de tipos teatrales que habitan y componen un arrabal muy particular. Un arrabal o un patio de conventillo que para el caso es lo mismo. Sin dudas, es el último gran maestro del sainete, para cuya elaboración repentista posee una verba galana y colorida, y una facilidad pasmosa. Tiene el talento que les falta a los que suponen que no es necesario tenerlo para hilvanar las peripecias de un sainete y que son, en definitiva, quienes llevan el género a su crisis y a su desaparición».
Dice Osvaldo Pellettieri (1945-2011 / Licenciatura y doctorado en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) que Vacarezza fue el primer autor en descubrir al sainete como género teatralista, no realista y agrega que su sainete:«…es siempre una realidad representada, mediatizada, estilizada. Le sacó el poco costumbrismo que le quedaba, dejó lo sentimental, hizo crecer de manera desmesurada lo caricaturesco. Los personajes extranjeros eran tratados de manera xenófoba, fue un gran autor pero era reaccionario. Lo cómico desinteresado de lo social constituyó la característica del humor de Vacarezza. No había ninguna crítica social en su comicidad,no hay clases sociales, no hay hambre.» Si bien, esta es su opinión, no todos coinciden.
Vacarezza fue un prolífico autor que escribió más de doscientas obras entre letras de tango, zambas, canciones, poemas y piezas teatrales. Los elementos teatrales que utilizaba eran prácticamente invariables: el escenario de sus obras —en el caso, un conventillo— personajes del país y del extranjero en franco contraste de caracteres —especialmente los de italianos y españoles, las colectividades más numerosas del país—, las mujeres claramente encasilladas —las pobres pero honradas y las otras, ganadas por el asfalto y las luces del centro— y una galería de nativos con compadritos, atorrantes, pícaros, guitarristas, etc. Vaccarezza no es un creador de tipos ni ambientes. Le falta autenticidad.
Así pudo decir la crónica de el diario La Razón del 6 de abril de 1929:
Cuando se alza el telón sobre un nuevo sainete del señor Vacarezza, cualquier espectador, si conoce dos o tres obras del autor puede ir previendo no sólo los acontecimientos capitales de la acción, sino las escenas, las situaciones, casi hasta la frase con que el compadrito va a retrucar a su rival.
El periodista Néstor Pinzón (Todo Tango) en su artículo dedicado a Alberto Vaccarezza escribe:
«En la obra «La comparsa se despide» (1932) cuando el personaje Serpentina se lo debe explicar, al sainete, a un turista norteamericano:
Poca cosa:
un patio de conventiyo,
un italiano encargado,
un yoyega retobado,
una percanta, un vivillo.
Dos malevos de cuchillo,
un chamuyo,una pasión,
choques, celos, discusión,
desafío, puñalada,
aspamento, disparada
auxilio, cana y telón.
Y debajo de todo eso,
tan sencillo al parecer,
debe el sainete tener
rellenando su armazón
la humanidad, la emoción,
la alegría, los donaires
y el color de Buenos Aires
metido en el corazón.
¿Una fórmula sencilla?, tal vez, «pero ninguno que recurrió a ella obtuvo los mismos resultados, el mismo reconocimiento. Vaccarezza manejaba un lunfardo pintoresco y ponía en boca de sus personajes parlamentos altamente ocurrentes para su público».
Además Néstor Pinzón rescata la opinión del crítico teatral Jaime Potenze (abogado, crítico de cine, político y periodista) quien ha dicho: «No es arriesgado reconocer que Vaccarezza, sobre todo en su vena sainetera, es el autor más popular que ha dado el país, al extremo que considerarlo un clásico no parece exagerado».
Los que habitaban los inquilinatos y los conventillos, que eran viviendas muy humildes, habitadas por personas de distintos orígenes, era la postal de la inmigración. Seres humanos empobrecidos que arribaban en busca de un horizonte mejor, huyendo de guerras y persecuciones étnicas u ideológicas. La escena se completaba con denominaciones genéricas los «gallegos» (así se llama en la Argentina a todos los españoles cualquiera sea su región de nacimiento), los «tanos» (todos los italianos), los «rusos» (denominación para todos los judíos de cualquier país) y los «turcos» (todos los provenientes de Turquía, Siria, Líbano y países árabes, sin distinción alguna) y mezclados entre ellos, algunos porteños y otros provincianos tan inmigrantes como los extranjeros.
De la semblanza de Néstor Pinzón (Todo tango), sobre Alberto Vaccarezza, que recomiendo porque es muy importante, quiero rescatar este otro aspecto que destaca, la de Vaccarezza observador, también, del hombre de campo y dice al respecto: «pero allí nomás traspasado el arrabal, el hombre con mayor libertad, más sereno y filosofeador», y surgieron estos Consejos del viejo Irala ( La Biblia Gaucha – 1936):
Consejos del viejo Irala
Todo cristiano al nacer
trai dos alforjas vacías
y la vida en sus porfías
solita se las enllena
poniendo en una las penas
y en otra las alegrías.
Y la virtú superior del hombre que tiene luces
es no perderse en los cruces
al repartirse las cargas
y tantiar que las amargas no pesen más que las dulces…
Nunca renegués de Dios
aunque dudes de que exista
no hagas lo del anarquista
que a Dios maldecía y luego
que un rayo dejó ciego
a Dios le pedía la vista.
Si algún amigo en la mala
necesita tus favores
no esperes a que mejore la situación que aqueja,
El que anda en huella pareja no necesita cuartiadores.
Mas nunca hagas las gauchadas
del comesario Romero
que soltaba los cuatreros
diciéndoles, sin empachos,
vayan a robar muchachos
que precisamos dinero.
Cuando a ser cantor te lleven
el gusto o la obligación
no te vandién de gritón
y ricordá en la largada
que la voz no vale nada
donde falta entonación.
El viejo Irala
Era un viejito barbudo
que nunca podré olvidarlo;
los pelos sabían taparlo
de tal modo al infeliz
que pa verle la nariz
era preciso soplarlo.
A mentir y a refraniar
naide el tranco le seguía
y tan lindo refería
las cosas que yo me réiba,
y sus bolazos le créiba
sabiendo que me mentía.
De mozo, asigún contaba,
había sido payador,
bailarín y peliador,
calavera y andariego,
y tan entregao al juego
como al trago y al amor.
Segunda edición de «La Biblia Gaucha» con los Refranes y consejos del viejo Irala y el Romance de Ciriaco Ponce. Impreso en los talleres Gráficos Argentinos de L. J. Rosso, de la calle Doblas Nº 951 , el 1 de enero de 1936, conteniendo 250 páginas.
El romance de Ciriaco Ponce
De la presentación publicada en este libro:
«Paisanos:
Uno de los más grandes defectos de este romance es, precisamente, el de estar hecho en romance. Si lo hubiese escrito en prosa llana, su lectura sería más fácil y llevadera.
Pero yo no escribo mis obras en la forma que conviene, sino del modo que me salen. Por eso, me- jor que el rumboso título de escritor, me cuadraría el desacreditado mote de payador. ¡Y, acaso, me gustase más!
Escritor, según se entiende, es el que sabe escribir y escribe de acuerdo con las reglas gramaticales de su respectivo idioma; y payador, es el que improvisa sus canciones sin sujeción a ninguna ley académica, sino de la manera que el ritmo de sus sentimientos le aconseja.
El escritor corrige y pule; el payador no tiene tiempo de enmendarse.
Y como lo dicho, dicho queda, allá va el ROMANCE DE CIRIACO PONCE sin quitarle ni po- nerle una palabra.
Su lenguaje no es el de la Academia, pero si el que hablan los gauchos de la llanura argentina, que son los únicos gauchos que yo conozco.»
En el 2010, Ediciones del Sol, de Ediciones Colihue, relanza «La Biblia Gaucha», en 250 páginas. El arte de tapa pertenece a Alberto Vaccarezza, firmado B. (Bartolomé) Vaccarezza.
En 1969, el cantor, músico, autor y compositor riojano Esteban Tobías Velardez (1912-1984), de larga trayectoria en el repertorio folklórico argentino, le pone música a los versos de «Consejos y refranes del viejo Irala» y produce un larga duración de vinilo (Lp) que titula «La Biblia Gaucha – Consejos y refranes del viejo Irala», de Alberto Vaccarezza. El disco contiene 10 temas y fue publicado por BGM Magenta, serie Nº 9020.
Argentores y Casa del Teatro
Alberto Vaccarezza no sólo fue el creador del sainete en la Argentina, sino que además se comprometió como presidente de Argentores (Sociedad General de Autores), creada en 1910, con sede en Pacheco de Melo 1820 (CABA) y de la Casa del Teatro, fundada en 1938, ubicada en Av. Sta. Fe 1243 (CABA), por la soprano Regina Pacini, esposa del entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear.
Fue de los primeros en luchar para conseguir el aporte de los propietarios de las salas teatrales.
Homenajes
- Una plazoleta del barrio porteño de Villa Luro, ubicada entre las calles Virgilio, Alcaraz y Molière, recuerda al que fuera el padre del sainete.
- En la estación Medrano del Subte B de la ciudad de Buenos Aires hay un homenaje a su persona.
- El 6 de junio de 1996, se descubrió un busto del padre del sainete Alberto Vaccarezza -con motivo de cumplirse los 110 años de su nacimiento- en la plaza que lleva su nombre ubicada en las calles Alcaraz y Moliere.
Fuentes: Néstor Pinzón Todo tango / Wikipedia / Centro Cultural de la Cooperación / Vaccarezza 2011 / Ana Turón
RAULDELOSHOYOS.COM-SITIO CULTURA-SIN FINES DE LUCRO
Es fundamental que los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales sean considerados un bien cultural.
La UNESCO ha elaborado recomendaciones para la salvaguardia de estos materiales como parte de la memoria
del mundo. Algunas políticas culturales han permitido tomar cierta conciencia de las pérdidas y cómo poder frenar el deterioro de los archivos sonoros, gráficos y audiovisuales, sobre todo de aquellos que se encuentran en una irreversible obsolescencia como lo son los soportes analógicos, o los que tienen como soporte el papel. (Ver Textos fundamentales de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial 2003: https://ich.unesco.org/doc/src/2003_Convention_Basic_Texts-_2018_version-SP.pdf) La era digital que nos atraviesa permite disponer de novedosas herramientas que podemos aplicar para atesorar y resguardar todo, con la participación de la comunidad y decisiones políticas en la misma dirección.
Cada tango es una historia
En cada tango un pedazo de historia, un renglón de vida que los músicos, poetas y letristas componen bellamente para trenzar los renglones de tinta virtual y quedar mirándonos en este espejo musical del amor y los actos humanos. Y que no falte nunca el abrazo tanguero.
rauldeloshoyos.com es un sitio web NO comercial, por lo que los materiales publicados tienen como único cometido informar sobre la obra de Raúl Joaquín de los Hoyos, conocido artísticamente como Raúl De Los Hoyos, el tango, sus letristas e intérpretes, difundir el Patrimonio Cultural de Saladillo y entretener a toda persona que lee la página.
Raúl Joaquín de los Hoyos es Patrimonio Cultural de Saladillo (2018) y Ciudadano Distinguido Post Mortem (2019).
LuisPerrière